Aunque su perfil público no es todavía suficientemente conocido, tengo para mí que se hablará -y mucho- de él a lo largo de los próximos años. Mariano Hernández Zapata, presidente a sus 39 años del cabildo de La Palma por el Partido Popular, ha jugado un papel decisivo en la brutal catástrofe generada por la erupción del volcán el pasado mes de septiembre y que dejó prácticamente arrasada buena parte de la isla. Gracias en buena parte a la eficacia de este joven economista, en menos de seis meses puede decirse que la situación está casi normalizada, aunque quedan muchas cuestiones por resolver.

Durante estos días, La Palma vuelve a ser noticia, felizmente, por la celebración durante el último fin de semana de julio del ‘Love Festival’. Un evento con el que la isla vuelve a resurgir con fuerza y que la situará en el mapa mundial, ahora como líder de la diversidad. Este ‘Love Festival’, icono LGTBI, culminará con un concierto de uno de los más grandes, Alejandro Sanz, y será una oportunidad única para conocer la ‘isla bonita’ para todos aquellos que aún no hayan estado en ella. Es trascendental porque supone una oportunidad única para iniciar, juntos de la mano de los palmeros, una nueva etapa de normalidad y de recuperación económica y social de un territorio honrado pero muy castigado por la naturaleza.

P.- ¿Cómo vivió aquel 19 de septiembre en el que empezó la erupción del volcán Cumbre Vieja y que cambió la vida de la isla de La Palma y de sus habitantes?

R.- Ya la semana previa a la erupción nos anunciaron que había una incertidumbre sísmica y que podría ocurrir o no, pero conformamos una comisión de emergencia en la isla. Aquella misma mañana nos reunimos en el cabildo insular y algunos científicos nos dijeron que no había indicios suficientes para determinar que la erupción fuera a ser inminente. Volvimos a citarnos a última hora de la tarde. Me fui a casa a almorzar y a hacer algo de deporte y me llamó mi pareja, Lorena, para decirme: 'Explotó'. Le pregunté: '¿Qué cosa?'. Inmediatamente me asomé a la ventana y puse la televisión, y lo vi. Aunque somos islas volcánicas nunca imaginé que pudiera llegar a ser tan dañino como fue.

P.- Y tan largo porque una de las cosas más espectaculares y terribles de esta erupción ha sido que ha durado muchísimo, desde aquel 19 de septiembre hasta el 13 de diciembre 2021 que es cuando acabó la erupción.

R.- Se calculó en función de las erupciones pasadas que la de este volcán podría durar unos cuarenta o cincuenta días, y fíjate… cuando sobrepasamos los primeros cuarenta días, cada uno de más fue un mundo hasta que dejó de expulsar lava.

P.- ¿Qué valoración hace de aquellos días infernales? Yo que soy italiano y tengo alguna experiencia en erupciones volcánicas creo que esta ha sido la más mediática de la historia. Día a día hemos visto a la gente que perdía sus casas, iglesias y edificios públicos que se derrumbaban… ¿qué balance hace de estos meses infernales y de la actuación de las instituciones públicas?

R.- El balance debe ser positivo. La gestión de la emergencia fue óptima porque no tenemos que lamentar pérdida de vidas humanas. Esto es lo más importante. La información a la ciudadanía durante las semanas previas también fue clave, con encuentros informativos acerca de cómo funcionaría el plan de seguridad. Otro aspecto tiene que ver con las personas: el palmero y la palmera, que han demostrado entereza, saber mirar de frente al volcán y en cuanto acabó la erupción pensar inmediatamente en cómo levantarnos. Estoy agradecido a todas las instituciones implicadas: el gobierno de España, el de Canarias, los ayuntamientos y por supuesto a Europa, con el trabajo del comisario de pesca y numerosos eurodiputados. Si hay un ejemplo de gestión por la capacidad de llegar a acuerdos, de organizarse, y de coordinar una catástrofe, ha sido el de esta erupción. 

P.- Ha sido uno de los pocos casos, de cuantos recuerdo en los últimos años, en los que las administraciones se han puesto de acuerdo en pro de un objetivo común, cual era el de ayudar al pueblo de La Palma a soportar y superar una crisis que ha sido terrible. 

R.- Ha sido una enorme desgracia: 4.000 construcciones, 70 kilómetros de carretera, 350 hectáreas de plataneras arrasadas, y situaciones que aún hoy seguimos sufriendo por las altas concentraciones de gases en zonas costeras de la isla que están cerradas, bloqueadas. 

P.- ¿Cómo va la reconstrucción? 

R.- Es la clave. Hemos elaborado un plan que tiene que ver con tres patas fundamentales. La primera las personas. Hay todavía 230 personas albergadas en hoteles y varios centenares en casas de amigos y familiares, lo que dice mucho de la capacidad del palmero de ser solidario. Tal vez en esto, en la entrega de viviendas, ha fallado el gobierno autónomo. Se han entregado en torno a 130 viviendas y hay 130 más en camino que esperan poder ser entregadas en octubre, pero son insuficientes. Espero que podamos dar soluciones. Ha habido un decreto que ha permitido a los damnificados que han perdido su casa construir en suelo rústico y se han dado ya las primeras licencias. La ayuda psicológica ha estado también siempre en el centro porque es muy duro lo que hemos tenido que pasar.

Hay una segunda pata que es la reconstrucción de infraestructuras. El último precedente es el del año 2018 en Hawai, y no fue hasta este año cuando las carreteras se reestablecieron. En La Palma se han abierto ya diez carreteras, incluso una pista de tierra que atraviesa las coladas entre el norte y el sur. 

P.- De esto no se habla mucho. 

R.- Pues ha sido un hito histórico que ha devuelto la esperanza, sobre todo a los agricultores porque un recorrido que ahora se hace en diez minutos antes se tardaban dos horas en ir y otras dos en volver, a través de unas carreteras muy difíciles. Es un hito histórico del que nos sentimos orgullosos. Y no solo las infraestructuras de comunicación sino también las hidráulicas. En octubre, en plena erupción, el cabildo construyó una red de aguas para llevar agua al sur porque se habían roto todas las redes de agua entre el norte y el sur. El ser humano no deja de sorprendernos. Es algo que estamos llevando a los cultivos porque somos una isla eminentemente agrícola y estos cultivos necesitan del bien del agua para poder desarrollarse. Una tercera pata tiene que ver con la recuperación de esas trescientas cincuenta hectáreas de plataneras, pero también con el turismo. En diciembre fuimos capaces de inaugurar el centro de visitantes del Roque de los Muchachos. Somos el mayor centro de observación astronómica del hemisferio norte y somos ‘top’ en ciencia en España. El volcán nos ha quitado mucho, pero nos ha dado una conectividad que no habíamos tenido jamás. 

P.- ¿Cómo estás trabajando en la estrategia de este nuevo turismo en La Palma? Siempre ha habido turismo en la isla, pero en comparación con otras islas no estaba al mismo nivel en cuanto a volumen de viajantes.

R.- Estamos trabajando con el Ministerio para mantener esas ayudas a las compañías aéreas, que son claves para que pueda haber nuevas conexiones y bajar los precios. Era muy caro venir a La Palma. También estableciendo una nueva ordenación urbanística para dar soluciones a los vecinos y tener nuevas alternativas de comunicación, nuevas vías. En tercer lugar, desarrollando nuevas infraestructuras turísticas. El cabildo ha aprobado un instrumento de planificación singular turístico para que sea posible la construcción de nuevos hoteles en zonas quemadas ya, sin tocar espacios naturales ni protegidos. Hemos abierto una nueva tirolina, la más larga de España y tenemos el reto de iniciar en 2023 las obras de lo que será el Balneario de la Fuente Santa. Una Fuente Santa que se redescubrió en el año 2000 después de haber sido descubierto también por un volcán. Son aguas que datan de los primeros conquistadores y que se llevaban en barco a Centroeuropa por sus propiedades. Tenemos los mimbres para un turismo de calidad que nos ayude a levantarnos de este duro golpe. 

P.- Hábleme de la séptima edición de ‘Love Festival’ para que nuestros lectores, que tal vez aún no lo conocen, puedan acudir a finales de este mes. 

R.- La defensa del colectivo LGTBI en Madrid o Barcelona es nuclear, pero en un entorno rural como es La Palma tiene mucha importancia. Darle visibilidad, normalidad, y salir en defensa de sus derechos. Este es el origen de este festival y como bien dices va a hacer que esta vaya a ser una edición especial. En 2020 hubo que suspender por el Covid-19 y en 2021 solo se hizo la semana social. En esta edición de 2022, tras el volcán, venimos con ganas. 

P.- ¡Yo ya estoy preparando la maleta! ¿Qué platos fuertes van a tener?

R.- Tendremos una semana social con figuras relevantes del colectivo para tratar temas relevantes como los que tienen que ver con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con charlas de miembros del colectivo que forman parte de estas FSE y que tanto nos han ayudado en la erupción. Contaremos también con personas de reconocido prestigio en otros ámbitos, como el de la cultura o el del deporte. Estarán Bibiana Fernández, Alex Mercurio, que es un referente en Canarias y Cristofer Benítez, figura de la gimnasia rítmica y que recibió críticas duras, que no entendemos bien, por parte de la campeona olímpica. Quiero citar también a Cristóbal Tabares, que presentará esa nueva propuesta: ‘rojo sobre rojo’. Una propuesta que habla sobre Rusia, que también está hoy a la orden del día. Son todos ellos referentes del colectivo y será una semana muy ‘top’, con conferencias que darán la oportunidad de seguir ampliando. Nos acompañará Jaime de los Santos, para ayudarnos a darle ese valor que el colectivo se merece. 

P.- Y el fin de fiesta liderado por Alejandro Sanz, ¿no?

R.- Sí, y también con Vanessa Martín, Nicki Nicole, una artista internacional que lo está rompiendo en este momento. Vamos a tener quince mil personas en la Palma ese fin de semana. 

P.- Deme una opinión acerca del debate suscitado a cuenta de la posición del Ayuntamiento de Madrid de negarse a enarbolar la bandera LGTBI. ¿Cómo vive esta polémica, usted que habla sin reparos de ‘colectivo’?

R.- En el cabildo insular tenemos un día la bandera del colectivo. De todas maneras, creo que en Madrid no hay dudas de la defensa del colectivo y de que ha sido siempre referente mundial de la fiesta del orgullo. Todas las instituciones madrileñas. No hay bandera, pero no creo que en la fachada se pueda poner algo más grande que el reflejo de la imagen de la bandera durante varios días, y ahí continúa. No hay duda de la defensa de todas las instituciones madrileñas a este colectivo. 

P.- Es decir, le quita importancia a esta polémica y al hecho que, desafortunadamente, el orgullo de Madrid ya no es considerada fiesta de interés general.

R.- Yo he puesto la bandera, pero Madrid, con lo que ha hecho, con la imagen fija de esa bandera reflejada en su fachada, da idea de que es el centro mundial de la fiesta del orgullo gay. El ayuntamiento es el máximo responsable de la organización de este evento y no hay ninguna duda.

P.- ¿Cómo van a conseguir que este festival sea, no solo eco en la defensa del colectivo, sino que ayude a La Palma a convertirse en referente turístico?

R.- Hemos llevado a cabo diferentes medidas. El trabajo intenso con turoperadores alemanes, por ejemplo, dando información a más de 80.000 agencias, y tenemos un festival sostenible en todos los ámbitos. Socialmente, por los derechos que defiende, económicamente porque se contratarán 600 personas para trabajar en este festival y porque 170 empresas forman parte de los preparativos, muchas de ellas palmeras, y con un gran respeto al medioambiente, con un escaso uso de plásticos y minimizando al máximo la huella de carbono, porque somos reserva mundial de la biosfera. 

P.- ¿Se da cuenta de cuántas cosas no se han contado en las televisiones de la isla de La Palma? ¿Qué pediría, por volver a las necesidades de los palmeros? Porque aquí se ha dado un ejemplo frente, por ejemplo, a mí país, donde se llevan diez años esperando casas, pero ¿qué más les falta?

R.- Crecer, tener más camas y más infraestructura turística. Respecto a Lanzarote o Fuerteventura estamos aún muy lejos. Antes del volcán teníamos solo 16.000 camas y tenemos que crecer sí o sí. La diversificación de la isla pasa por ahí. Necesitamos generar más oportunidades y ello pasa por una mayor formación; el 80 por ciento de estudiantes palmeros que salen a formarse no regresan, lo cual quiere decir que no hay oportunidades. Necesitamos generar más actividad económica y ello pasa por incentivar el turismo. 

P.- ¿Siguen teniendo los palmeros miedo al volcán? 

R.- Vivimos jornadas con movimientos que superaban el 3 en la escala y esto generaba mucha intranquilidad. Al tiempo, el ruido incesante del volcán en erupción, como el de una turbina, y la caída constante de cenizas, no es fácil de gestionar. Los palmeros somos de todas formas conscientes de que vivimos en una isla joven, que es lo que es gracias a los volcanes. El aeropuerto solo estuvo cerrado ocho días y eso nos da tranquilidad. Tenemos que ser conscientes de donde vivimos. Somos hijos de la lava, pero espero que no volvamos a tener ocasión de comprobarlo y que no suframos más sustos.

P.- Denos un ‘susto’ positivo para concluir. ¿Por qué hay que ir a La Palma la última semana de julio?

R.- Porque no hay un evento de iguales características en el territorio nacional en esa época y porque tenemos que ayudar a la isla de La Palma a levantarse. Es una isla espectacular llena de vida, llena de verde, y es una gran oportunidad. No solo de apoyar la diversidad y el amor libre, sin barreras, además de apoyar una isla que lo ha pasado muy mal. El sábado 30 habrá un concierto espectacular y está todo organizado y controlado. El amor brillará.