El pasado 3 de octubre se celebró en Cartagena la puesta a flote del submarino S-82, bautizado como Narciso Monturiol, el segundo de la clase S-80. El buque será sometido ahora a una serie de pruebas de mar, que incluyen navegación en superficie e inmersión hasta alcanzar la cota máxima, y está previsto que se entregue a la Armada a finales de 2026. 

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Hasta entonces, España tendrá dos submarinos operativos. Por un lado, el S-81 Isaac Peral, el primero de su clase, que entró en servicio en noviembre de 2023 y actualmente se encuentra en situación de "alta disponibilidad", tras recorrer más de 5.500 millas y estrenarse en maniobras de la OTAN, algo que el Ministerio de Defensa calificó como "un hito para la flota submarina". 

Por otro lado, la segunda unidad operativa es el S-71 Galerna, botado en 1981 y entregado a la Armada en 1983. Algunas fuentes militares señalan que aunque es bastante "antiguo", sigue siendo capaz de cumplir "misiones propias de un submarino". Otras, por contra, deslizan que por bien que esté la nave lleva 40 años en servicio a pesar de estar diseñada para operar durante unos 25 años. "A día de hoy es más un número que un buque operativo en combate", señalan justo antes de recordar que su vida útil tuvo que extenderse a causas de los retrasos en la llegada de los S-80

En conjunto, está previsto que el programa de los S-80 (según el Ministerio, el más ambicioso de la industria naval española) desarrolle en total cuatro submarinos: los mencionados S-81 y S-82, ya construidos, más el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, aún en desarrollo, que podrían entrar en servicio en 2028 y 2029, respectivamente. En total, todos ellos tendrán un coste estimado de 4.000 millones, y generarán empleo directo, indirecto e inducido para más de 6.000 personas.

Las fuentes consideran evidente que actualmente la Armada, con dos submarinos, está limitada a nivel operativo para actuar. Sin embargo, algunas voces tienen grandes esperanzas puestas en los S-80, que visualizan que pueden ser "un gran salto" a nivel tecnológico y de capacidades, que además ha permitido que España ingrese en el selecto club de países con capacidad de construir submarinos, que apenas cuenta con una decena de miembros. Otras voces más cautas, sin embargo, resaltan que los nuevos submarinos españoles "aún tiene muchos años por delante para demostrar sus posibilidades reales".

Sin embargo, todas coinciden en que las cuatro unidades que España llegará a tener en servicio no serán suficientes para las necesidades de la Armada. "Se necesitan al menos ocho submarinos, los mismos que tenía nuestra flotilla antes del inicio del proyecto S-80. Los cuatro siguientes sería deseable que formasen una serie nueva, la S-90, que habría de ser una versión mejorada, en lo posible. La capacidad de construir submarinos modernos se apoya en una actividad que tiene que ser constante para que la tecnología no se pierda", señala una fuente.

"España llegó a tener ocho submarinos y ahora estamos hablando de tener cuatro para vigilar todo nuestro litoral, incluido Ceuta, Melilla y las islas. No es suficiente, es algo que todos pensamos dentro de la Armada", comenta otra, que establece que deberíamos contar con un mínimo de seis unidades. "Recientemente diversos medios informaron de que uno de los dos S-80 que se están construyendo podría venderse a Polonia. Un movimiento que podría permitir que Navantia ganara el contrato para construir tres nuevos submarinos para el país polaco a cambio de adelantar la entrega de una unidad. Pero no es buena idea vender a alguien capacidades que aún no tienes tú", añade.

El potencial de nuestros "enemigos"

El retraso de los S-80 ha ido provocando que durante las últimas dos décadas España haya ido perdiendo capacidades submarinas, mientras algunos de nuestros "enemigos" se han ido reforzando, según las fuentes. "Marruecos, que es nuestro principal enemigo, no tiene aún un gran músculo naval, pero año a año su Ejército está creciendo. Y Argelia tiene seis unidades, así que estamos en desventaja respecto a países que en teoría tienen el mismo potencial", resumen. Todo indica que la Marina Real marroquí comprará en breve sus primeros dos submarinos, aunque no parecen haber decidido aún el modelo.

Por comparar, Grecia tiene 10 submarinos; Francia y Reino Unido 9 cada uno, e Italia 8. Y es que en el contexto actual la importancia de estos buques está fuera de toda duda. Una de las fuentes así lo explica: "Se necesitan nueve submarinos para poder mantener tres permanentemente en zona. En este mundo de la estrategia naval todo el mundo sabe quién es quién. Las inversiones tienen que ser constantes aunque no sean demasiado grandes. Los submarinos, en caso de conflicto armado, permiten ahorrar muchos barcos de superficie, en principio más vulnerables. Hace falta voluntad política y determinar el papel que España puede y debe de desempeñar en un mundo cuya estabilidad está en entredicho".

Por ello, no dudan en decir que la ausencia de submarinos españoles en aguas del Mediterráneo o del Atlántico se interpreta como una señal de "debilidad". "En el mar, el submarino es el arma más peligrosa porque cumple con muchas facetas y no sabes dónde puede estar ubicado. Te da capacidad de disuasión, ofensiva y defensiva, y mucha imagen de poderío. Y si incorporan misiles intercontinentales, se convierten en plataformas lanzaderas móviles. Así que ojalá podamos recuperar las capacidades que necesitamos", zanjan.




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