La llamada Generación del 27 nació en Sevilla en diciembre de 1927, y perdón por la obviedad. Pero escuchando este miércoles a los ministros de Cultura y Memoria Democrática durante la presentación del centenario del 27 podía parecer que aquel movimiento, el más brillante de la literatura contemporánea en español, no surgió en el contexto de la dictadura autoritaria y corporativista de Miguel Primo de Rivera y al amparo de la hospitalidad navideña de un torero ilustrado, sino que fue un genuino fruto de la república de izquierdas, de cuando España "iba en el camino correcto de las libertades", en palabras de Ángel Victor Torres, y aquellos poetas "consagraron su ingenio, su compromiso político y en muchos casos sus vidas a una esperanza colectiva encarnada en los avances democráticos de la Segunda República Española", según Ernest Urtasun.
Lo cierto es que aquello había cuajado unos años antes del 14 de abril del 31. Antes, incluso, del 27. Pero fue en el otoño de 1927 cuando Mauricio Bacarisse, Juan Chabás, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti (premio nacional en 1924 con Marinero en tierra) y Federico García Lorca (que ya había escrito en 1921 su Poema del cante jondo) fueron convocados por el Ateneo de Sevilla para protagonizar unas jornadas poéticas, a modo de homenaje a Góngora que clausurara el tercer centenario de su muerte. El torero Ignacio Sánchez Mejías, que les había conocido en Madrid por mediación de José María de Cossío y encantó y fascinó a todos, ejerció de generoso anfitrión. Hubo crónicas y retratos; los jóvenes poetas quedaron inmortalizados y hermanados para la historia como núcleo fundacional de un grupo que completarían, entre otros, Luis Cernuda –presente entre el público sevillano–, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Pedro Salinas o Vicente Aleixandre, Nobel por todos ellos en 1977, nombre y hombre de consenso en la España que se amnistiaba en el cincuenta aniversario del 27.
Un comité multitudinario
Por eso ahora serán ellos objeto del correspondiente centenario, presentado este miércoles a bombo y platillo por el Ministerio de Cultura en la Residencia de Estudiantes, casa madre de la Edad de Plata y hogar durante años de Lorca y Alberti. El ministro Urtasun preside la Comisión Nacional encargada de su organización, de la que forman parte otros cinco ministerios –Memoria Democrática, Exteriores, Educación, Ciencia, Hacienda–, Acción Cultural Española (AC/E), el Instituto Cervantes, los Ayuntamientos de Madrid, Sevilla, Granada (todos ellos gobernados por el PP) y Fuente Vaqueros, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Residencia de Estudiantes, las fundaciones Federico García Lorca, Gerardo Diego, María Zambrano, Rafael Alberti, y Ortega Marañón, las Universidades de Sevilla, Granada, y la Complutense de Madrid, los Ateneos de Madrid y Sevilla y el Ateneo Español de México, la Asociación Clásicas y Modernas por la igualdad en la Cultura, el Departamento de Culturas Latinoamericanas e Ibéricas de la Universidad de Columbia de Nueva York… y se anuncia la incorporación de más entidades e instituciones en los próximos meses.
Un órgano multitudinario al que Urtasun y su Ministerio han podido imponer su criterio, con carácter previo, a la hora de nombrar a los comisarios –"tres comisarias y un comisario", precisan– que "trabajarán de forma colaborativa y transversal en una programación plural, representativa y de proyección internacional". Junto a una figura indiscutible como el catedrático emérito de la Universidad de Granada Andrés Soria Olmedo –estrechamente vinculado a Lorca y su fundación a través de su mujer, Laura García-Lorca– aparecen las poetas Marifé Santiago Bolaños –profesora universitaria, asesora en materia de Cultura y Educación en Moncloa durante las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero y vicepresidenta de Clásicas y Modernas, asociación privada incorporada a la comisión organizadora–, la muy premiada Raquel Lanseros y la valenciana Àngels Gregori, gestora cultural conocida en el ámbito poético catalanoparlante.
De esta Comisión Nacional saldrán los diversos proyectos que de aquí a dos años celebrarán el legado de la Generación del 27. Está por ver el grado de fiscalización que ejercerá el Gobierno a través de los seis ministerios implicados y organizaciones afines, pero los discursos de Urtasun, presidente de la comisión organizadora, y Torres, vicepresidente, anticipan un enfoque político que distorsiona la realidad plural, compleja y trágica del 27.
Reparación y re-creación del 27
"Hay en este acto de reparación y memoria un excelente prolegómeno de lo que está por venir, un proyecto de estado al servicio de la cultura, que ve en la Generación del 27 no una fotografía estática del pasado sino el más ilusionante y luminoso proyecto de futuro", ha dicho Urtasun, reconociendo implícitamente el proyecto de re-creación de la historia del 27. "Los retratos oficiales, como aquella imagen fundacional tomada en diciembre de 1927 en el Ateneo de Sevilla, importan, pero el 27 es un álbum de fotografías tan extenso y diverso como los enfoques historiográficos y las miradas que durante décadas hemos ido vertiendo sobre aquella asamblea de la belleza". Quieren incorporar a las mujeres que quedaron "orilladas" y reivindicar la "alegría de vivir" de aquella generación en banquetes, tertulias, conciertos, verbenas, carreras de caballos, cócteles y tablaos. Ni palabra, eso sí, de los toros, pese a Sánchez Mejías, la elegía que le escribió Lorca y la opinión del poeta sobre la tauromaquia –"el toreo es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España"–.
Según el ministro de Cultura, el centenario es una gran ocasión para poner "esos veintisietes" a dialogar con nuestro presente y con el pasado que interesa. "La Edad de Plata le debe mucho al proyecto culturalista de la República".
Urtasun, obligado al entendimiento con administraciones de distinto signo político para llevar este centenario a buen puerto, mantuvo en su intervención un tono menos doctrinario que en otras ocasiones. Correspondió a Ángel Víctor Torres el trabajo sucio, el papel más ideológico y la apología gratuita de la Segunda República sin mención más que colateral de la poesía y los poetas.
"Hubo una etapa en la que España iba en el camino correcto de las libertades con un sistema, sí, con defectos, pero era un sistema democrático, hasta que una sublevación militar, un golpe de Estado, cercenó todas las esperanzas de una España en libertad" (y ahí se le escapó la intención bajo el nombre del año conmemorativo de la muerte de Franco). "Hoy gozamos de la mejor época de libertades de nuestra historia. Jamás se han conquistado tantos derechos, por tanto, hay que cuidarlos" frente a "quienes añoran tiempos de mano dura" y oscurecen "este momento único" con "mensajes negacionistas y derrotistas", añadió Ángel Víctor Torres ante la perplejidad de algunos de los asistentes.
Está por ver qué lugar se le reserva en la conmemoración a los poetas del 27 que no "consagraron su ingenio, su compromiso político y en muchos casos sus vidas" a la causa de la República, que no marcharon al exilio, que lo padecieron en el interior o que incluso se integraron en el régimen; si habrá diálogo con la Comunidad de Madrid para incorporar a la conmemoración la casa de la poesía que se habilitará en Velintonia, la vivienda de Vicente Aleixandre abandonada durante décadas y recién adquirida por el gobierno autonómico de Ayuso tras varios desencuentros con el Ministerio. Cómo modulará el Gobierno, en definitiva, lo que va de la realidad del 27 al deseo de arrimarlo a su sardina, parafraseando el título del libro de Cernuda, La realidad y el deseo, en torno al cual se celebró el último banquete feliz de aquel grupo (29 de abril de 1936) antes de la trágica ruptura impuesta por la Guerra Civil.
1 Comentarios
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hace 6 horas
En esa foto, falta uno.