La discapacidad es una realidad más en la sociedad española. Según el último estudio disponible, el que realizó el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020, en España viven 4,32 millones de personas de seis o más años con algún tipo de discapacidad; esto es, aproximadamente el nueve por ciento de la población total. Más mujeres que hombres (2,55 millones por 1,77 millones), para una cifra total que creció un 14% respecto al estudio anterior, el realizado por el mismo organismo en 2008. 

Los problemas de movilidad siguen siendo el tipo de discapacidad más frecuente en nuestro país y, lo que es más que significativo, en el estudio del INE quedó reflejado que dos de cada tres personas con discapacidad en España manifestaron tener dificultades para desenvolverse con normalidad en su vivienda, en edificios públicos o en el entorno urbano más próximo. Es aquí donde entra en juego la palabra mágica: accesibilidad.

En los últimos tiempos, la accesibilidad forma parte de cualquier estrategia acertada y sostenible de Responsabilidad Social Corporativa en las grandes empresas, aunque en muy pocas con tanta fuerza como en Banco Santander. De hecho, la entidad acaba de certificar su Compromiso 360º con la accesibilidad, una distinción que otorga AENOR, convirtiéndose así en el primer banco en España y la primera empresa del IBEX 35 en lograrlo.

Para Marta Aisa, directora de Sostenibilidad de Santander España, “esta certificación consolida nuestro compromiso con la accesibilidad como factor clave para un modelo de servicio más inclusivo y centrado en cliente y que garantice que todas las personas puedan utilizar nuestros servicios financieros en condiciones de igualdad, autonomía y seguridad”.

Por su parte, desde AENOR, Javier Mejía, su director de Marketing Estratégico y Desarrollo de Negocio de AENOR, asegura que “la certificación Accesibilidad 360º de AENOR reconoce el compromiso real y global de una organización con la accesibilidad universal, evaluando no solo entornos físicos, sino también canales digitales, procesos y la cultura interna de la organización, orientándola a facilitar la inclusión y la igualdad de oportunidades. Que una entidad como el Banco Santander haya obtenido este sello es especialmente relevante por el papel esencial que juega en la vida de millones de personas. Garantizar el acceso a servicios financieros es clave para la autonomía y el bienestar individual, siendo un ejemplo claro de cómo la accesibilidad mejora la vida de las personas”.

Pero, ¿por qué esta distinción hace a Banco Santander una empresa única en el panorama nacional? La respuesta pasa, primero, por una apuesta firme y decidida por favorecer la accesibilidad en todos sus productos y servicios, y por la implementación de un plan estratégico con un enfoque transversal que no se limita a las personas con discapacidad. 

La ambición del Banco en este sentido es que todos sus entornos, productos y servicios puedan ser utilizados en condiciones de igualdad por todas las personas, atendiendo a la diversidad de capacidades físicas, sensoriales y cognitivas. Esa línea de trabajo, para la que Banco Santander siempre ha contado con la inestimable colaboración de ILUNIÓN Accesibilidad, no es, precisamente, de ahora, sino que la entidad ya fue pionera en este terreno con la puesta en marcha de la primera OTAD del sector bancario, creada ahora justo hace un año.

Una mujer sacando dinero de un cajero de Banco Santander.

Detrás de esas siglas se esconde una “oficina técnica de accesibilidad digital”, que, además de velar por el seguimiento de la Estrategia de Accesibilidad Digital del Banco, ofrece un servicio integral de consultoría para toda la compañía, que abarca desde el diagnóstico del nivel de cumplimiento de la accesibilidad de los activos digitales, el asesoramiento para la implementación de mejoras, formación in company y la innovación a través de la creación de nuevas soluciones accesibles.

Pero Banco Santander no ha querido quedarse ahí y en este último año ha realizado una notable inversión para llevar a cabo las acciones necesarias para el desarrollo de su estrategia de accesibilidad. Entre ellas, destacan, por ejemplo, la reforma y modernización de su red de oficinas, con la eliminación de barreras físicas, la instalación de rampas y/o plataformas elevadoras en accesos, ascensores accesibles, señalética en braille, aseos adaptados o apoyos isquiáticos. También, la entidad ha apostado por la incorporación de tecnologías text2speech en los cajeros automáticos para mejorar la navegación, la usabilidad y accesibilidad a la operativa y la visibilidad, y por la implementación de servicios de vídeo interpretación en lengua de signos en los contact center y un plan de formación interna para los empleados.

Todo ello con un único objetivo: que todas las personas, independientemente de sus capacidades, puedan acceder en igualdad de condiciones a todos los productos y servicios que ofrece Banco Santander; un plan transversal que le ha hecho destacar, una vez más, en el panorama empresarial nacional.

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