Fernando Alonso llegó al Gran Premio de Austria con la mente puesta en la realidad: el Red Bull Ring no es el mejor escenario para su Aston Martin AMR25. A pesar de ello, el piloto asturiano logró una posición de salida que, sobre el papel, es buena: la undécima, a solo un puesto de los puntos, según informa Europa Press.

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Sin embargo, el optimismo de la parrilla no se traslada al volante. Alonso ha sido claro: el ‘feeling’ es más pesimista que la posición.

El fin de semana ha sido complicado para el equipo británico. Desde los primeros entrenamientos libres, Alonso ha notado un coche desequilibrado, con problemas de subviraje en las curvas rápidas y sobreviraje en las lentas.

Esta dualidad ha frustrado al piloto, que ha probado múltiples configuraciones junto a su compañero Lance Stroll, pero sin éxito: el carácter del coche no ha cambiado y las sensaciones han sido “reguleras” durante todo el fin de semana.

La clasificación ha sido una pequeña sorpresa positiva, ya que, pese a las dificultades, Alonso ha estado cerca de la zona de puntos. Pero él mismo reconoce que el resultado es mejor que la sensación real, y que la carrera del domingo será un reto. 

El calor y la gestión de neumáticos pueden jugar un papel clave, al igual que los posibles “líos” que suelen darse en la salida y en las primeras vueltas de la carrera.

Alonso no baja los brazos. Sabe que, en una parrilla tan igualada, cualquier incidente puede cambiar el orden y que, con solo dos décimas, se puede pasar del quinto al vigésimo puesto.

Por eso, su objetivo es claro: estar atento y aprovechar cualquier oportunidad para sumar puntos, como ya ha hecho en carreras anteriores.

El piloto asturiano mantiene la esperanza y confía en que las próximas evoluciones del coche, especialmente de cara a Silverstone, permitan mejorar el rendimiento y el equilibrio del AMR25.

Mientras tanto, su actitud es de máxima exigencia y de no conformarse con lo conseguido, siempre buscando el límite y esperando que, en el futuro, el coche le permita luchar por victorias.

Fernando Alonso parte undécimo en Austria, con una posición que le puede permitir aspirar a los puntos, pero con la sensación de que el coche no está a la altura. 

El ‘feeling’ es más pesimista que el resultado, pero su ambición y su capacidad para aprovechar las oportunidades le mantienen en la pelea. La carrera será un reto, pero Alonso sigue firme, dispuesto a recoger cualquier punto que le ayude a seguir avanzando en la temporada.

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