Las nuevas tecnologías, los ordenadores, los móviles, etc. están provocando qué hábitos de toda la vida, como escribir a mano, se haya convertido en una costumbre casi olvidada para la mayoría de personas. Sin embargo, retomar esta manera de escribir puede tener grandes beneficios en nuestro cerebro que pueden afectar positivamente al bienestar emocional. Así lo confirman diversos estudios realizados, los cuales evidencian que este acto activa muchas regiones cerebrales, ayuda a mejorar la concentración, refuerza la capacidad de nuestra memoria y ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad
Cómo escribir estimula el cerebro
Cuando se escribe a mano se activa el lóbulo frontal, una parte del cerebro relacionada con la lógica, la planificación y el control de las emociones; permite mantener un equilibrio entre la razón y la emoción, ayudando a reducir pensamientos repetitivos y el estrés. Con la escritura a mano el cerebro reconoce que debe realizar una tarea compleja que requiere coordinación y atención. Cuando está activo el lóbulo frontal pone en marcha mecanismos que favorecen a la calma mental y a la estabilidad emocional.
La amígdala y su conexión con la escritura
Las amígdalas se encargan de procesar las emociones y al mismo tiempo de reaccionar en situaciones en el que nuestro organismo siente miedo o ansiedad, y tiende a sobre estimularse en los momentos de más tensión. Escribir a mano puede suponer un freno natural porque el cerebro interpreta este proceso como una señal de seguridad y equilibrio; el lóbulo frontal toma el control, la amígdala disminuye su actividad, y de esta manera se reduciendo la sensación de amenaza y favoreciendo la atención y la estabilidad emocional y cognitiva.
Escribir mejora el aprendizaje
Tomar notas o redactar ideas a mano es de gran ayuda para fortalecer la capacidad de la memoria y la comprensión, y esto se explica porque la escritura manual necesita de mayor implicación cognitiva (se analiza, se sintetiza y se procesa la información de forma más profunda); refuerza las conexiones neuronales y mejora la capacidad para recordar, organizar y relacionar ideas complejas, esencial para el aprendizaje continuo.
Atención y concentración sostenidas
El cerebro reacciona de forma diferente cuando se escribe a mano porque pararealizar esta actividad necesita mantener de un ritmo más pausado y coherente que reduce la distracción y permite prestar más atención, algo que no suele ocurrir los móviles o con el teclado del ordenador; esta concentración se traduce en enfocar la mente en una tarea sin los estímulos que provocan los dispositivos electrónicos, de tal manera que el pensamiento será más claro y estructurado.
La escritura a mano como terapia para el cerebro
Volver a escribir a mano se puede convertir en un gran ejercicio para la autorregulación emocional, ayudando a liberar las tensiones del interior y a ordenar los pensamientos actuando como una meditación activa; el gesto simple de coger un boli y escribir en un papel va a producir un efecto de calma que beneficiará a la mente y al resto del cuerpo, fortaleciendo la autoconciencia y la serenidad personal.
Redescubrir el poder del papel en la era digital
Escribir a mano nos va a ayudar a recuperar una de las partes más esenciales de la experiencia humana; es una manera excelente y beneficiosa para la salud, que va a cuidar de la mente, mejorar la concentración y mantener el equilibrio emocional.
Volver a escribir a mano es una forma de volver a encontrarse uno mismo, ya que supone una mejora de manera clara y constatada el rendimiento cognitivo. Además supone un refugio que el cerebro necesita para sobrellevar una época de hiperconexión y estrés constante, y que nos recuerda que es esencial volver a detenerse y reconectar con lo esencial.
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