Es una imagen que se repite cada vez más. Lo hace al ritmo de crecimiento de la red fotovoltaica en nuestro país. Las extensas superficies copadas por una marea de placas solares fotovoltaicas empiezan a multiplicarse, en particular en algunos lugares. En nuestro país, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, al cierre de 2023 existían más de 63.000 instalaciones fotovoltaicas. Es además en la denominada ‘España vaciada’ donde más están creciendo. Entre las diez provincias con mayor superficie dedicada a la generación de energía solar figuran Teruel, Zamora, Cuenca, Palencia o Ciudad Real. Si a ellas les sumamos Badajoz y Albacete representan la mitad de toda la superficie de generación fotovoltaica del país.

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Un ejemplo de ello es lo ocurrido en Zamora, que sólo entre 2022 y 2023 multiplico por ocho su superficie dedicada a la generación fotovoltaica. En España la progresión de este tipo de instalaciones ha sido muy acentuada en los últimos años. Si en 2019 apenas representaba 20.000 hectáreas la que en España se dedicaba a instalaciones solares, sólo cuatro años después esa cifra llega a superar las 49.000 hectáreas. En los últimos tres años el crecimiento anual se ha mantenido más o menos constante con casi un incremento interanual del 20%.

En la España más despoblada la apuesta de las compañías energéticas por impulsar esta industria ha sido una constante. Entre 2016 y 2023 provincias como Teruel, por ejemplo, han llegado a multiplicar por once su superficie dedicada a la energía fotovoltaica. Al cierre de 2023 contaba con una superficie total de placas solares de 3.433 hectáreas -que representaba casi el 7% del total de áreas destinadas a la generación de energía fotovoltaica en nuestro país-. En Palencia en ese periodo el incremento fue del 849%, del 908% en Valladolid y del 617% en Zamora.

Nuevos proyectos

Pese a ello, la provincia que mayor superficie fotovoltaica tiene es Sevilla. Roza las 6.000 hectáreas. El 12% del total, se encuentra en algún municipio sevillano. Entre 2026 y 2023 el incremento alcanzó el 745%.

Más instalaciones y más potencia instalada. Según los últimos datos de la Unión Española de Empresas Fotovoltaicas (UNEF) la potencia instalada es de 26.147 Mw sólo en las plantas ‘de suelo’, a las que se deben sumar las instalaciones de autoconsumo. Entre ambas, la potencia roza los 32.500 Mw.

La expansión se prevé que continúe en los próximos años. Actualmente la energía fotovoltaica representa el 17% del total de energía del ‘mix’ nacional y la apuesta por las energías renovables augura un mayor peso a la fotovoltaica. Las solicitudes para seguir ampliando este tipo de instalaciones que en 2023 se habían presentado -y de las que el Ministerio de Transición Energéticas emitió un informe favorable- supondrán una ampliación muy importante. Los 132 proyectos que lograron el visto bueno sumaban una superficie incluso superior a la suma de toda la actual: 49.504 hectáreas más y otros 24.752 MW de potencia. De llevarse a cabo todos estos proyectos, España duplicaría su actual superficie fotovoltaica y rondaría las 100.000 hectáreas de espacio rural ocupado por las placas solares.   

Del cereal y el olivo, a la fotovoltaica

La instalación de este tipo de parques está provocando que en muchos casos los usos de los terrenos agrícolas se tengan que modificar. Así, casi la mitad de las hectáreas que hoy están tomadas por placas solares se dedicaban anteriormente a cultivos de secano. Ese cambio de uso se ha producido en el 47% de la superficie hoy convertida en espacio para la producción de energía solar, en particular de casi 19.000 hectáreas en España.

A ello hay que sumar otras casi 2.500 hectáreas que desde 2012 han pasado de ser cultivos de regadío a convertirse en parques fotovoltaicos. En otra gran parte, los actuales parques solares ya lo eran hace casi tres lustros. El 42% del total mantienen la misma actividad energética a la que ya se dedicaban esos suelos en 2012.

Respecto al cultivo al que se destinaban algunos de los parques, una quinta parte, el 21%, se dedicaba al cereal antes de reconvertirse en parques fotovoltaicos. Un 11% se encontraba en barbecho, un 10% se destinaba principalmente al cultivo de girasol, un 6,6% eran olivares y un 44% era suelo no agrícola.

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