La salida de Jabari Parker del Barça ha marcado un punto de inflexión en la planificación deportiva del club azulgrana. Juan Carlos Navarro, mánager general de la sección de baloncesto, ha sido claro y transparente al explicar los motivos de esta decisión, subrayando que fue el propio jugador quien pidió salir tras una temporada complicada tanto a nivel individual como colectivo.

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Navarro reconoció que la primera temporada de Parker fue bastante buena, pero en la segunda no logró mantener el mismo nivel de rendimiento. La adaptación al juego colectivo del Barça le resultó más difícil de lo esperado, a pesar de su talento individual extremo. Esta dificultad para integrarse plenamente en la dinámica coral del equipo fue uno de los factores que influyeron en su deseo de buscar nuevos retos lejos del Palau.

El directivo azulgrana destacó que, aunque no es una noticia agradable, la marcha de Parker representa una oportunidad estratégica para el club. La rescisión de su contrato permite al Barça liberar una parte importante de la masa salarial y, por tanto, disponer de más margen para reforzar la plantilla en varias posiciones. Navarro fue contundente: “Con esta salida podemos reforzar todavía más a nuestro equipo en varias posiciones de cara a un año que será durísimo”.

El club ya trabaja en la incorporación de nuevos jugadores, con la intención de fichar tanto a un alero como a un jugador interior, además de un ala-pívot de garantías que cubra la vacante dejada por Parker. El objetivo es claro: ampliar la plantilla y dotarla de mayor profundidad para afrontar una temporada que se prevé especialmente exigente, con más partidos y una alta competencia en todas las competiciones.

Navarro también quiso dejar claro que la decisión fue consensuada y rápida, ya que Parker expresó dudas sobre seguir vistiendo la camiseta del Barça. Ante esta situación, ambas partes consideraron que lo mejor era separar sus caminos. El club, por su parte, le ha deseado lo mejor en su nueva etapa profesional.

En definitiva, la salida de Jabari Parker, lejos de ser un contratiempo, se presenta como una oportunidad para fortalecer el proyecto deportivo del Barça, permitiendo al equipo afrontar el futuro con renovadas ilusiones y recursos para seguir compitiendo al máximo nivel.

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