El empresario Juan Carlos Cueto sigue haciendo caja con las administraciones del Gobierno. El cerebro de la trama de la trama Koldo recibió un contrato la semana pasada del Ministerio de Defensa, del que es contratista habitual, según la información a la que ha tenido acceso El Independiente.

La adjudicación se produjo el 6 de marzo, en mitad del escándalo por el presunto cobro de comisiones a cambio de material sanitario al inicio de la pandemia. Los investigadores sitúan a Cueto en la cúspide del entramado y detrás de la empresa que se llevó los contratos de mascarillas, Soluciones de Gestión.

El acuerdo con Defensa buscaba la "adquisición de repuestos para el mantenimiento y reparación" de vehículos. El destino final es el Cuartel General del Ejército del Aire y el contrato tiene una duración de 15 días. La empresa de Cueto, Comercial Cueto 92, se embolsará 14.377,37 euros, por debajo del límite legal para sacar la contratación a concurso público, aunque la documentación señala que se recibieron tres ofertas.

Contratos millonarios

En los últimos cinco años, esta empresa que es el centro del grupo empresarial de Juan Carlos Cueto, ha recibido hasta 47 contratos por más de 1,5 millones de euros, todos con Defensa. Antes de 2019, tuvo contratos tanto con el Departamento de Margarita Robles como también con la Guardia Civil. De la Benemérita se llevó un contrato por 1,2 millones.

La mayoría de esos contratos, como el reciente con el Ejército del Aire, tienen que ver con el suministro de recambios y repuestos de vehículos. Fuentes conocedoras de la carrera empresarial de Cueto, han explicado a este periódico que sus inicios están ligados a la zona de Pinto, en Madrid, donde hay varios desguaces que nutren de material a tanto a empresas españolas como a estados extranjeros.

Es ahí donde arranca la carrera en el mundo de las armas de Cueto y que años más tardes le llevaría a la Audiencia Nacional, antes del reciente caso Koldo. Aquello se bautizó el caso Defex, en el que se investiga el cobro de comisiones por la venta de armamento a Angola, país africano donde el empresario mantuvo relaciones comerciales con su Gobierno.

Caso Defex

En 2014, hace ahora 10 años, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investigó a Cueto en un caso de corrupción relacionado con la venta de armas a Angola. Su empresa Comercial Cueto 92 se alió en una UTE con la semipública Defex para hacerse con un contrato de 150 millones de euros en 2008.

En el camino, gran parte del dinero de perdió. La Audiencia Nacional cifra en casi 100 millones los que fueron destinados a pagar comisiones a funcionarios y a desviarse a cuentas opacas, algunas en Luxemburgo, donde apareció Beatriz García Paesa, la sobrina del célebre espía Francisco Paesa. Este año arrancará el juicio, en el que Cueto es uno de los principales acusados. La Fiscalía le pide 50 años de cárcel.

En su auto de 2018, el juez se refiere a los implicados como una "organización" que buscaba conseguir contratos públicos en países extranjeros mediante el pago de sobornos. El único objetivo, según el magistrado, era enriquecerse ilícitamente con "brutales sobreprecios sobre el coste real de adquisición de las mercancías, armando toda una estructura de sociedades ficticias y de facturación falsa y simulando la prestación de servicios por parte de estas sociedades pantalla, por decenas de millones de euros".

Cueto era como un fantasma. Además de esconderse detrás de una maraña de sociedades donde rara vez aparece entre sus cargos, no se conocía su rostro. No había una foto de él en ningún rincón de internet. Hasta el pasado 28 de febrero, cuando volvió a declarar en la Audiencia Nacional, ataviado con gafas de sol y un gorro. También parece ser que era invisible para la Administración, con quien ha seguido obteniendo contratos a pesar de estar involucrado en dos grandes casos de presunta corrupción.