Laura Borràs fue advertida por la gerente de la Institución de las Letras Catalanas (ILC), dos interventoras de la institución y el exresponsable de informática del Departamento de Cultura de la Generalitat por la adjudicación a dedo de la web de la ILC a Isaías Herrero y la repetición de contratos menores adjudicados año tras año al informático. Y desestimó esas advertencias. La Fiscalía pide seis años de prisión y 21 de inhabilitación para Borràs y su ex colaborador. Aunque es previsible que a Herrero le rebaje la pena al final del juicio gracias a su confesión.

Todos los testigos han avalado hasta ahora la versión ofrecida el lunes por Herrero y Andreu Pujol, el tercer acusado. Aseguran que se presentaron presupuestos falsos para simular concursos y trocearon los contratos a dedo con los que Borràs impuso a Herrero como responsable de la web de la Institución, pese a las reticencias de la gerente de la entidad o los responsables de Cultura.

Cuatro sesiones que este jueves se completarán con las declaraciones de los guardias civiles que concluyeron la investigación iniciada por los mossos. Les seguirán los ex consellers de Cultura Santi Vila y Ferran Mascarell, el antecesor de Borràs al frente de la ILC, Francesc Parcerisas, y el comisario del Año Bertrana, Oriol Ponsatí. Borràs declarará el lunes, en último lugar, como reclamó su abogado para poder defenderse del pacto de Herrero y Pujol con la Fiscalía para incriminarla.

Contratación a dedo

En la quinta sesión del juicio, celebrada este miércoles, la exadministradora de la ILC desveló que Borràs anunció que Herrero se encargaría del proyecto de la web antes de adjudicarlo y que ella puso objeciones a los contratos menores: "esas irregularidades no me gustaban".

Assumpta P., que fue administradora de la ILC entre 2011 y 2016, explicó que Borràs era consciente de que una instrucción del secretario general de Cultura recomendaba que todos los contratos menores -de menos de 18.000 euros-, se adjudicaran eligiendo el presupuesto más ventajoso entre tres propuestas. No se podían encargar varios proyectos al mismo proveedor en un mismo curso ni renovarle año tras año.

Pese a ello, según la testigo, cuando Borràs llegó al frente de la ILC, en 2013, les anunció que impulsaría un "proyecto importante" para desarrollar la web de este organismo -"habrá un antes y un después", recordaba que les dijo- y les presentó a Herrero como la persona que haría este trabajo, antes de que se le adjudicara.

Según la administradora, Borràs era la que decidía la adjudicación de cada proyecto, sin que hubiera dudas de que "todos los trabajos" los hacía Herrero, por lo que en más de una ocasión le dijo a la actual dirigente de JxCAT que no compartía lo que ocurría: "esas irregularidades no me gustaban y no quería que se perpetuaran".

Al margen del Govern

Además, la dirigente de JxCAT encargó a Herrero la creación de la web de la ILC al margen de la Generalitat, saltándose el acuerdo del Govern que exige una autorización previa del Departamento de Cultura. Así lo explicó el exresponsable informático del Departamento de Cultura, quien declaró el martes que se negó a avalar el pago de una factura por uno de los trabajos de creación de la web de la ILC en la etapa de Borràs porque ni lo reconocía ni lo había autorizado.

Según Moisés L., el "camino habitual" para crear la web de la ILC habría sido formular una petición a la Consejería -lo que no se hizo, precisó- y tramitar después el proyecto ante la Dirección General de Atención Ciudadana, responsable de autorizar el proyecto y garantizar la homogeneidad de la imagen corporativa. El testigo apuntó además que si la ILC hubiese seguido el acuerdo del Govern para impulsar la web con el apoyo del CTTI, este organismo habría controlado "todo el proyecto".

Assumpta P. corroboraba este miércoles que le "extrañó" que la web se encargara a un externo y no al personal informático del departamento de Cultura. Y recordó que todas las web de esta Consejería las hacían los servicios técnicos de la Generalitat.

Los contratos falsos

En la sesión anterior, cinco testigos de la Fiscalía confirmaban ante el tribunal que los presupuestos presentados ante la ILC por Herrero eran falsos y se había utilizado sus datos sin su permiso. El responsable de una de las cooperativas que aparecen entre las tres ofertas de un contrato a dedo adjudicado a Herrero declaró que "no se autorizó" al informático a presentar un presupuesto a la ILC en nombre de la entidad.

Tampoco lo autorizó su cuñado, cuyos datos aparecen en otro de los presupuestos presentados ante la Institución de las Letras Catalanas. El informático le pidió -a él y a otro de los testigos citados- permiso para usar su DNI y presentar un presupuesto a la ILC, a lo que se negaron al no verlo "legal". "En este presupuesto salen mis datos, pero yo no lo he elaborado" aseguró.