La alarma por la gripe aviar (H5N1) vuelve a España donde este otoño se ha registrado una oleada sin precedentes en aves de corral, con cerca de tres millones de sacrificios y confinamientos estrictos tras brotes en 1.199 municipios de toda España. “La situación está por ahora tranquila, porque desde el 20 de octubre no se ha declarado ningún brote nuevo, pero sigue circulando el virus en [aves] silvestres, sobre todo en el centro y norte de Europa”, advierte Elisa Pérez Ramírez, veterinaria e investigadora del Centro de Investigación en Sanidad Animal.
Alemania y Francia han notificado multitud de focos y, a medida que bajan las temperaturas, se espera la llegada de más aves infectadas migratorias a la península procedentes de estos países. La gravedad de la situación justifica que España haya asumido medidas extraordinarias: el confinamiento obligatorio de gallinas y otras aves domésticas, el refuerzo de mallas y barreras para impedir el contacto con especies silvestres.
Los principales vectores siguen siendo las aves silvestres y migratorias, que transportan el virus. Una vez que el virus entra en una granja de aves domésticas, es devastador: “Entra en una granja y en 48 horas puede matar todas las gallinas. Hay que sacrificar todos los animales, los huevos, los envases. Se hace un vaciado sanitario absoluto, se desinfecta en dos etapas y, solo tres semanas después, puede volver la actividad”, describe Pérez Ramírez. El impacto económico es gigantesco en la avicultura y se teme que se extienda a la ganadería si el virus logra adaptarse y transmitirse eficientemente entre el ganado vacuno de Europa como ha ocurrido en EEUU. En marzo de 2024 se detectó el primer caso de vacas con gripe aviar y hasta hoy, se han confirmado más de 1.000 rebaños lecheros afectados en 16 estados, con una alta concentración en California, donde más de 700 granjas fueron infectadas.
La Comisión Europea ha solicitado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dos opiniones científicas que cubran información sobre la cepa causante de este evento en Estados Unidos (EEUU), el riesgo de introducción y las posibles vías de entrada en la Unión Europea (UE). El primero de esos informes ya está publicado y cuando tenga el siguiente anunciara como las medidas de mitigación del riesgo ante su aparición, que se publicará previsiblemente antes de finalizar 2025. “No tenemos normativa de cómo se gestionaría un brote en vacuno, porque nunca ha pasado”, reconoce Pérez Ramírez
Según la descripción del primer informe científico de la EFSA, “la detección del virus de la influenza aviar altamente patógena (IAAP) A(H5N1), clado 2.3.4.4b, genotipo B3.13, en explotaciones lecheras de Estados Unidos representa un cambio significativo en el rango de hospedantes y el perfil epidemiológico del virus”. Por primera vez, se ha confirmado su circulación sostenida en bovinos, un hecho inédito que amplía de forma significativa el espectro animal afectado por esta cepa.
Según el primer informe de la EFSA la llegada del del genotipo B3.13 del virus que ha afectado a las vacas de EEUU puede llegar a Europa de dos maneras, por medio de las especies silvestres o por comercio de animales.
Las especies migratorias de EEUU en su gran mayoría viajan a Suramérica pero sí hay varias especies que llegan a Europa bien por la ruta Groenlandia y el Ártico canadiense, donde pueden encontrarse con congéneres u otras especies que pasan la temporada no reproductiva en Norteamérica o bien a través de Siberia donde las aves que invernan en América pueden mezclarse con las que invernan en Europa; o indirectamente, a través de aves infectadas en Siberia que invernan en África, donde transmiten el virus a aves que migran a Europa.
En cuanto a la vía comercial, las autoridades veterinarias de la UE consideran poco probable la entrada del virus a través de carne o animales vivos, dada la escasa presencia del patógeno en el tejido muscular y la ausencia de importaciones de ganado desde EE. UU. Sin embargo, la importación de productos que contengan leche cruda podría representar una posible vía de entrada.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aseguran seguir de cerca la situación en EEUU, y ha redactado un “documento interno de actuación a nivel nacional, que se revisará en función del informe de la EFSA, y que tiene por objeto servir como guía de actuación a los Servicios Veterinarios Oficiales en caso de sospecha y/o confirmación de un foco de Influenza Aviar Altamente Patógena en ganado bovino de leche, teniendo en cuenta que se podrían emplear una combinación de medidas en función del escenario y de la situación epidemiológica (un caso aislado; transmisión entre explotaciones de bovino en una o varias zonas; aparición de caso/s en humana)”, afirman.
Entre las medidas que prevén, en función del riesgo, “podrían consistir en el refuerzo de las medidas de bioseguridad y vigilancia, la trazabilidad de animales y productos de riesgo, la posibilidad de incluir la zonificación con restricción de movimientos de animales y productos, etc.”, aseguran desde el Agricultura.
Con un ojo puesto en la producción de leche
El Ministerio ha activado la “vigilancia pasiva en vacuno de leche” por si en alguna granja aparecieran síntomas similares a lo que ha sucedido en Estados Unidos: una bajada muy brusca de la producción de leche, cuadro que dispara inmediatamente la orden de investigar la posible presencia de gripe aviar.
Las vacas infectadas presentan síntomas leves o casi indetectables, pero hay una reducción del apetito y una caída en la producción de leche de entre un 10% y 20% durante varios días. Además, se ha detectado el virus en leche cruda, aunque la pasteurización elimina el virus y garantiza la seguridad del producto para el consumo.
La experiencia americana es un precedente inquietante. Hasta la primavera de 2024, jamás se había documentado el salto del virus H5N1 de aves a vacuno. El brote comenzó en explotaciones lecheras de Nuevo México y Texas, donde las vacas sufrían mastitis severas y una caída de hasta el 70% en la producción de leche. “El virus infecta mucho, tiene mucha afinidad por la glándula mamaria. Había muchísimo virus en la glándula y en la leche. Las vacas dejan de producir leche”, explica Pérez Ramírez. Sin embargo, los ganaderos y veterinarios estadounidenses tardaron más de cuatro meses en identificar el patógeno, porque nadie pensaba en la gripe aviar como responsable. Este retraso llevó a una propagación sustancial entre los rebaños del medio oeste, antes de que se actuara con protocolos de cuarentena y aislamiento.
La gestión norteamericana consistió en aislar los animales infectados y hacerles pruebas PCR sucesivas, esperando que la carga viral bajara y se recuperaran poco a poco. No existe normativa de sacrificio masivo como en aves, pero la lesión en la glándula mamaria impide que las vacas vuelvan a los niveles normales de producción. “El animal queda un poco tocado; nunca produce la misma leche que antes”, detalla Pérez Ramírez. Europa, ante este precedente, ha activado protocolos de vigilancia prioritaria para que cualquier sospecha de caída brusca de leche en granjas se investigue primero por gripe aviar.
Más allá de las vacas
La transmisión a mamíferos no termina en vacas, ya se ha detectado un caso en zorros, si bien es algo esperado por los expertos. Ursula Höfle, investigadora del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos IREC-CSIC, hace hincapié en la aparición de casos en otros mamíferos: zorros, gatos y leones marinos han enfermado tras consumir cadáveres de aves infectadas. “Son hallazgos esperables que ya vivimos en 2022, cuando hay mucha carga vírica en el ambiente por aves muertas. Los carnívoros los consumen y enferman; suele ser por altas dosis de virus y termina ahí, al fallecer el animal”, evidencia Höfle.
Por el momento, estas infecciones son puntuales y no hay un brote sostenido de transmisión entre mamíferos, por lo que “no es algo alarmante", subraya la investigadora del REC-CSIC. Por su parte Pérez Ramírez llama la atención sobre los cerdos: “Los cerdos hay que intentar que estén libres de gripe aviar porque pueden ser un poco peligrosos”, asegura. “La gripe pandémica de 2009 surgió de los cerdos, pero era un virus que tenía parte del genoma de gripe aviar, gripe humana y gripe porcina”, matiza.
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