El Ministerio del Interior ha retirado a su agregado en la embajada de España en Polonia, un inspector de la Policía Nacional. El Tribunal Supremo ratificó el pasado octubre una condena por resistencia a mla autoridad ante unos policías locales en Benidorm en 2018. La decisión llega casi siete años después de los hechos. El mando ha recurrido ante todas las instancias, hasta que el TS, que tiene la última palabra, hizo firme la sentencia.

Como adelantó El Independiente, Interior acaba de sacar los destinos en el extranjero de policías para el año que viene. Uno de las que más ha llamado la atención a las fuentes consultadas ha sido la de Varsovia, capital del país europeo. Y es que el mando, que ahora vuelve a su puesto en la Unidad de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios), llevaba dos años en el destino. El periodo en una embajada es de cuatro años, y si el Ministerio requiere la vuelta de un agente antes de tiempo es porque "algo raro ha pasado".

En este caso, lo "raro", es la ratificación de la sentencia del pasado mes de octubre. Cuando se conoció la sentencia de J. M. M., que es pareja de la fundadora de Vox Cristina Seguí, varios medios pusieron de manifiesto que Interior tuviese en una embajada a un mando que llevaba años litigando en una sentencia que lo condenó por agresión en primera instancia y que fue reducida posteriormente a resistencia a la autoridad. Fuentes del entorno del policía aseguran que la destitución es de "carácter político por ser marido de quien es". Incluso, afirman, así se lo han hecho llegar fuentes de la División de Cooperación Internacional.

El departamento de Fernando Grande-Marlaska no ha querido perder el tiempo. En esta nueva convocatoria para los puestos en el exterior, ha sacado la plaza de Varsovia, lo que ha obligado al agente a volver a casa. Según ha podido saber este periódico, la decisión de ofrecer el destino polaco ha retrasado la publicación de todas las embajadas, que prácticamente estaba cerrada a finales de marzo.

La sentencia

En enero de 2024, el Juzgado número 3 de Benidorm condenó al policía a tres meses de prisión en primera instancia. La sentencia lo señaló como autor de un delito de atentado contra agente de la autoridad. Además, lo consideró autor responsable de dos delitos leves de lesiones. El condenado recurrió, y la Audiencia de Alicante retiró estos últimos delitos en una sentencia de marzo y dejó el asunto en un delito de resistencia.

Los hechos, según el juzgado de Benidorm, ocurrieron el 10 de agosto de 2018, sobre las 22:50 horas, en Benidorm, según contó en su día El Español. Una patrulla de policías locales llegaron donde se encontraba el mando de la Policía por una llamada de un taxista que estaba siendo "vejado y amenazado" por el inspector. El agente estaba disfrutando de días libres.

"Yendo afectado por la previa ingesta de bebidas alcohólicas que le mermaba pero no anulaba sus capacidades cognitivas y volitivas, le requirieron para que se identificase, negándose el acusado en numerosas ocasiones", relató la sentencia del juzgado de Benidorm.

Lesiones

El mando reclamó el número de placa a uno de los locales. En ese momento "agitaba" su teléfono móvil, que terminó chocando con la mano del policía del municipio, que cayó al suelo. En ese momento, "con ánimo de menoscabarlo físicamente y desconociendo el principio de autoridad", se abalanzó contra el municipal. Le dio un bofetón en la cara, que le hizo caer al suelo de nuevo. El resto de policías, en ese momento, lo redujo para esposarlo.

Uno de los locales "sufrió lesiones" en el brazo derecho, que terminó con arañazos. También recibió un golpe en la cara en el "oído otoscopio sin lesión interior timpánica y contusión en antebrazo". Otro policía sufrió tuvo "lesiones consistentes en escoriación por fricción en antebrazo", recoge la resolución.

En el juicio declaró el taxista, la primera víctima de aquella noche. Dijo que vio un "comportamiento irregular, descortés, violento, injustificado del que después pasó a ser acusado: insultos y de todo". Según su testimonio, el "acusado estaba algo afectado por el alcohol, con baja tolerancia a la frustración (no tolera que el taxi, con tantos como hay, no le dé servicio), y con escaso control de los impulsos".