Este martes Telefónica sufrió su particular 'apagón'. En esta ocasión fue un fallo interno de la operadora, que registró incidencias en los servicios de comunicaciones fijas (voz e Internet) que presta a empresas y a servicios públicos como el 112.
La compañía logró restablecerlos por completo en torno a las 12:30 horas, y aseguró que desde el primer momento activó el comité de gestión de incidencias, aisló los nodos afectados y desplazó personal de campo para resolver la situación. En cuanto al origen de la incidencia, admitió que los problemas habían estado relacionados con "unos trabajos de actualización de la red", sin dar más detalles.
En alguna ocasión Telefónica ha hablado de que las redes del futuro exigirán más tráfico de datos, una menor latencia y la demanda de una mayor personalización y seguridad. Algo complejo de llevar a cabo en una red como la que gestiona la compañía española, que a nivel mundial tenía 390 millones de accesos al cierre del 2024. En este proceso, las actualizaciones son inevitables para mejorar el servicio. Pero esta vez también fueron las causantes de los fallos.
En los últimos años, la compañía ha efectuado diversas modernizaciones en su red, empezando por la sustitución del cobre por la fibra óptica. En 2024, Telefónica apagó 3.671 centrales en España, lo que significa que el 90% de las que operaban originariamente en la red minorista están ya fuera de servicio. Durante este mismo mes de mayo está previsto que las restantes sigan el mismo camino.
En paralelo, han impulsado el apagado de otras tecnologías legadas, y han incentivado la compartición de redes y la reducción del coste de energía mediante acuerdos de hedging. Y también han seguido trabajando en el proyecto Fusión para combinar la red metro ethernet y la red IP en una sola.
Además, han renovado cientos de sus principales edificios de red para hacerlos "más eficientes, sostenibles y seguros", mejorando las instalaciones de las infraestructuras comunes y modernizando equipos con la idea de garantizar "el mejor servicio al cliente final".
"La redundancia de instalaciones permitirá minimizar al máximo los efectos de un posible corte de alimentación en sus equipos. Este proyecto de renovación incluye un amplio rango de soluciones tecnológicas preparadas para incrementar la eficiencia energética de las construcciones, reducir los costes, mejorar la experiencia de usuario y aumentar la seguridad. Además de aumentar sustancialmente la capacidad de las infraestructuras actuales, estas reformas inciden en la sostenibilidad medioambiental y persiguen la mayor eficiencia energética en su funcionamiento", recalcaban desde Telefónica.
Por otro lado, la empresa también está trabajando con soluciones de inteligencia artificial para detectar posibles fallos, asegurando así que la red se mantiene operativa. En la parte de telefonía móvil, en junio de 2023 Telefónica informó que iría introduciendo "gradualmente" la tecnología ISSU en su red para proporcionar una "mayor eficiencia operativa, reduciendo el riesgo y mejorando la satisfacción del cliente" en su red de datos. Se trata de una actualización de software en servicio, que permite a los operadores de red actualizar su software en el núcleo de la red sin tener que interrumpir las operaciones en ningún componente del núcleo de la red o sin necesidad de redirigir el tráfico de datos.
Esto significa, según explicaron, que las actualizaciones pueden llevarse a cabo durante el funcionamiento de la red y con plena utilización de los datos por parte de los usuarios: "Los clientes de telefonía móvil se benefician así de redes mejoradas, ya que siempre estarán actualizadas, por ejemplo en lo que respecta a características técnicas y soluciones de seguridad. Además, las actualizaciones de software en servicio aumentan el grado de automatización de la red y reducen significativamente la necesidad de intervención manual. ISSU proporcionará una mayor eficiencia operativa, reduciendo el riesgo y mejorando la satisfacción del cliente".
Los contratos críticos de Telefónica
Los problemas de las redes de Telefónica este martes afectaron, entre otros, a las líneas 112 de los servicios de emergencias de comunidades autónomas como Valencia, Navarra, Aragón, Andalucía, Extremadura, La Rioja, el País Vasco o Castilla La Mancha. Mientras tanto, operadoras como Vodafone o MasOrange aseguraron que la situación no había tenido "ningún impacto" en sus clientes. Algo que, de nuevo, evidencia el riesgo de depender de un solo proveedor a la hora de operar servicios críticos.
Telefónica tiene una gran presencia en este tipo de contratos. Sin ir más lejos, el Gobierno les adjudicó una licitación para el mantenimiento del Servicio Integral de Radiocomunicaciones Digitales de Emergencia del Estado (Sirdee) para un periodo de casi tres años por 205 millones de euros. Según el Ministerio del Interior, la red Sirdee permite a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE) y otros Organismos dependientes de la Administración General del Estado con competencias en seguridad y emergencias realizar comunicaciones seguras de voz y de datos en todo el territorio nacional.
La red Sirdee proporciona servicio a más de 70.000 terminales de las FFCCSE, y ha permitido crear un "sistema común" de radiocomunicación, modernizando las salas 091 y 062, de Policía Nacional y Guardia Civil. Además, también presta servicio a más de 1.500 terminales de Policía Local, Servicios de Protección Civil o Servicios de Emergencias. Por todo ello, y debido a la evolución tecnológica y los posibles ataques y ciberataques, "las FFCCSE se ven en la obligación de actualizar periódicamente dicho sistema".
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