El desplome de Telefónica en bolsa tras la presentación de su nuevo plan estratégico obliga a analizar qué es exactamente lo que no ha convencido a analistas e inversores, al menos por el momento. La estrategia contempla una serie de metas a medio (2028) y a largo plazo (2030), pero en su primer día ha hecho que la operadora firme su peor sesión en bolsa en un lustro, cayendo más de un 13% y haciendo que se esfumen de un plumazo 3.000 millones de su valor.

Ante esas cifras, Marc Murtra, presidente de la compañía e impulsor del nuevo plan, quiso mirar a largo plazo. "Los mercados a veces son muy ruidosos, y es muy difícil prever qué va a hacer el mercado en un día. Pero nosotros hemos priorizado los fundamentos. Y cuando funcionen, se desarrollen y demostremos que somos capaces de implementarlos, creemos que el mercado, cuando toque y de la manera que toque, nos seguirá", deslizó Murtra, que a lo largo de la jornada de este martes (que coincidía con el Capital Markets Day de Telefónica) recordó en varias ocasiones que él ya lideró otros planes estratégicos "transformadores" en otras compañías. "Ya lo hice con bastante éxito en Indra anteriormente", recalcó.

El propio Murtra también dejó claro que la nueva estrategia es una especie de "diagnosis" de la compañía, fruto de una profunda revisión que ha durado unos cinco meses y que ha servido, según el presidente, para detectar cuáles son las fortalezas de la operadora y cuáles son sus debilidades.

Murtra se muestra dispuesto a tomar "decisiones difíciles" si eso ayuda a que Telefónica se convierta en una compañía líder a nivel mundial, y como muestra sirve el recorte del dividendo que anunció este mismo martes. "Es lo que me toca hacer ahora. En cinco o diez años, o cuando toque, haremos otra diagnosis", avanzó, admitiendo también que sabe que se le exigirán resultados a corto plazo: "Se tiene que ver si lo que digo realmente es así durante el próximo año".

Los seis pilares de la nueva Telefónica

El nuevo rumbo de Telefónica se sostendrá en seis pilares. Los tres primeros están directamente relacionados con sus clientes, mientras que el resto son "transversales" dentro de la compañía. Todos ellos han sido aprobados por unanimidad por el consejo de administración y cuentan con el respaldo de los "accionistas estratégicos": el Estado (a través de la SEPI), CriteriaCaixa, la operadora árabe STC y BBVA.

1. Ofrecer la mejor experiencia al cliente. En palabras de Murtra, esto se traducirá, por ejemplo, en que cuando los usuarios llamen a la compañía con alguna duda se la resuelvan de manera satisfactoria. "Tenemos datos internos y públicos que muestran que cuando das un servicio de calidad el cliente te aguanta y está dispuesto a pagar más. Es cierto que todas las empresas del mundo quieren ofrecer una experiencia excelente, pero nosotros tenemos mucha experiencia en esto y estamos invirtiendo, trabajando y definiendo en los procesos de toda la cadena de valor", deslizó.

2. Ampliar la oferta B2C (empresa a consumidor). En este punto, el presidente de la operadora recordó que Telefónica fue pionera en ofrecer tarifas convergentes que unían varios servicios (como fibra, móvil, fijo y televisión) en una sola factura. Y ahora quieren seguir trabajando en esa línea tomando como referencia "casos de éxito", como las alarmas que venden en España o los servicios financieros y de salud que se comercializan en Brasil.  

3. Escalar el negocio B2B (de empresa a empresa). La gran apuesta serán los servicios de ciberseguridad, que incluirán mucha inteligencia artificial y estarán coordinados por Telefónica Tech, la unidad de negocio digital del grupo. "Hemos visto los ataques que ha habido a aeropuertos de toda Europa. Nosotros nos movemos muy bien en temas de ciberseguridad, porque estamos acostumbrados a utilizarla para defender nuestros propios negocios", afirmó Murtra.

4. Desarrollar capacidades tecnológicas. Acelerar el desarrollo de la red y de todos los procesos internos de la infraestructura que se instala en casa de cada cliente, analizando a qué ritmo avanza la tecnología y a qué ritmo avanzan los servicios que ofrece la operadora.

5. Simplificar el modelo operativo. Un aspecto en el que Murtra ha insistido una y otra vez en los últimos meses, prometiendo una "disciplina financiera de hierro" y adelgazar la compañía. Para muestra, la apuesta de centrarse solo en cuatro mercados (España, Reino Unido, Alemania y Brasil).

6. Desarrollar talento. Un punto, según Murtra, complicado de explicar y de ejecutar con éxito. "Todas las empresas, incluyendo a Telefónica, funcionan con personas, que son las que revolucionan e innovan. Nuestra prioridad es hacerlo, y espero que también lleguemos a explicarlo bien", sostuvo.

Con esos seis pilares, Telefónica espera ahorrarse unos 2.300 millones de euros hasta 2028 y cerca de 3.000 millones hasta 2030. En ese mismo periodo, la compañía contempla un crecimiento medio anual de ingresos de entre 1,5% y 2,5% durante el periodo 2025-2028, acelerándose hasta el 2,5-3,5% durante el periodo 2028-2030. Y en cuanto al EBITDA, un crecimiento ajustado del 1,5-2,5% para el periodo 2025-2028, acelerándose hasta el 2,5-3,5% para el periodo 2028-2030.

Lo que no contempla el plan, los aspectos por concretar y las incógnitas

El gran discurso de Murtra desde su llegada a la presidencia de Telefónica ha sido la necesidad de que Europa facilite las fusiones entre compañías del sector de las telecomunicaciones para dar lugar a operadoras con más tamaño y capacidad para invertir. Durante la presentación del plan estratégico, reiteró que están "preparados" para analizar posibles oportunidades de mercado, pero no hubo ningún anuncio y descartó hablar de empresas concretas y de horizontes temporales, argumentando que dar esa información les perjudicaría de cara a posibles negociaciones.

Telefónica estima que una consolidación en sus principales mercados podría generar sinergias por valor de 18.000-22.000 millones, que habría que repartir, eso sí, entre comprador, vendedor, cliente e innovaciones. De esta forma, Murtra señaló que a la hora de estudiar adquisiciones se guiarán por tres criterios: sinergias de coste y redes, precio adecuado y condiciones de compra apropiadas por parte de los reguladores.

Con todo, de momento, el plan no contempla ninguna operación. "Lo analizamos, pero al depender de terceros y de acuerdos que aún no existen preferimos no hacerlo. Nos toca hacer lo que creemos que es correcto y anunciar las operaciones cuando toque", justificó Murtra. Si finalmente se deciden a cerrar alguna compra "relevante", abren la puerta a estudiar una ampliación de capital. Falta por saber qué se podría considerar una operación "revelante". "Es como definir el humor, cuando lo ves, lo sabes. Pero no hablamos de operaciones menores", respondió el presidente cuando se le cuestionó sobre esto.

Respecto a las desinversiones en Hispanoamérica, Murtra confirmó que la venta de la filial de Colombia está "en proceso muy avanzado". Una vez se confirme, la operadora española solo tendrá presencia en tres países de la América hispanohablante: México, Chile y Venezuela. Las dos primeras filiales se sabía que ya estaban en venta, pero faltaba saber cuáles eran los planes en el país gobernado por Nicolás Maduro, después de que Telefónica anunciara el pasado febrero que invertiría allí 500 millones. Murtra zanjó las especulaciones asegurando que van a "salir de Hispam", dando a conocer que también se marcharán de Venezuela.

En cuanto a los rumores de un posible ERE, que han generado gran preocupación en la plantilla, se explicó que en el ahorro de hasta 2.000 millones que pretenden alcanzar de cara al 2028 se han incluido todo tipo de costes "factibles" de ser recortados. "No hemos dado detalles públicos de qué contemplamos exactamente, pero si hubiera algún tema relacionado con los trabajadores siempre se negociaría con los sindicatos", resumió Emilio Gayo, CEO de la operadora.

Por su parte, Laura Abasolo, directora de finanzas, respondió de la misma manera cuando se le preguntó por la posibilidad de que Telefónica deje de cotizar en la bolsa de Nueva York, alegando que "no hay ninguna decisión tomada" pero que estudiarán cualquier movimiento que les ayude a ahorrar costes. Sobre las posibles ventas de las sedes de Gran Vía y de Las Tablas, aclaró que están abiertos a desprenderse de inmuebles, siempre que no estén siendo utilizados o se consideren core, pero que no se plantean fórmulas de sale and lease (venta y alquiler posterior).

Por último, la rueda de prensa sirvió para dejar claro que Movistar Plus, al igual que Telefónica Tech, juega un papel fundamental en la nueva estrategia de la compañía, y que el grupo planea pujar de nuevo por los derechos de LaLiga y la Champions aunque siempre con "disciplina financiera". "La prioridad siempre es que nuestros clientes tengan acceso a todos los contenidos, aunque no seamos nosotros los dueños", destacó Gayo, dejando claro que si no ganan la puja negociarán para incorporar esos partidos a su catálogo, como ya han hecho antes.

La "decepción" del mercado

Lo cierto es que el golpe en bolsa en la sesión de este martes se explica en gran medida por el esperado plan estratégico, pero también por los resultados del tercer trimestre de 2025, en el que Telefónica ganó 276 millones que, sin embargi, no sirven para equilibrar las pérdidas totales de 1.080 millones en el acumulado del año.

"Ambas cosas han sido decepcionantes, y por eso el mercado está reaccionando de la forma en la que lo está haciendo", afirma Antonio Castelo, analista de iBroker, que resume el sabor de boca generalizado del sector.

"Los resultados trimestrales reflejan una compañía con un crecimiento operativo muy limitado en un sector en cuyo entorno las oportunidades de expansión son escasas. Pese a que los ingresos han cumplido o superado ligeramente las expectativas del mercado, otras métricas clave —como el EBITDA ajustado y el flujo de caja libre— han quedado por debajo de lo previsto, lo que evidencia cierta debilidad en la generación de resultados recurrentes. El beneficio neto trimestral, de 276 millones, supone una caída del 45,1 % interanual. Y además, la deuda neta se eleva hasta los 28.233 millones de euros, un nivel que genera inquietud respecto a su rating crediticio a largo plazo", valora Castelo.

En cuanto al plan estratégico, el experto considera que aspira a estabilizar y mejorar la estructura financiera de la empresa, a reducir deuda y a concentrar el negocio en mercados más sólidos optimizando costes. Pero, por contra, cree que no ofrece nada atractivo en términos de crecimiento o de operaciones de alto impacto inmediato. 

"El crecimiento proyectado es discreto. En una industria que está atravesando disrupciones (5G, fibra, competencia OTT, regulación europea) para algunos analistas, entre los que me incluyo, este crecimiento es demasiado moderado y no justifica el sacrificio del dividendo a corto plazo. Por otra parte, los inversores buscaban, quizá, señales más contundentes, fusiones o adquisiciones visibles, saltos en la digitalización o en la monetización. Al no verlas, el mercado interpreta alto riesgo y beneficio limitado", expone.

El hecho de que no se anuncien operaciones concretas de consolidación (a pesar del discurso que han mantenido) deja al mercado "esperando", según Castelo, y puede interpretarse como falta de visibilidad o de capacidad para actuar. "Hablan de metas a cinco-siete años y no contiene 'operaciones concretas' de gran calado (al menos públicamente). Esto genera un 'hueco' en la confianza: ¿qué será lo que realmente va a mover el crecimiento?".

Castelo asegura que la medida estrella del plan, el recorte del dividendo, aunque está justificada por la necesidad de reforzar el balance, golpea la confianza de los accionistas tradicionales del sector telecom, que históricamente valoran la retribución. "Quizás ha sido la medida más criticada, supeditando además la remuneración futura al flujo de caja libre. El mercado, acostumbrado a una alta rentabilidad por dividendo, castiga duramente esta decisión. Así que una combinación de baja visibilidad de crecimiento y una menor retribución al accionista termina generando una revisión a la baja del perfil riesgo/beneficio de la acción (menos dividendo, menos crecimiento, más incertidumbre)", concluye.