El juicio contra el italiano Francesco Arcuri, expareja de la española Juana Rivas, acusado de maltrato físico y psicológico a sus hijos, comienza este jueves en el Tribunal Cagliari (Cerdeña, suroeste de Italia), sin la presencia de la mujer ni de los niños, aunque sí se espera la del padre.
El inicio está previsto para esta mañana, cuando comience una audiencia que se centrará en la "admisión de pruebas" y no acudirán ni Rivas ni los hijos, según confirmó a EFE la abogada de la madre en Italia, Virginia Dascanio.
La letrada adelantó que presentarán testimonios, fotografías, informes médicos, audios y vídeos "que se encontraron en los hijos, porque hay pruebas que lamentablemente se hallaron en el cuerpo de los niños".
La Fiscalía relató en su escrito de acusación que Arcuri "los golpeaba en la cabeza, empujándolos contra la pared o arrojándolos con fuerza al suelo".
"Los ofendía diciéndoles que eran gusanos repugnantes como su madre, que no valían nada, llamándolos hijos de puta, gilipollas, imbéciles y otros epítetos similares", escribió el Ministerio Público.
Sustracción de menores
Por su parte, la defensa de Arcuri había solicitado el sobreseimiento del caso para dar por finalizado este proceso, argumentando que las declaraciones de los hijos presentadas por Rivas son "unilaterales" y carecen de fiabilidad.
Sin embargo, el juez consideró que "no concurren las condiciones para dictar sentencia de sobreseimiento" y envió a Arcuri al juicio que da comienzo este jueves.
El pasado 25 de julio, Juana Rivas entregó por orden judicial a su hijo menor, de 11 años, a su padre, quien tiene la custodia, tras permanecer siete meses en España y después de que la justicia española desestimase el último recurso de la española para retrasar la entrega.
Un día antes, la Audiencia de Granada ordenó investigar a Rivas por posible sustracción de menores, delito por el que ya fue condenada en 2018 y parcialmente indultada en 2021 por el Gobierno, y por el que deberá declarar el próximo 30 de octubre.
Este largo periplo judicial se remonta al verano de 2017, cuando Rivas estuvo un mes en paradero desconocido con sus hijos para no entregarlos al padre con el argumento de protegerlos del presunto maltrato de Arcuri. En aquel entonces sus hijos tenían 11 y 3 años; hoy el mayor de ellos, Gabriel, ya tiene 19.
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