El estadio Carlos Tartiere se prepara para vivir una noche histórica con la vuelta de la final del playoff de ascenso a LaLiga EA Sports entre el Real Oviedo y el CD Mirandés.

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Según informa Europa Press, el duelo, cargado de emoción y tensión, enfrenta a dos equipos que sueñan con escribir una página imborrable en su historia: el Oviedo, con la posibilidad de regresar a Primera División tras 24 años, y el Mirandés, que busca consumar la mayor hazaña de su existencia.

El Mirandés llega con una ligera ventaja tras imponerse 1-0 en Anduva, aunque el resultado dejó sensaciones encontradas, ya que el Oviedo fue superior en varios tramos del partido. Ahora, los asturianos necesitan ganar por un gol para forzar la prórroga o por más de uno para ascender en los 90 minutos. El Mirandés, por su parte, se clasifica con cualquier empate o incluso perdiendo por la mínima si luego se impone en la prórroga.

Históricamente, el Carlos Tartiere ha sido un fortín para el Oviedo ante el Mirandés, ya que los rojillos no han ganado en sus últimas ocho visitas (cinco victorias y tres empates para los locales). Sin embargo, el Mirandés llega en un gran momento, con siete victorias en los últimos diez partidos, y con la moral alta tras el triunfo en la ida.

Veljko Paunovic, técnico oviedista, recupera a Santi Cazorla, capitán y símbolo del equipo, ausente en la ida por molestias. Su presencia será fundamental tanto en la creación de juego como en el liderazgo emocional.

El posible once del Oviedo incluiría a Aarón Escandell en portería; Nacho Vidal, Costas, Dani Calvo y Rahim en defensa; Sibo y Colombatto en el mediocampo; Hassan, Cazorla e Ilyas Chaira como enganches; y Fede Viñas en punta.

Por el lado del Mirandés, Alessio Lisci apuesta por la continuidad y la serenidad, confiando en el bloque que le ha llevado hasta aquí. Joaquín Panichelli será la principal referencia ofensiva, respaldado por un equipo que destaca por su solidez y capacidad de adaptación a distintos escenarios de partido.

El Carlos Tartiere estará a rebosar, con más de 30.000 oviedistas empujando a su equipo, frente a los más de 300 valientes aficionados rojillos que viajarán desde Miranda de Ebro. La presión será máxima para los locales, pero también la ilusión de lograr el ansiado ascenso.

En definitiva, se espera un encuentro vibrante, donde el componente emocional y la capacidad de gestionar la presión serán tan decisivos como el talento sobre el césped. Solo uno podrá celebrar una hazaña histórica.

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