¿Por qué la economía española está creciendo de manera diferencialmente positiva respecto a nuestros socios europeos? Esta pregunta ha sido respondida por la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, durante la jornada que ha organizado Funcas este jueves sobre la Coyuntura presupuestaria. Durante el encuentro, Herrero ha señalado que el 95% del crecimiento que ha experimentado el PIB español en el periodo 2022-2024 se ha debido al turismo y a la inmigración.

"Estamos observando que hay un cambio en el patrón de consumo que se orienta más hacia los servicios, en buena parte de las economías de nuestro entorno, y eso favorece el desarrollo del turismo y la exportación de servicios", ha señalado la presidenta de la AIReF. A lo que ha añadido que este impulso ha representado el 45% del crecimiento del PIB registrado entre 2022 y 2024. Pese a ello, ha advertido de que "se está perdiendo cierto dinamismo en el crecimiento de la actividad turística" en el presente ejercicio. No obstante, en 2025, la previsión del organismo apunta a que el PIB turístico representará más del 13% del PIB español.

Y en segundo lugar, la aportación de la población extranjera y de doble nacionalidad, que ha supuesto el 40% del crecimiento económico desde 2022 a 2024 y que ha permitido no solo crecer, sino "reducir el desempleo sin que haya fuertes tensiones salariales" y que "haya una escasez de mano de obra en la mayor parte de nuestros sectores, muy inferior a la que se está registrando en otras economías europeas".

Además, Herrero ha querido destacar que, las entradas netas de inmigrantes "nos siguen sorprendiendo al alza". Mientras que sus estimaciones para el año 2025 eran de la llegada de 400.000 personas, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas apuntan al entorno de las 600.000. No obstante, desde la AIReF insisten en que este impulso no debe ocultar los retos estructurales que se perfilan a medio y largo plazo. La presidenta ha subrayado que el organismo mantiene siempre una visión prospectiva y de alerta temprana, especialmente en relación con el "reto demográfico".

En ese sentido, ha advertido de que, a partir del final de esta década y ya de forma más acusada en los años treinta, comenzará un descenso de la población en edad de trabajar que se prolongará durante las décadas posteriores. Un ajuste que se producirá incluso en escenarios con elevados flujos migratorios y con un aumento de la participación laboral de los trabajadores de mayor edad como consecuencia de las reformas en materia de jubilación. Por ello, ha advertido de que el Gobierno debe poner el foco también en la mejora de la productividad.

Asimismo, a este conjunto de factores, Herrero ha sumado otros dos elementos de contexto que han jugado a favor de la economía española en el actual entorno internacional y que explican parte de su mejor comportamiento relativo frente a sus pares europeos. El primero ha sido la "menor exposición al mercado americano", lo que ha permitido que la guerra arancelaria de la Administración Trump impacte menos en el crecimiento económico español. Y en segundo lugar, "la menor incidencia del coste de la electicidad", ya que la industria española se han visto menos afectada por el encarecimiento de la energía, debido a la menor dependencia del gas ruso y al mayor peso de las energías renovables en el mix de generación eléctrica.