Es el gran reto que todos persiguen: descarbonizar la economía, blindar su autonomía energética y no perder el tren de la digitalización y la electrificación. En España la urgencia se ha acentuado tras el apagón sufrido el pasado 28 de abril. La necesidad de modernizar, ampliar y reforzar la red eléctrica para prepararla ante los retos que plantea la energía del futuro, ha irrumpido con más fuerza. También la necesidad de adaptarla al cada vez mayor peso que tendrán las renovables, a la proliferación de demandas crecientes como los centros de datos o a las necesidades procedentes de una necesidad de electrificación creciente de la economía.

El tiempo de la llamada ‘energía inteligente’ ya está aquí. Para sumarse a él hará falta algo más que multiplicar las inversiones. También será necesario acertar con los modelos, la tecnología y las planificaciones. Y el tiempo no da tregua. El ritmo de transformación y preparación también se traduce en competitividad y evolución. La demanda de mayor capacidad y potencia de la red no hace sino aumentar y nadie quiere quedarse rezagado, alejado de los avances tecnológicos que en este campo comienzan a marcar diferencias.

Y la batalla es global. En ella Europa quiere salir a competir con músculo de infraestructuras y redes inteligentes. En apenas diez días la capital vizcaína se convertirá en el centro europeo de este debate y de confrontación de modelos energéticos, tecnología e innovación. También se presentarán innovaciones energéticas, se escucharán ponencias de expertos, y se cerrará acuerdos entre las principales potencias energéticas del continente.

Bilbao acogerá el foro Enlit Europe 2025 que se celebrará entre el 18 y 20 de este mes en el Bilbao Exhibition Centre. Está previsto que participen más 15.000 personas, 700 empresas muestren sus avances y 500 ponentes analicen el futuro de la energía y el sector. Esta será la primera vez que se celebra en España. Este evento de la energía europea lo acogieron anteriormente ciudades como Milán, el año pasado, y París y Frankfurt anteriormente. El peso de un gigante de la energía como Iberdrola, con sede social en la capital vizcaína, y el impulso de las autoridades vascas ha sido determinante para que este acontecimiento de la energía europea se celebre en Bizkaia.

Descarbonización y autonomía

La descarbonización a través de la electrificación será uno de los ejes que estará muy presente durante los tres días. Alcanzar la autosuficiencia energética se ha convertido para Europa en una necesidad imperiosa. La guerra de Ucrania ha puesto en evidencia la dependencia con Rusia y las políticas arancelarias de Trump lo ha vuelto a hacer respeto a EEUU. Los expertos recuerdan que avanzar hacia una electrificación de la economía se convierte en la llave para mejorar la independencia energética del continente: “La electrificación de la economía es el camino hacia la autosuficiencia, pero también hacia la competitividad industrial y el bienestar social”, asegura Nicolás Arcauz, director de Smart Grids de Iberdrola. Considera que eventos como Enlit son una oportunidad para abordar una reflexión conjunta entre los actores principales en Europa y marcar la senda correcta hacia la transición energética en el que estamos inmersos.

En nuestro país el debate sobre la necesidad de incrementar las inversiones en la red eléctrica está abierto. El sector energético denunció recientemente que los nudos de la red están prácticamente colapsados y que la capacidad estaba saturada en un 83%, con escaso margen de poder absorber nueva demanda. De hecho, apenas el 10% de las solicitudes para conectarse a la red o para elevar la potencia de demanda son aceptadas. El resto son proyectos que se quedan por el camino tras ser rechazados por incapacidad de la red. Suponen la pérdida de inversiones millonarias y con ello de desarrollo y competitividad de la economía española.

Esta será otra de las cuestiones que se analizará durante Enlit y que tendrá en el avance tecnológico de las redes una de las áreas de interés. La necesidad de actualizar el modelo de una red eléctrica como la española, diseñada para una realidad económica ‘analógica’ del siglo pasado, es una de las demandas que el sector viene realizando. Incluso el Ministerio de Transición Ecológica ha reconocido que la red eléctrica española debe adecuarse al actual modelo de demanda de energía.

Inversiones en redes

El departamento de Aagesen ha estimado que es necesario triplicar las inversiones en redes en los próximos años. Actualmente el volumen de inversiones anuales en redes en España ronda los 1.800 millones de euros y según EY las necesidades reales aconsejarían alcanzar los 4.300 millones de euros al año. Compañías como Iberdrola dedican cerca de dos tercios de sus inversiones a reforzar sus redes de transporte y distribución. La compañía vasca cuenta con una red en todo el mundo que suma 1,3 millones de kilómetros de redes y 4.500 subestaciones.

Es aquí donde próximamente se deberá resolver una batalla que la Administración, el regulador y el sector energético libran: la tasa de retribución financiera (TRF). La CNMC plantea una TRF del 6,56% para el periodo 2027-2031 y el sector considera que debería rondar el 7,5% para ser competitiva y captar inversiones que permitan cubrir las necesidades de refuerzo, modernización y ampliación que requiere la red eléctrica española.