Santiago Mouriño se va del Alavés para jugar en el Villarreal en un desplazamiento con escala en el Atlético de Madrid.
El conjunto colchonero ha ejercido la opción de recompra que tenía por 4 millones para después traspasarlo al ‘Submarino’ por una cantidad cercana a los 10 kilos. Un movimiento que se oficializará muy pronto y con el que se asegura 6 millones limpios y que dejan al Alavés sin su referente en el eje de la zaga.
Santiago Mouriño, una de las piezas clave en la defensa del Deportivo Alavés, está a punto de vivir un giro significativo en su carrera futbolística. El joven defensa central, que llegó al Alavés y rápidamente se convirtió en el referente del eje de la zaga, será protagonista de un mercado de fichajes marcado por estrategias empresariales y movimientos inesperados.
Para el Alavés, la noticia representa un duro golpe. Mouriño no sólo era uno de sus futbolistas más fiables en defensa, sino que había ganado un notable respeto dentro y fuera del vestuario. Era habitual ver al central uruguayo anticiparse a los delanteros rivales, reforzando la solidez de un equipo que luchó con uñas y dientes por mantener la categoría y ambicionar algo más. Perder a este baluarte implica la obligación de reformular el sistema defensivo y buscar tanto en el mercado como en la cantera una solución que compense la ausencia de un futbolista de su perfil.
Por otro lado, el Villarreal da un importante paso adelante en la búsqueda de rejuvenecer y reforzar su defensa. El club castellonense, fiel a su política de incorporar jóvenes talentos con proyección internacional, confía en que Mouriño aporte seguridad, liderazgo y proyección de futuro. Bajo la dirección del cuerpo técnico del Submarino, el uruguayo tendrá la misión de consolidarse en la élite del fútbol español y afrontar competiciones europeas si el club consigue clasificarse para ellas.
En suma, el traspaso de Santiago Mouriño ejemplifica la complejidad del actual mercado de fichajes, donde los intereses deportivos y económicos se entrecruzan constantemente. Mientras el Atlético de Madrid logra un beneficio financiero rápido, el Villarreal refuerza su futuro y el Alavés afronta el reto de reinventarse sin una de sus figuras más determinantes. Así, el viaje de Mouriño, con escala en Madrid y destino final en Villarreal, redefine su carrera y reconfigura los planes de tres clubes con objetivos y realidades distintas, según informa Europa Press.
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