El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado este martes su informe de Perspectivas de la Economía Mundial. En el documento, el FMI ha revisado en dos décimas al alza su previsión de inflación para España. Durante la primavera, la institución estimó que el promedio del Índice de Precios al Consumo (IPC) cerraría 2025 en el 2,2%, pero ahora vaticina un 2,4%. Como la reforma de José Luis Escrivá vinculó la revalorización anual de las pensiones con el IPC, esta cifra implicaría un aumento del gasto en pensiones contributivas de unos 6.250 millones de euros aproximadamente.
De acuerdo con la Memoria de Análisis del Impacto Normativo que acompaña al real decreto sobre la revalorización de las pensiones, cada punto de incremento del IPC supone un coste de 2.606 millones de euros para la Seguridad Social. De esta forma, si la inflación media de este ejercicio se sitúa finalmente en el 2,4%, el coste se elevaría hasta los 6.254,4 millones de euros. No obstante, a esta cifra habría que añadir el efecto del aumento del número de jubilados y del mayor importe medio de las nuevas pensiones —tan solo hasta agosto se han incorporado al sistema 344.532 jubilados con una pensión media de 1.373 euros mensuales—.
Pero más allá de las proyecciones del FMI, lo que determinará finalmente cuánto subirán las pensiones será la evolución real del IPC en los próximos meses. En la práctica, la revalorización se calcula a partir de la media del IPC de los doce meses previos a diciembre. Por el momento, con los últimos datos disponibles —de diciembre de 2024 a septiembre de 2025—, la media acumulada se encuentra en el 2,58%.
El 2,58% es una cifra provisional a la espera de los datos de octubre y noviembre, que servirán de base para determinar el incremento definitivo que se aplicará a las pensiones a partir del 1 de enero de 2026. Y según el panel de expertos de Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros), en octubre, la inflación descenderá desde el 2,9% de septiembre hasta el 2,8% y en noviembre, volverá a caer hasta el 2,6%. Por tanto, si se incluyen estas previsiones al cálculo total, la inflación promedio se situará en el 2,6%, lo que supondrá un desembolso por parte de la Seguridad Social de 6.775,6 millones de euros.
Esta diferencia —apenas dos décimas respecto a la previsión del FMI— representaría 521 millones de euros más de gasto en pensiones, una muestra de la alta sensibilidad del sistema público de pensiones a cualquier variación en el IPC.
La inflación ha revalorizado las pensiones un 18% desde 2022
En 2022, las pensiones aumentaron un 2,5%. Este ejercicio estuvo marcado por una inflación récord, alimentada por el impacto de la guerra de Ucrania en los precios de la energía y las materias primas; y por las secuelas de la pandemia, que tensionaron las cadenas de suministro creando cuellos de botella. En paralelo, el Banco Central Europeo (BCE) inició una significativa subida de tipos de interés para contener la escalada de precios. Este contexto explica por qué en 2023 la revalorización de las pensiones se disparó hasta el 8,5%. En 2024, la situación se moderó gracias a la desaceleración de la inflación y la revalorización se situó en el 3,8%, para volver a descender hasta el 2,8% en 2025.
En total, la inflación ha revalorizado las pensiones un 17,6%, lo que equivale a 45.865.6 millones de euros, según la Memoria del real decreto sobre la revalorización de las pensiones (sin contar con las nuevas altas que se han producido desde 2022). Esta cantidad equivale, aproximadamente, al presupuesto total que el Estado ha destinado a sanidad entre 2017 y 2024 (43.338 millones de euros). Una comparación que refleja la magnitud del esfuerzo financiero que supone el ajuste de las pensiones al IPC.
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