Llevamos años escuchando que el tamaño medio de las empresas españolas es menor al de las empresas europeas y que esto les resta competitividad. Las empresas españolas son capaces de diseñar, producir y comercializar tan buenos productos y servicios como las empresas de otros países, sin embargo, el tamaño es un factor que lastra nuestras empresas y las hace más débiles para competir.

Las economías de escala en determinados costes, el aumento de la cuota de mercado o la introducción en nuevos mercados, el acceso a financiación y la capacidad negociadora en general, son algunos de los aspectos que mejoran con el tamaño de la empresa y son claros factores de competitividad.

Hay empresas que han crecido rápidamente de forma orgánica gracias al éxito de su producto o servicio o de su modelo de negocio. Pero no es lo más habitual, el crecimiento orgánico suele ser más lento. Para conseguir tamaño de forma rápida es preciso abordar operaciones de compra o fusiones.

En los últimos años, ha habido cierto movimiento en fusiones y adquisiciones en el entorno de las PYMES, y se habla cada vez más, y se trabaja más, en entornos de cooperación empresarial. Pero aún no es suficiente.

Desde mi punto de vista, debe aumentar la planificación estratégica como elemento indispensable para conseguir el crecimiento. Y me refiero fundamentalmente a los siguientes aspectos:

  • Planificar el crecimiento: una empresa ha de analizar sus posibilidades de hacerse más competitiva abordando un proceso de compra o fusión. Se trata de una reflexión estratégica que parte del análisis de su actividad, de su entorno competitivo y de su situación interna. No se trata de crecer sólo si te llega o surge una oportunidad o un “chollo”, porque entonces te llegará o no, se trata de dirigir y buscar ese crecimiento.
  • Abordar el proceso de compra o fusión de una forma profesionalizada: normalmente se hace una prospección para identificar candidatos y se arranca un proceso de análisis para identificar aquéllos más adecuados, se realiza un acercamiento y, en caso de existir interés, arranca todo el proceso de valoración, negociación, due diligence y formalización de acuerdos. En esta etapa es muy necesario contar con un equipo de profesionales financieros y jurídicos que identifiquen oportunidades y asesoren el proceso, pues las empresas normalmente no están habituadas a llevarlos a cabo y porque se aumenta la capacidad negociadora cuando participan expertos en el proceso.
  • Cuidar la integración: el proceso de integración es clave, pues de éste depende en gran medida el éxito o fracaso final de la operación. Para afrontar este proceso de cambio, la herramienta fundamental es contar con un proyecto o plan de negocio que integre las compañías y un equipo para llevarlo a cabo. Plan de integración, equipo y comunicación adecuada son las claves.

Begoña Fernández Vaciero
Socia Vaciero Corporate