El histórico Hotel El Palace de Barcelona, antiguo Ritz y primer gran hotel de lujo de la capital catalana, es desde agosto de 2025 propiedad del Estado argelino. La operación, que pone fin a más de una década de litigios y gestiones diplomáticas, supone la recuperación de uno de los bienes más emblemáticos adquiridos ilícitamente por Ali Haddad, el magnate hoy encarcelado que fue durante años la cara visible del capitalismo vinculado al régimen de Abdelaziz Buteflika.
El traspaso se concretó mediante una dación en pago, un mecanismo jurídico que permite saldar una deuda entregando un bien inmueble. El Fondo Nacional de Inversión (FNI) de Argelia —una institución financiera pública bajo la tutela directa del jefe de Gobierno— recibió el 1 de agosto de 2025 la notificación de “pleno dominio de la finca” que alberga el hotel, situado en el número 664-668 de la Gran Via de les Corts Catalanes, entre las plazas de España y Universidad.
Según La Vanguardia, en el Registro de la Propiedad de Barcelona consta una “dación en pago de deuda” y no una ejecución judicial, lo que indica que Argelia habría alcanzado un acuerdo con Haddad y no una confiscación forzosa. La dación es un acto voluntario, que requiere consentimiento de ambas partes.
De César Ritz a Ali Haddad
Fundado por César Ritz, el establecimiento abrió sus puertas en 1919 y durante décadas fue sinónimo de elegancia y poder en Barcelona. En 2011, el edificio fue adquirido por Ali Haddad al Grupo Husa, del empresario y expresidente del FC Barcelona Joan Gaspart, por un importe que osciló entre 68 y 80 millones de euros, según distintas fuentes.
En el Registro figura también una hipoteca de 26 millones de euros con el Banco Santander, firmada el mismo año, para un valor de tasación de 53 millones. Con la dación, el FNI argelino asume ahora el pago de la deuda pendiente. Aunque la inscripción definitiva sigue pendiente —tras una calificación negativa en octubre por motivos no especificados—, la legislación española establece que la propiedad se transfiere desde la firma notarial.
Haddad, de 60 años, fue durante dos décadas una figura clave del poder económico argelino. Al frente del grupo ETRHB, la mayor constructora privada del país, amasó una fortuna gracias a contratos públicos y asociaciones con empresas extranjeras, entre ellas la española FCC, con la que participó en la construcción de líneas ferroviarias y un estadio de fútbol.
En abril de 2019, el empresario fue detenido en la frontera con Túnez mientras intentaba huir del país, horas antes de la dimisión forzada del presidente Buteflika tras las protestas masivas del Hirak. Su caída simbolizó la del viejo régimen y abrió una nueva etapa de persecución judicial a los llamados “oligarcas de la isaba”, la “banda mafiosa” del entorno presidencial.
Una restitución con trasfondo político
El actual presidente, Abdelmadjid Tebboune, ha hecho bandera de la recuperación de los activos saqueados durante la era Buteflika. En un discurso ante la cúpula militar, el 10 de octubre, proclamó que el Estado ha logrado repatriar bienes por valor de 30.000 millones de dólares, y aludió a El Palace sin citarlo expresamente: “En España, las autoridades nos han restituido un hotel de cinco estrellas adquirido ilícitamente”, afirmó el mandatario.
El gobierno argelino había enviado en 2022 comisiones rogatorias a una decena de países europeos, entre ellos España, para reclamar los bienes mal adquiridos de los oligarcas del antiguo régimen. Según fuentes diplomáticas citadas por La Vanguardia, la embajada española en Argel canalizó la solicitud y ofreció colaboración, pese al contexto de tensiones bilaterales desencadenadas tras el cambio de posición del gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental.
Las gestiones, sin embargo, parecen haberse reconducido en los últimos meses. La semana pasada, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajó a Argel en la primera visita oficial de un miembro del Gobierno español desde la crisis diplomática. Días antes, una delegación argelina en Madrid había planteado sus demandas de restitución de bienes adquiridos ilícitamente —entre ellos, varios hoteles en Europa— aunque sin mencionar explícitamente el de Barcelona.
El pacto con Haddad
Todo apunta a que la operación no fue resultado directo de un fallo judicial, sino de una negociación discreta entre Argelia y el propio Haddad. Según el periodista argelino Farid Alilat, el gobierno contactó en 2022 con el empresario a través de un intermediario para ofrecerle un acuerdo sobre la restitución de sus bienes en el extranjero. “De todos los oligarcas, Haddad fue el único que mostró disposición a negociar”, explica Alilat. “Sin embargo, el emisario no volvió a comunicarse con él, y después Tebboune insistió públicamente en que no negocia con mafiosos”.
Pese a esas declaraciones, los hechos sugieren una solución pactada, que ha permitido a Argelia recuperar un activo de alto valor económico y simbólico sin tensar las relaciones con España.
La recuperación del Hotel El Palace —más de un siglo después de su fundación por Ritz y catorce años después de su adquisición por Haddad— se convierte así en un emblema de la nueva política de Argelia: la de limpiar su imagen internacional, repatriar su patrimonio y consolidar su autoridad moral frente a los excesos del pasado.
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