Este lunes representantes de recursos humanos de Telefónica confirmaron a UGT, CCOO y Sumados-Fetico su intención de ejecutar un ERE en siete filiales de la compañía. De esta forma, tras meses de especulaciones, la operadora se ha decidido a acometer otro recorte de plantilla menos de dos años después del último gran plan de despidos colectivos, que se firmó en enero de 2024. Todo con la idea de ahorrar gastos y simplificar su estructura.
La reunión de este lunes con los sindicatos fue solo el primer paso. Ahora ambas partes disponen de un máximo de 15 días para constituir las mesas negociadoras y, a partir de ahí, de 30 días para cerrar un acuerdo. La siguiente fecha marcada en el calendario es el 24 de noviembre, cuando la empresa deberá detallar las causas del ERE y aportar documentación para acreditarlo (como datos económicos o técnicos). Ese mismo día también podría comunicar el número de salidas previsto, además de informar sobre el período estimado para los despidos o los criterios de selección.
Todavía hay, por lo tanto, muchas incógnitas sobre cómo será este proceso. Expansión apuntó que la compañía barajaba entre 6.000 y 7.000 despidos, y aunque diversas fuentes sindicales consultadas no se atreven a dar estimaciones, algunas sí apuntan que esperan una primera propuesta por parte de la compañía de entre 5.000 y 6.000, que "luego habrá que negociar".
Las sociedades afectadas serán Telefónica de España, Telefónica Móviles, Telefónica Soluciones, Telefónica S.A., Telefónica Global Solutions, Telefónica Innovación Digital y Movistar+. Serán siete ERE por separado los que deberán negociarse, algo que las fuentes sindicales admiten que generará retos extra. "Nuestra idea es intentar coordinarlo al máximo, pero será más difícil y tendremos que trabajar más", resumen desde UGT.
"Vamos a tener que estar entrando y saliendo cada día de varias de las mesas de negociación", relatan fuentes de CCOO, que explican que las conversaciones se llevarán a cabo en un "doble perímetro". Para ilustrarlo, hablan de dos bloques diferenciados.
Por un lado, habrá un bloque compuesto por las tres principales empresas de Telefónica (Telefónica España, Telefónica Soluciones y Telefónica Móviles), que forman parte del CEV (Convenio Colectivo de Empresas Vinculadas). Estas tres sociedades fueron las que se vieron afectadas por el último ERE, y han vivido procesos similares en el pasado. Funcionan, según explican las fuentes, con "su propia autonomía y estructura sindical" interna, que ya tiene experiencia en despidos colectivos. "Lo esperable es que las condiciones de salida de la gente que trabaja en estas empresas sean las mismas o muy parecidas a las del anterior ERE", resumen.
El otro bloque está formado por las cuatro filiales restantes, que son más "novatas" en estos temas, y de hecho algunas nunca han vivido un proceso así. "Estas filiales llevan otro ritmo, y sus trabajadores tienen otras condiciones en términos de prejubilaciones, indemnizaciones, antigüedad en la empresa, etc.", detallan. "Vamos a intentar que la negociación de este bloque sea un espejo de la otra, pero habrá algún matiz porque no son comparables", admiten las mismas fuentes.
Adelantándose a esto, los sindicatos firmaron hace un mes con Telefónica un marco social destinado a unificar los derechos y compromisos de toda la plantilla del grupo en España, con independencia del convenio que se le aplique a cada trabajador. "Queremos jugar el mismo partido en los dos bloques, y lo pelearemos con uñas y dientes. Pero en las últimas cuatro filiales no tenemos dinámicas ni referencias de otros procesos de ERE", insisten.
Los principales puntos de fricción para los sindicatos
En esta situación, los sindicatos ya han dejado claro cuáles son sus principales demandas de cara a la negociación, empezando por priorizar siempre voluntariedad, como se recogió en el mencionado marco social. Pero a partir de ahí, visualizan algunos puntos donde las posturas estarán alejadas, al menos de entrada.
Desde UGT consideran que uno de los aspectos más difíciles de la negociación será su demanda de extender los diferentes convenios colectivos hasta 2030. "Sin eso no habrá ERE, por muy voluntario que sea. La plantilla que se queda tiene que tener mejoras, y para reengancharla deberían vincularse al plan estratégico que presentó Marc Murtra, que tiene el horizonte del año 2030", sostienen.
En CCOO deslizan que otro de los aspectos "incómodos" será el de los vetos. En el pasado, Telefónica prohibió adherirse al plan de salidas a algunos empleados de áreas críticas o departamentos en los que se había cubierto el máximo de salidas previsto. Y eso choca directamente con el requisito de universalidad que también demandan.
Por último, Sumados-Fetico defiende que la empresa debe ofrecer un "plan de futuro para la plantilla que permanece. "Las mejoras deberían ser en tres ejes: clasificación profesional, subidas salariales y conciliación", subrayan. "Nosotros no queremos un despido colectivo, y solo accederíamos a lo que Telefónica quiere si la empresa acepta lo que queremos nosotros. Ahí podemos tener el problema, porque si ellos no entran en esto, nosotros no entramos en negociar salidas", concluyen.
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