La calle San Nicolás de Pamplona es el pulmón de la amistad, el ocio y las relaciones sociales. También de los negocios.  Allí, de bar en bar, de ‘pote’ en ‘pote’, entre universitarios, empresarios y políticos palpita el corazón de la ciudad. A un extremo, el Parlamento de Navarra, al otro, el Gobierno foral y a medio camino, a escasos metros, en el Paseo Sarasate, la sede del Partido Socialista de Navarra. En el número 1 de la calle, antes de desembocar en la Plaza del Castillo, está la sede de la empresa sobre la que más ojos se han puesto estos días; Servinabar. La placa que hasta ahora lo indicaba ya ha sido arrancada… Seguro que todos pasaron por delante más de una vez. Lo que se investiga es si alguno hizo algo más que eso.

Quienes conocen bien la vida política de la capital navarra aseguran que se les veía juntos a menudo, ‘de copas’, “como una cuadrilla de amigos”, aseguran fuentes consultadas por El Independiente. Aquella ‘cuadrilla’ unida por la amistad concentraba más poder que muchas instituciones forales y era complicado que pasara desapercibida cuando tomaban un pintxo o un café cerca de la Cámara o en cualquier otro lugar de la ciudad. La sintonía que labraron con el tiempo no tardó en reflejarse en confianza y en un impulso recíproco a sus carreras políticas. El repaso de sus trayectorias dibuja una suerte de cruce de respaldos, impulsos y no pocas campañas electorales tras las que se sucedían ascensos en el escalafón del organigrama del PSN.   

Cuando se cita a Santos Cerdán, María Chivite y Ramón Alzórriz muchos suman a Elma Saiz en el cuarteto. Las fotos de todos ellos cerrando actos políticos se han recuperado estos días. Es cierto que de lo conocido por ahora no se puede afirmar que la sombra de la presunta corrupción que sobrevuela al PSOE salpique a todos por igual.

La ‘chispa’ de la sospecha se encendió el 15 de enero de 2024 tras la adjudicación del mayor contrato público a Servinabar –la ampliación de los túneles de Belate-. La mecha del escándalo prendió con fuerza apenas un mes más tarde, el 20 de febrero de ese año, con la detención de Koldo García, un vasco afincado en Navarra al calor y servicio de Cerdán.

Para entonces el amigo de Cerdán y ya asesor de Ábalos se había convertido en una bomba de relojería para la política navarra y para parte de la ‘cuadrilla’. No es descabellado imaginar que entonces todos comenzaron a repasar si tuvieron encuentros con Koldo, aquel portero de discoteca y local de alterne, ‘aizkolari’ aficionado, que solía acompañar a Cerdán. Incluso cuando invitaban a Ábalos a visitar Pamplona en plenos 'Sanfermines'. Su imagen en la plaza de Toros de Pamplona con 'pañuelico' incluido ha resucitado estos días. Para entonces, en aquel grupo de miembros del PSN todos ocupaban o habían ocupado cargos relevantes en la política foral y local. Y alguno, lo hacía desde hacía tiempo en la nacional. ¿Qué tenía realmente Koldo?

Progresión política paralela

Las investigaciones del ‘caso Koldo’, reconvertido después en ‘caso Ábalos’ y ahora en ‘caso Cerdán’, han situado el posible epicentro de todo en Navarra. El último en hacerlo ha sido el otrora todopoderoso secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos: “Trajeron una dinámica corrupta”, ha asegurado en referencia a las prácticas que Cerdán y Koldo habrían iniciado en Navarra y continuado en Madrid, “me utilizaron”.

Todos son navarros. De Milagro, Cerdán; de Cintruénigo, Chivite y de Pamplona, Alzórriz y Saiz. Han mamado la política navarra desde hace años. Comenzaron como concejales y han progresado en el PSN hasta ocupar importantes puestos de responsabilidad institucional u orgánica en el partido. Cerdán es el mayor, 56 años. Chivite la más joven, 47 años. El hombre fuerte de la ‘cuadrilla’ siempre fue Cerdán. Los conocedores de la política navarra sitúan en él el impulso de las carreras del resto, no en vano era el Secretario de Organización del partido, y el control de cada paso relevante que se daba en el gobierno de Chivite, una suerte de poder oculto en la retaguardia.

Cuando la hoy presidenta foral ocupó por primera vez una concejalía –Cintruénigo en 2003- Cerdán comenzaba ya su segundo mandato como edil en su pueblo. Cuando se estrenó Alzórriz en Burlada, iniciaba el tercero. El primer cargo de relevancia le llegó en 2012, nada menos que la Secretaría de Organización del PSN. El entonces secretario general del partido, Roberto Jiménez, confío en Cerdán y este despejó el camino poco después para que figuras como Chivite, que habían empezado ya a despuntar, prosiguieran su camino de ascenso.

En 2014, tras la salida abrupta de Jiménez, Chivite, con el apoyo de Cerdán, ocupa su puesto al frente del PSN. En las autonómicas de 2015 Cerdán predijo un batacazo, en las de 2019 la llegada al poder. Y así ocurrió. En aquel primer Gobierno de Chivite, Saiz ocuparía la consejería de Economía. Un cargo que sumaba a la de delegada del Gobierno en Navarra en tiempos de Zapatero y a los que en noviembre de 2023 incorporó la de ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones tras un breve paso como concejal en Pamplona.

Cerdán el poder del PSN en Navarra

En este grupo de amistades y política, otra amistad sobrevolaba: la de Cerdán con Joseba Antxon Alonso Egurrola. Comenzó en Milagro, en sus años de concejal, y prosiguió durante mucho y tiempo después. Aquél empresario guipuzcoano, nacido en el mismo pueblo que Arnaldo Otegi, Elgoibar, quizá podría ser útil para algo más que concurrir a licitaciones. Algunas informaciones publicadas estos días incluso le han apuntado como el presunto facilitador de contactos entre Cerdán y la Izquierda Abertzale. Por ahora, nada de eso ha trascendido en las investigaciones policiales. El único dato real es que PSN y Bildu alcanzaron el acuerdo que permitió a Chivite ser investida presidenta en 2019 y revalidada en 2023. También el pacto para impulsar la moción de censura que descabalgó a UPN del Ayuntamiento de Pamplona el 28 de diciembre de 2023. Decisiones que aún pasaban por Cerdán, quien pese a llevar varios años en la política nacional seguía dirigiendo los hilos de la política navarra, “él venía a Navarra y decía esto por aquí y esto por allá”.  

Hay amistades que pueden quemar o intoxicar. La de Cerdán tiene indicios de hacerlo. La sospecha de la UCO es que es beneficiario del 45% de Servinabar. La empresa de Antxon lo ha negado. Pero ante dudas así, confiar en la inocencia de un amigo requiere mucha confianza, quizá demasiada.

Es innegable que en la amistad las decepciones duelen más. Adquieren en muchos casos la condición de traición. Por eso estos días las lágrimas han aflorado en la ‘cuadrilla’. El informe de la UCO contra Cerdán ha resultado demasiado duro de asimilar. Los silencios, las medias verdades o directamente las mentiras entre amigos dejan herida. Y algunas también miedo por el temor a lo que quede por salir… y salpicar. A Chivite se le quebró la voz cuando tuvo que reconocer que la persona que describía la UCO en su investigación, su “amigo”, no se correspondía con “la persona con la que he compartido mi carrera política, mi compañero de partido, mi amigo”.

Al día siguiente le llegó otro revés. Esta vez de otro “amigo”, de otro miembro de la ‘cuadrilla’ política de la presidenta. Su número 2, su secretario de Organización, le reconoció que su pareja trabajó en Servinabar desde 2021 a 2024. Nunca le dijo nada. La confianza entre amigos acababa de irse por el sumidero. Alzorriz no tardó en dimitir y dio “un paso atrás” pero sólo en sus “cargos de confianza”: la portavocía del PSN en el Parlamento Foral y la Secretaria de Organización en el partido. El escaño, por ahora, seguirá ocupándolo. El aforamiento, protegiéndole: “No ha cometido ningún delito”, llegó a justificar la presidenta.

La caída de Alzórriz

Alzórriz, con los ojos vidriosos y la voz temblorosa, compareció ante los medios en los 12 minutos más duros de su vida política. Hacía apenas unos días que él había salido en defensa de su amigo Cerdán y a hacerlo con firmeza. Ahora era él quien estaba bajo el foco y en el centro de todo tipo de especulaciones. “Ha sido una conversación dura, es mi amiga, hemos compartido mucho camino político y personal”, reconoció, “yo se lo debo todo a ella”, señaló. Al día siguiente, el cruce de miradas al inicio del Pleno fue frío, roto. Sentado detrás de ella, quién sabe si aquel escaño empezaba a ser otro punto más de zozobra y preocupación para Chivite, quizá un "polvorín político a vigilar".

Para este miércoles, la ‘cuadrilla’ se había resquebrajado en apenas una semana. Su número 2 dimitido y Cerdán, fuera de la secretaria de Organización del PSOE, con su patrimonio bajo sospecha y preparando su declaración como imputado ante el Tribunal Supremo el día 30.   

En esta historia de política y amistad, los vínculos familiares o sentimentales también irrumpen. La hoy portavoz del PSN en el Ayuntamiento, Marina Curiel, labró una profunda amistad con parte de la ‘cuadrilla’, con Saiz en particular. No en vano, ocupa hoy la portavocía que Saiz dejó vacante tras ser llamada para ser ministra de Sánchez. Curiel, junto a su pareja, amigo íntimo de Alzórriz, según fuentes consultadas por El Independiente, también se ha dejado ver en algunas de esas quedadas para ‘tomar algo’. Hasta hace poco algunas imágenes seguían colgadas en las redes. El paso atrás dado por el número 2 de Chivite el pasado miércoles, dimitiendo de sus cargos, ha precipitado que desaparezcan.

A Alzórriz la amistad con Cerdán y de éste con Antxon Alonso, -propietario de Servinabar-, probablemente le puso más fácil llegar hasta el empresario guipuzcoano. El hasta ahora portavoz del PSN ha reconocido que le conocía. También que fue él quien solicitó a Alonso que diera trabajo a su pareja. Y así ocurrió. Pese a que hacía año y medio que una adjudicación a aquella empresa estaba siendo seriamente cuestionada por la oposición en el Parlamento y ocupando espacio en los medios, Alzórriz prefirió ocultarle a la presidenta, a su amiga. El episodio de que su novia trabajaba en Servinabar mientras la adjudicación millonaria -76 millones- se tramitaba no le pareció relevante notificarlo.

Familia y amigos...

Hasta que el escándalo del informe de la UCO sobre Cerdán se hizo público esta semana. Preguntado por cómo conoció a Antxon, Alzórriz dijo no recordarlo, “es verdad, no sé por qué le conozco”, aseguró. Ahora, Alonso Egurrola también forma parte de la lista de personajes que ha revoloteado en el ecosistema navarro y a los que el juez ha citado a declarar. En su caso, a comienzos de julio.

Otro vínculo de amistad y familia es relevante en este caso. Figura en el entorno de la presidenta. Chivite recuperó a su tío Óscar para ocupar un cargo importante en su gobierno. Lo hizo en su segundo mandato, en agosto de 2023. Oscar Chivite Cornago sería el nuevo consejero de Cohesión Territorial de Navarra. El peso de los Chivite en el PSN y la política navarra quedaba así más reforzado. Como ella, también su tío Oscar fue concejal de Cintruénigo antes de integrarse en el Gobierno. Otro de sus tíos, Carlos Chivite Cornago, llegó incluso a ocupar la Secretaria General del PSN entre 2004 y 2008.   

El nombramiento de Oscar Chivite se produjo apenas seis meses antes de que culminara la tramitación y adjudicación de las obras de los túneles de Belate. Aquella UTE beneficiaria estaba integrada por Acciona, Osés y Servinabar. Ahora, la oposición la ha denunciado ante la Guardia Civil e incluso los partidos que apoyan a Chivite reclaman –ahora sí, tras negárselo a UPN- constituir una comisión de investigación para esclarecer el proceso. Indagaciones sobre aspecto como por qué Chivite se reunión hasta en cuatro ocasiones con él o cómo Antxon y su empresa tuvieron acceso a otros seis encuentros con altos cargos del Gobierno antes de la adjudicación.  

Mientras la tormenta no para, Chivite asegura que ella seguirá, que no piensa dimitir, que no ve razones para hacerlo y que por ahora confía en que sus “amigos” puedan demostrar, uno su inocencia, y el otro que no habrá nada más que un inoportuno ‘fichaje’ de su pareja por parte de una empresa bajo investigación. Y ella, acreditar que nada conocía.

La realidad es que la ‘cuadrilla’ navarra de Cerdán, en el territorio en el que no pocos sitúan el inicio de todo, se ha roto. Ya no habrá cafés ni ‘pintxos’, ni ‘copas’ que tomar juntos en la calle San Nicolás. Ni siquiera en San Fermín…