El Banco de España ha activado el colchón de capital anticíclico (CCA) con el que pedirá a los bancos españoles un requisito de reservas extra para 2025 y 2026. Concretamente, el organismo lo ha establecido en un 1% en dos años, que sería un 0,5% en 2025 y otro 0,5% en 2026. Este aumento supone 7.500 millones extra para los bancos españoles. Este mecanismo sirve para que los bancos acumulen capital durante las etapas de bonanza económica, que luego puedan liberar en momentos de crisis para absorber pérdidas.

Ahora se inicia el proceso de información pública para establecerlo en el 0,5% a partir del cuarto trimestre de 2024, pero será exigible en el cuarto trimestre de 2025. En un año se repetiría el proceso para elevarlo 0,5% hasta el 1% a partir del cuarto trimestre de 2025, exigible en 2026. No obstante, Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, ha matizado que ese 0,5% se produciría si el nivel de riesgo es el mismo que el actual, que es intermedio. 

Estos 7.500 millones de euros se han estimado con cifras a cierre de 2023, por lo que podría variar ya que el balance de las entidades es diferente cada año y todo apunta a que la cifra al finalizar la activación será diferente. Además, el Banco de España podrá modificar o incluso revertir este plan de actuación si las circunstancias y la información que se vaya recibiendo así lo recomiendan.

El colchón de capital anticíclico, conocido también como colchón anticrisis, se creó hace casi una década. Está diseñado con dos objetivos: frenar el crecimiento del riesgo sistémico y reforzar la solvencia de las entidades, de forma que puedan absorber las pérdidas que generarían en el caso que se materializaran estos riesgos.

A pesar de la activación de este colchón, el riesgo sistémico en el que se encuentra España en este momento es intermedio, pero no alto. Hernández de Cos ha explicado que hay evidencias de que el beneficio de activarlo con riesgo medio es mayor. La liberación de este colchón de capital tendrá lugar cuando se materialicen riesgos sistémicos cíclicos o se produzca una perturbación con implicaciones adversas para la banca. En ese caso se liberará de manera inmediata y no gradual, como sí que es la activación. Una vez que los riesgos vuelvan al nivel estándar, el Banco de España establecerá el plan para su posterior activación.

Así, en el caso de que en ese momento el sistema se encontrara una situación de riesgo de crisis, este colchón se eliminaría. En todo caso, el Banco de España podrá decidir revisar o revertir este plan si así lo considera necesario.

Según está diseñado, el esfuerzo para realizar esta dotación de capital adicionales será superior para las entidades que solamente tienen exposición a España, mientras que será más liviano para aquellas que tienen mayor diversificación internacional. Sin embargo, Ángel Gavilán, director de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución, ha explicado que las entidades con más presencia en otros países tienen que activar la regulación de ese país. Es decir, que si hay un colchón anticrisis en Reino Unido los bancos con presencia en ese país también tendrán que tener ese escudo para protegerse ante riesgos sistémicos. 

Por el momento, el Banco de España ha sometido a consulta pública la propuesta de activación de la primera fase después de lograr una valoración positiva por parte de la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera (AMCESFI), organismo dependiende del Ministerio de Economía en el que están el propio Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). También ha sido informado el Banco Central Europeo (BCE).

En concreto, se ha sometido a consulta pública hasta el próximo 13 de junio la activación del primer tramo a partir del cuarto trimestre de este año, que será de aplicación desde el 1 de octubre de 2025.