La Reserva Federal quiere acabar con la inflación, pese a quien le pese. Por eso, en la última reunión decidió subir los tipos 50 puntos básicos, la subida más agresiva desde el año 2000. El presidente Jerome Powell dejó claro que su objetivo era que la inflación estuviera en el 2% con un mercado laboral fuerte, que harían lo que hiciera falta, aunque descartó subidas de tipos más agresivas (de 75 puntos básicos). Muchos expertos advierten que esta política monetaria podría llevar a la economía a una recesión. ¿Podría ser cierto?

Axel Botte, estratega global de Ostrum AM, advierte que “Powell está caminando sobre una línea muy fina”, ya que “será difícil lograr un aterrizaje suave de la economía y evitar un endurecimiento indebido de las condiciones financieras”. La Fed anticipó al menos dos subidas adicionales de 50 puntos básicos en junio y julio. Sin embargo, para Botte, la Fed actúa de forma ligeramente más moderada de lo esperado para suavizar las reacciones instintivas del mercado.

Después del anuncio de la subida de tipos, Wall Street reaccionó con subidas, porque era una subida descontada. Sin embargo, en la sesión del día siguiente y por miedo a una recesión, los principales índices del parqué estadounidense cayeron con fuerza. De hecho, el Nasdaq 100 llegó a dejarse un 4,8%, la mayor caída desde septiembre de 2020.

Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, se muestra más seguro en afirmar que con esta política monetaria, el banco central de EEUU controlará la inflación, la más alta de los últimos 40 años, cerró marzo en el 8,5%, pero “probablemente cueste una recesión”. Para el economista, la recesión “puede ser una contrapartida inevitable para lograr reducir esa inflación, aunque la esperanza está en un aterrizaje suave”.

Esencialmente, el banco central tiene que restablecer el equilibrio entre la oferta y la demanda de manera que haya suficiente capacidad de maniobra en la economía para aliviar las presiones sobre los salarios y los precios. Keith Wade explica que para lograr un aterrizaje suave, “esto tiene que hacerse gradualmente, con una tasa de crecimiento por debajo de la tendencia, en lugar de entrar en recesión con una caída de la producción y un rápido aumento del desempleo”.

La experiencia demuestra que las recesiones de los años ochenta y noventa se sucedieron tras un repunte de la inflación similar al actual. Aunque se habló mucho de conseguir un aterrizaje suave durante estos periodos, no fue así. Según el economista de Schroders, hay tres razones por las que las probabilidades de que la economía de EEUU experimente una recesión son elevadas. En primer lugar, la inflación se está consolidando. En segundo lugar, la política monetaria es una herramienta contundente. En tercer lugar, ese juicio político se hace más complejo hoy en día por lo que está sucediendo en otros lugares.

Alger, socio del Grupo La Française, asegura que la Fed ha provocado muchas recesiones en EEUU intentando combatir la inflación, pero ha habido algunas veces que ha subido tipos y ha controlado la economía. En tres casos, la Reserva Federal aumentó la presión en 300 puntos básicos o más, pero la economía continuó expandiéndose. Esa cantidad de ajuste es más o menos lo que anticipan las propias proyecciones de la Fed publicadas en marzo.

La Reserva Federal también endureció su política monetaria entre 2015 y 2018, y que la economía creció sólidamente en 2019, para luego verse afectada por la pandemia. “En un momento en el que la Fed parece ser cada vez más dura con la inflación, puede ser tranquilizador saber que el endurecimiento monetario no siempre conduce a la recesión y que los aterrizajes suaves han solido favorecer a los inversores”, asegura el socio de La Française.

Sin embargo, Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes Ltd, considera que “rara vez ocurre” lograr un aterrizaje suave de la economía tras una política monetaria agresiva. “Será difícil para la Fed calibrar la cantidad correcta de endurecimiento, dado que está empezando desde atrás de la curva”, apunta.

La economista ve probable que la Reserva Federal siga subiendo de forma agresiva en los próximos meses, ya que la inflación podría continuar en niveles incómodamente altos a pesar de haber alcanzado probablemente su máximo. Aunque el mercado laboral es fuerte y los balances están en buena forma, “no está claro cómo el consumidor estadounidense va a resistir los múltiples golpes de la restricción monetaria y fiscal, la inflación que empuja los costes y aprieta los ingresos reales, y un mercado de valores más débil”. explica.

Además, explica que EEUU no se encuentra aislado y los acontecimientos que se produzcan fuera de él influirán en la reacción de la Reserva Federal. Estados Unidos es la principal economía dentro de una economía mundial profundamente interconectada, y la Fed y el dólar estadounidense desempeñan un papel clave para las condiciones financieras mundiales. “Unos tipos de interés de la Fed mucho más altos podrían tener implicaciones graves y de gran alcance en un mundo altamente endeudado tras el Covid y con una guerra en curso”, concluye.