El periodista Iñaki Gabilondo se ha mostrado este miércoles crítico con los jóvenes actuales que, por puro desconocimiento y seducidos por la ultraderecha, alaban la Dictadura sin comprender realmente lo que implica.
"No lo aguantarían", ha pronosticado en un diálogo con estudiantes de la Universidad de La Laguna (ULL) con motivo del programa 'Para la libertad. España después de 1975' en el que ha indicado que suele hacer el ejercicio de "invitarles a que estén un mes viviendo sin libertad, para que entiendan qué supone no poder leer, ver o escuchar lo que quieras, no poder desarrollar la identidad sexual o religiosa".
El periodista se ha extendido sobre las dificultades que entrañaba desempeñar su oficio en un país controlado por una férrea censura y en el cual solamente eran permitidos dos boletines informativos diarios de Radio Nacional de España, a los cuales debían conectarse las demás emisoras.
En su opinión, estas jóvenes generaciones han abrazado este discurso porque les parece que "dice las cosas claras" y expone los problemas del actual sistema, pero Gabilondo ha recordado que la labor de los políticos no es denunciar, sino proponer soluciones y, por ahora, él no ha escuchado nunca propuestas de solución a esos partidos de extrema derecha.
"La democracia es una herramienta fundamental, pero tiene roña, hay que desengrasarla. Los partidos tienen que reflexionar y buscar otras recetas para adaptarse a este mundo que cambia porque, ahora mismo, las fuerzas políticas no están teniendo capacidad de resolver nada porque manejan viejas recetas", ha apuntado.
Gabilondo se ha referido a la complejidad de España como un país difícil de reconciliar, asolado por continuas guerras civiles, pues a la del siglo XX se suman las tres carlistas de la centuria anterior. "España es la voluntad de convivir de diferentes miradas. Cuando esa voluntad es alta, España crece, y cuando no, España decae", ha comentado.
La sesión fue inaugurada por el rector, Francisco García, la presidenta de la Fundación CajaCanarias, Margarita Ramos, y por el profesor del Departamento de Filología Española Alberto García, coordinador de seminario académico en el que se ha enmarcado este diálogo.
El diálogo, conducido por los estudiantes de Periodismo Daniela Rodríguez y Alexis Vella, ha llenado el Aula Magna del Campus de Guajara desde la que Gabilondo ha criticado a quienes ofrecen una visión del país como algo muy concreto y cerrado, llena de oropeles y recuerdos de un pasado imperial, y que no consideran "español" a quien no comparta esa imagen.
Gabilondo ha incidido en que tampoco ayuda el actual clima de confrontación partidista en el que lo único que parece importar es imponerse al rival. "Algunas cosas no pueden hacerse si no se llega a acuerdos. Es imposible", ha afirmado categórico, subrayando que problemas como el de la vivienda solamente podrán solucionarse si se sientan a la misma mesa las administraciones públicas, los sindicatos, la patronal y todos los sectores implicados.
"Este tipo de problemas solo se puede abordar de manera colectiva. Y como no hay fe en la posibilidad de llegar a acuerdos, muchos de esos grandes asuntos se guardan en el desván", ha comentado. Así, la reforma de la educación, de la administración pública y de la propia Constitución han sido relegadas del debate público ante la imposibilidad del consenso.
Elogia la capacidad de acuerdo de la Transición
Eso contrasta con lo que se logró en la Transición, un momento en el que se tuvo esa visión de la necesidad del acuerdo y todas las partes realizaron "un esfuerzo generoso de cesión, pacto y diálogo" para lograr el objetivo general. "Para muchas personas de aquella época, ver en la misma foto a Solé Tura y a Fraga era algo tan impensable como sería ver a Aznar con Otegi", ha explicado. Por eso, le molesta que se critique a la ligera ese proceso de cambio que no fue nada fácil.
"Cada movimiento para cambiar las cosas era acusado de traición a España. Era muy difícil hacer nada. Hay quien dice que la Transición fue un trampantojo, pero eso es mentira: fue una pelea con dificultad que, poco a poco, fue abriendo los caminos del tiempo nuevo que venía", ha indicado.
El golpe de estado del 23 de febrero de 1981 también ha ocupado algo de tiempo en este diálogo. De hecho, se ha proyectado el boletín informativo que el propio Gabilondo locutó como director de TVE y que supuso la primera ocasión en la que apareció ante una cámara.
No ha querido entrar en "especulaciones" sobre el suceso porque "lo fundamental ya se sabe", si bien ha señalado que en esos meses hubo muchos "movimientos conspiratorios". Aún así, no cree que el objetivo fuera reinstaurar la Dictadura porque España ya estaba inmersa en la inercia europea, "pero sí podría haber habido muchas noches de cuchillos largos".
Ante la pregunta de si le preocupaba el auge de la ultraderecha, su respuesta fue muy expresiva: "¿A ti no?". Lo preocupante para él es que se trata de un fenómeno universal que está llegando a Europa y América de manera simultánea.
"Trump no sé si es fascista, pero su modo de actuar es el del fascismo" y ha convertido en conceptos perseguidos aquellos que antes eran el motor de la vida, como los derechos y la cohesión social.
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