Santa Bárbara Sistemas ha sido durante décadas un pilar de la industria de defensa española. Tras su privatización en 2001 y posterior integración en el grupo estadounidense General Dynamics (GD), el cuarto más importante en el ámbito militar del mundo, la compañía ha evolucionado hasta convertirse en un actor clave en el desarrollo y fabricación de vehículos blindados, municiones, misiles y sistemas de artillería. Y ahora ha cobrado un gran protagonismo.
En la misma semana en la que los países de la OTAN acordaron elevar el gasto militar hasta el 5% del PIB, y en la que Donald Trump amenazó a España por la negativa de Pedro Sánchez de alcanzar ese porcentaje, El Independiente organizó en la sede de la Fundación Cajasol de Sevilla una charla para conocer la visión de Santa Bárbara sobre el contexto geopolítico actual y sus planes futuros, que colocan a España en una posición clave.
Casimiro García-Abadillo, director de este medio, conversó durante una hora con Antonio Bueno, presidente de General Dynamics European Land Systems (GDELS), la cabecera de GD en Europa que gestiona y administra, desde su sede central en Madrid, las compañías del grupo en Suiza, Austria, Alemania, Rumania, Dinamarca, República Checa y, por supuesto, España, donde dirigen Santa Bárbara.
De entrada, el propio Bueno habló sobre cómo la producción militar europea se está activando, después de que la UE anunciara un plan de 800.000 millones de euros para fortalecer sus capacidades defensivas y de seguridad. Como muestra, puso de ejemplo la producción de blindados de Santa Bárbara: "Actualmente tenemos capacidad para fabricar 315 vehículos al año, aunque podemos mejorarla de manera inmediata simplemente ampliando los turnos. Pero en nuestro plan está contemplado pasar a fabricar 560 vehículos anuales en un plazo de tres años".
Con todo, el ejecutivo es consciente de que las compañías españolas del sector tendrán que trabajar en colaboración estrecha con Indra, la empresa elegida por el Gobierno para ser el nuevo campeón de defensa. De momento ya lo hacen a través del consorcio TESS Defence, que está liderado por Indra pero también cuenta con la participación de SAPA, Escribano Mechanical & Engineering y la propia Santa Bárbara. Un conglomerado que es responsable de la fabricación de los vehículos de combate VCR8x8 Dragón del Ejército de Tierra español, y que Bueno ve con buenos ojos porque todas las piezas son y se sienten importantes.
"No podemos entrar a valorar si la decisión que España ha tomado con Indra está bien o mal, simplemente la respetamos. Nosotros estamos dispuestos a trabajar conjuntamente y a aportar nuestra tecnología y nuestra capacidad de producción. La clave ahora es cómo se capacita a Indra y cómo ellos colaboran con el resto de tecnologías y capacidades, porque hay que evitar duplicidades y elevar la producción. Y eso pasa porque el conjunto sea más que la suma de las partes", subrayó el ejecutivo.
En ese contexto, Santa Bárbara quiere postularse para ser importante en la renovación de los tanques europeos Leopard, un programa que, de acuerdo con Bueno, es "uno de los grandes orgullos de transferencia tecnológica de este país" y que cristalizó en "uno de los carros de combate de referencia" que se montó, se puso a prueba y se calificó en su sede de Sevilla. "Fue un éxito, nos felicitaron incluso de otros países. Nuestra fábrica de Alcalá de Guadaíra es la casa del Leopard, y España quiere seguir participando en su modernización. No podemos renunciar a ello", sostuvo.
Para el directivo, ese proyecto es una oportunidad para dar otro salto, desarrollando nuevas tecnologías y conocimientos. "El programa Leopard comenzó en Alemania y en España, y no veo nada más natural que la posibilidad de que las empresas que participaron se muevan de manera conjunta para crear un centro de conocimiento para ser proveedores o miembros clave", aseguró.
Sello español y europeo
Aunque no le ve sentido a hablar de porcentajes concretos, porque prefiere apostar por inversiones sostenidas en el tiempo en lugar de picos, Bueno visualiza la situación geopolítica mundial como "atípica". Y se muestra convencido de que la inestabilidad está despertando a Europa de una situación "acomodada". Un cambio de mentalidad que considera que va más allá de lo puramente industrial, y que afecta también a la ciudadanía en general.
"Hay algo que está cambiando. Históricamente ha habido países como Polonia, Rumanía o Alemania que tenían más consciencia militar porque veían los conflictos más cerca. España lo miraba todo desde lejos, pero está avanzando. A día de hoy no hay ningún medio de comunicación o foro donde no se hable de defensa, e incluso la gente joven está muy atenta. Es algo que estamos notando cuando salimos a captar talento. Hasta hace poco existía la sensación de que entrar a trabajar en nuestra industria te marcaba, pero ahora se ve como un lugar donde desarrollar sus capacidades. Nos estamos acercando a alcanzar la conciencia de que los valores fundamentales de una sociedad requieren de algo que las defienda. Y solo el efecto disuasorio de los ejércitos ayuda a ello", explicó.
En ese sentido, desde GDELS no temen quedarse fuera del plan de rearme europeo, a pesar de tener una empresa matriz estadounidense. "Nosotros no somos de donde es nuestro accionista, aunque pertenecer a General Dynamics nos da un vínculo transatlántico para vender muy importante. Pero realmente desarrollamos y producimos en Europa, y gestionamos 4.500 suministradores, 900 de los cuales son españoles. Así que somos y nos sentimos europeos. La Comisión Europea habla de priorizar tecnología europea, y eso es lo que hacemos nosotros", destacó Bueno, que recordó que actualmente participan en diversos proyectos financiados con fondos europeos. "Es el mejor ejemplo de que la UE considera que somos de aquí", zanjó.
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