A falta de una semana para la reunión del consejo de Indra que puede ser clave, Javier Escribano, presidente de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), ya vislumbra cómo podría ser la "fusión" que ambas compañías están estudiando, que confía en poder cerrar antes de que acabe el año.

"Lo que está encima de la mesa es una fusión, no una absorción", recalcó Escribano este martes durante un encuentro con la prensa. "EM&E no va a ser absorbida ni vendida. La idea es fusionar ambas compañías para crear una con más tamaño, porque tenemos capacidades complementarias", añadió.

A pesar del evidente conflicto de intereses que supondría la operación, con ambos hermanos Escribano -Javier y Ángel- ocupando la presidencia de las dos empresas, el máximo directivo de EM&E defiende que Indra ya mostró interés en comprar la empresa familiar en el pasado, y que el proceso se hará con las máximas garantías.

"Hemos sido una compañía que Indra ha tenido interés en adquirir, y tenemos una relación histórica", destacó Escribano, que insistió en que la operación está siendo supervisada por "los mejores bancos del mundo": Goldman Sachs y Morgan Stanley por parte de Indra y JPMorgan y Santander por la de EM&E.

En esa línea, confirmó que Indra debería acometer una ampliación de capital para fusionarse con EM&E, y que serían, precisamente, los bancos mencionados los encargados de determinar qué porcentaje de títulos de la tecnológica pasaría a manos de los hermanos en el canje de acciones.

"Están hablando entre ellos para llegar a un consenso sobre cuántos títulos de Indra recibirá EM&E si se confirma la fusión. Pero no hay dinero encima de la mesa, y para nosotros no hay ningún plan B. Mi hermano y yo hemos venido a quedarnos. Si hay fusión, seremos accionistas, pero si no, no haremos barrabasadas", explicó.

EM&E es propiedad de los hermanos Escribano, que poseen a partes iguales el 100% de la compañía. Pero a su vez el grupo también es el accionista privado más importante de Indra (con el 14,3%), siendo superado únicamente por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que tiene más del 28% del capital.

La empresa "tractora" de la defensa española

Escribano considera que EM&E e Indra ya están unidas por una serie de "sinergias" potentes, y que la suma de las capacidades les consolidaría como la empresa "líder" de la defensa española. Todo bajo el paraguas del Gobierno, que tomó la decisión de convertir a Indra en el 'campeón nacional' de la defensa.

"Tenemos capacidad para traccionar al resto de pymes. Ángel y yo venimos del mundo de las industrias pequeñas y humildes, y queremos que toda la cadena de valor salga adelante y se capacite. El mandato del Ministerio de Defensa no es crear empresas elefantiásicas, sino hacer cohesión territorial y crear empleo de calidad. Habrá que montar fábricas fuera de Madrid, en sitios que no serán populares, pero no queremos que todo quede en manos de una empresa. Es algo que cumpliremos, y en un horizonte temporal rápido. Los presupuestos han empezado a resurgir, así que en un año veremos los efectos", incidió.

En todo ese proceso, Escribano se comprometió a que la fusión no implicaría "ajustes de plantilla", algo bastante habitual cuando se llevan a cabo operaciones de este tipo: "Lo hemos hablado con el comité de empresa. Nos estamos expandiendo, así que contrataremos empleados en todos los departamentos. Tenemos contratos en marcha para ello". A día de hoy, EM&E cuenta con una plantilla 1.700 empleados, de los cuales 1.300 trabajan en la sede principal de Alcalá de Henares. El resto se reparten entre los centros de Córdoba, Cádiz, Valencia, Huesca, Jaén, Barcelona y Asturias.

EM&E espera superar los 480 millones de facturación este año, aunque el propio Escribano deslizó que tiene la ambición de sobrepasar la barrera de los 500 millones. En cuanto al EBITDA, estiman cerrar el ejercicio entre los 180 y 190 millones.

Respecto a la cartera de pedidos, el presidente aseguró que "hace meses" alcanzó los 1.400 millones, pero que esa cifra se incrementará notablemente gracias a los Programas Especiales de Modernización (PEM). "Tenemos carga de trabajo para los próximos tres o cuatro años, y vamos a adaptarnos con recursos humanos, inversiones, capacitaciones industriales y nuevas instalaciones", subrayó.