La empresaria Carmen Pano, quien aseguró haber entregado 90.000 euros en efectivo en octubre de 2020 en la sede del PSOE en la calle Ferraz (Madrid), ratificó su testimonio el pasado 19 de marzo ante el juez Santiago Pedraz, instructor del caso sobre la trama de los hidrocarburos en la Audiencia Nacional.

Así consta en el vídeo de su declaración, al que ha tenido acceso El Independiente. Pano explicó que realizó la entrega en dos partes, de 45.000 euros cada una, siguiendo las instrucciones del empresario Víctor de Aldama, también investigado en esta causa. "Cuando me dice que hay que llevar ese dinero a Ferraz porque él no puede, no me dice de qué o para qué es", afirmó. Explica que el efectivo era un anticipo vinculado a uno de los negocios de Aldama, que pretendía vender unos restaurantes ubicados en las Cuatro Torres.

A preguntas del fiscal, dijo desconocer si el traslado del dinero tenía relación con la trama que se investiga o con la concesión de un título de operadora de carburante para alguna de las empresas que la organización, presuntamente, utilizaba para defraudar.

Ante las cuestiones de Javier Pérez-Roldán, abogado de la asociación Hazte Oír, que representa a las acusaciones populares en esta causa, relató: “Me dijeron que tenía que entregar 45.000 euros a Víctor de Aldama en su despacho de la calle Alfonso XII. Se lo llevo, y me dice que está solo, no están ni su mano derecha, ni su chofer, que no puede salir y que si puedo llevarlo a Ferraz. Le digo que no hay ningún problema. La primera vez fui en un taxi y la segunda me llevó Álvaro Gallego”.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sostiene que Aldama y su socio Claudio Rivas estaban al frente de la trama. El Instituto Armado cifra el fraude en 182,5 millones de euros entre noviembre de 2022 y febrero de 2024. Cuando fue detenida en diciembre de 2024, Pano aseguró a los agentes que fue ella quien puso en contacto a los dos cabecillas de la banda.

En uno de los informes enviados a la Audiencia Nacional, la UCO reveló que Aldama tenía una deuda de 1,5 millones de euros por un negocio de restauración en el complejo madrileño de las Cuatro Torres. Pidió ayuda a Pano, a la que conocía desde hacía años, para encontrar a alguien dispuesto a invertir. Ella sabía que Rivas buscaba oportunidades de negocio y los presentó. A partir de ahí, según su testimonio, comenzó una relación empresarial entre ambos en la que Pano actuaba como intermediaria. El objetivo final de Rivas era conseguir la licencia de operador de hidrocarburos para Villafuel S.L., una de las empresas de la trama.