La empresa de defensa Alfariver se vestirá de largo la semana que viene en Feindef, la principal feria del sector en España y una de las más importantes del mundo. La compañía se presentará al mundo en Madrid durante los tres días que dura la cita.
No se van a dejar nada en casa. Alfariver llevará en su stand sus propuestas más potentes para seducir a un mercado especialmente convulso. Las distintas guerras, el rearme de Europa y la visión a futuro de las nuevas tecnologías enfocadas a la seguridad hacen de Feindef, quizás, el encuentro clave de cara a futuro.
Entre sus novedades se podrá ver un gran dron marítimo con capacidad para 300 kilos de explosivos en su bodega. La nave tiene una autonomía de 400 kilómetros y alcanza hasta los 44 nudos. Está diseñada para que un mismo controlador pueda manejar varias unidades a la vez. Se trata de un modelo que ya ha sido usado contra barcos rusos en aguas ucranianas. Pero ahora lo montará una empresa española.
Más cosas. La empresa mostrará su potencial en comunicaciones 5G+. Podrá verse un vehículo militar que permite construir redes de comunicación propias seguras para las unidades desplegadas sobre el terreno. Es capaz de encriptar los mensajes y transmitirlos a una altísima velocidad, y sirve para trasnmisiones individuales o de varios equipos. También podrán verse novedades en robótica y optrónica. Todo, aseguran fuentes conocedoras, de fabricación española.
Nuevo nombre, distinta compañía
El reto de Alfariver pasa por convencer a los futuros compradores de que nada tiene que ver SDLE, la empresa de los hermanos Estrella Río, investigados en la Audiencia Nacional, y quienes vendieron la compañía el año pasado. La venta, adelantada por El Independiente en su día, se cerró en torno a los 30 millones de euros. Está por ver cuánto recibirán los antiguos propietarios finalmente. La empresa no está imputada, y los nuevos dueños han hecho una limpia de todo lo que tenía que ver con ellos. Lo único que queda son las plantas industriales, que son de su propiedad y los nuevos gestores se las alquilan.
La nueva empresa cuenta con unos 200 empleados. Han hecho "grandes inversiones" para tener a profesionales "de primer nivel" para enfocar los nuevos retos de la compañía. Además de los productos de fabricación propia, los nuevos dueños se seguirán enfocando en el mantenimiento. De hecho, según ha podido saber este periódico, esperan poder firmar un "acuerdo importante" durante Feindef con un país del centro de Europa.
También celebrarán un consejo de administración el miércoles, el último día. La firma española tendrá en Ifema a todos sus consejeros. Entre ellos estarán los nuevos propietarios: Jorge Quesada y Natalia Tellería. El primero está relacionado con empresas tecnológicas y ella con el mundo de la energía. Pero también con la empresa SAPA, integrante del consorcio Tess que fabrica los blindados 8x8. Su hija está comprometida con un miembro de la familia propietaria de la compañía. En el nuevo equipo hay también personas muy bien relacionadas con el Banco Santander.
Muchas novias
"A la empresa le salieron muchas novias", aseguraron en su día personas que estuvieron inmiscuidas en la operación. Antes de la llegada de Quesada y Tellería, hasta la antigua SDLE se acercaron muchos compradores. El entorno del exministro de Defensa José Bono, el lobby Acento, de José Blanco, o el fondo de inversión del exlíder del PP Pablo Casado.
En las primeras reuniones participaron Domingo Díaz de Mera, empresario de Ciudad Real relacionado con el aeropuerto y el club de balonmano de la provincia, y Pablo Cobo, antiguo miembro de Urbas. Fueron ellos quienes buscaron posibles compradores para Aurelio y Manuel. Díaz de Mera tiene a un hombre de su total confianza en el consejo, Jesús Sánchez Lambás, abogado que asesoró a la infanta Elena en su divorcio con Jaime Marichalar y cuñado del difunto Alfredo Pérez Rubalcaba. También rondó la operación un empresario judío, Isaac Querub.
No han trascendido la participación final de Díaz de Mera y Cobo. Tampoco si llegaron a cobrar algún tipo de comisión. Estos "tiburones" de los negocios dejaron algún cadáver por el camino. Personas que participaron de alguna manera en la venta y a las que dejaron fuera, y que no van a tirar la toalla. Sea como fuere, el nuevo futuro de Alfariver se empezará a escribir en el próximo Feindef.
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