El arco es su arma y la discreción su seña de identidad. Siempre van en pareja o en grupo, nunca solos. No llaman la atención y no dejan rastro ni pruebas de su paso. Su labor consiste en aplacar la alarma social generada en aquellos lugares en los que confluyen los jabalíes y los humanos. Son los cazadores arqueros profesionales. "Hay que tener un perfil bajo porque la administración lo que no quiere es ruido, solo que se actúe. Se elimina el problema y listo", explica en conversación con El Independiente Daniel González, delegado de arco de la Real Federación Española de Caza.

La emergencia cinegética declarada en Galicia, que permitirá cazar "sin límite" jabalíes en el 80% de la región, ha devuelto al foco mediático las medidas excepcionales para controlar la superpoblación de jabalíes. Grupos ecologistas como PACMA (Partido Animalista Con el Medio Ambiente) y ADAGA (Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia) se han movilizado en contra de la medida, a la que han tildado de"masacre". Ajenos a la exposición y al debate de la opinión pública, se camuflan los cazadores arqueros profesionales, que ejercen su labor de control de la especie en comunidades como Madrid, Andalucía, Asturias o Galicia.

"Hay que ser muy efectivo y discreto para evitar la alarma social, tener una gran experiencia y conocer a la perfección el tiro con arco y el comportamiento del jabalí para saber cuándo actuar para que las posibilidades de éxito sean prácticamente del 100%", apunta González. A los arqueros cualificados se les exige un carné previamente obtenido en la Real Federación Española de Caza y son contratados directamente por la Comunidad Autónoma o ayuntamiento interesado.

El uso de armas de caza está prohibido en el interior de los núcleos urbanos y rurales y otras zonas habitadas, así como a 100 metros de las mismas, por lo que el arco se convierte en el mejor recurso para acabar con los jabalíes en busca de basura de la que alimentarse. "Se trata de darle poco bombo, simplemente que la gente vea que el animal no vuelva a la población y punto", explica González, que señala "no hay mucha gente especializada en este tipo de actuaciones porque la responsabilidad es muy grande".

Discreción sin negocio

Los arqueros cazadores profesionales no ganan dinero con sus flechazos. La administración les contrata y acuerda un importe ajustado a los gastos del despliegue, que depende de la actuación. El coste de cada flecha se sitúa entre los 25 y 30 euros y cada arquero utiliza su equipo personal, graduado y adecuado a las características del tirador.

González explica que hay comunidades autónomas muy escépticas al arco, aunque destaca la importancia de atajar el problema de la superpoblación de jabalíes antes de que alcance una dimensión que obligue a activar la emergencia cinegética. "Se creen que vamos por las calles pegando flechazos y, como se ha demostrado, no es así. No han salido a la luz ni fotos ni vídeos de los tiradores en acción porque la discreción es nuestra mejor cualidad".

Los arqueros profesionales emplean cámaras térmicas con las que advertir la presencia humana, "cuando vemos que no hay nadie actuamos. En Andalucía, entre 2022 y lo que va de 2023, hemos realizado 350 capturas y no hay ni una sola foto ni un vídeo", ensalza González.

El perfil del arquero cazador

Los arqueros cazadores formados por la Real Federación Española de Caza y al servicio de cada una de las consejerías comunitarias que les solicitan han de ajustarse a un perfil determinado. González indica que hay que tener "mucha experiencia en el control del jabalí", por lo que normalmente son tiradores mayores de 40 años.

"Es fundamental conocer las características del animal, pero también hay que manejar muy bien el arco. Al final cuando uno tiene que tirar sabe que no puede fallar, por lo que no vale cualquiera. La responsabilidad es muy grande", apunta González.

Una de las principales virtudes que ha de tener un arquero cazador profesional es la capacidad para seleccionar su disparo. Desde la Real Federación Española de Caza apuntan a que la caza no se puede permitir que aparezcan jabalíes heridos con flechazos en lugares públicos: "Hay que disparar desde cerca y en el lugar exacto. Solemos tirar de 5 a 10 metros de distancia. A más de 10 metros de noche difícilmente tiramos".