El Gobierno ha ampliado hasta las 10 horas del 30 de junio el plazo para presentar propuestas al concurso internacional de ideas para la resignificación del Valle de Cuelgamuros. Según publica este martes el Boletín Oficial del Estado, la decisión responde tanto a la complejidad del proyecto como al interés suscitado entre los posibles participantes. El anuncio, firmado por el secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura, Iñaqui Carnicero, rectifica el plazo original ocho días después de que expirara, el pasado 16 de junio, y da respuesta a las solicitudes recibidas a través de la Plataforma de Contratación del Estado.

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El concurso –que aspira a transformar el complejo monumental franquista en un espacio de memoria, reflexión y futuro– fue anunciado oficialmente el 14 de abril, después de meses de retraso respecto a la fecha inicialmente prevista por el Ejecutivo. Tal como informó El Independiente en enero, el Gobierno había comprometido su publicación para comienzos de año, pero el procedimiento administrativo no se activó hasta la primavera.

Promovido por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana en coordinación con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, el concurso está abierto a equipos internacionales y se inspira en modelos como el Memorial del Holocausto de Berlín, diseñado por Peter Eisenman, donde la arquitectura y el arte configuran nuevas formas de habitar lugares marcados por el trauma histórico.

El proyecto ha desaparecido del programa conmemorativo

El objetivo del encargo es resignificar el conjunto desde una triple perspectiva: artística, arquitectónica y paisajística. A día de hoy, el Valle sigue albergando los restos de más de 33.000 personas, combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil, y fue durante décadas el mausoleo de Franco y José Antonio Primo de Rivera, cuyos restos fueron exhumados en 2019 y 2023, respectivamente.

El proceso se desarrollará en dos fases. En la primera, el jurado seleccionará las diez mejores propuestas, que recibirán 60.500 euros para cubrir los costes de elaboración. En la segunda, los equipos finalistas deberán desarrollar sus proyectos en profundidad. El ganador firmará un contrato para la redacción definitiva y dirección facultativa del proyecto, valorado en cerca de cuatro millones de euros, y recibirá un anticipo equivalente, que se descontará de los honorarios finales. En un principio, el Gobierno anunció que en noviembre, coincidiendo con el 50º aniversario de la muerte de Franco, se organizaría una exposición con los trabajos preseleccionados, pero la extensión de los plazos hace casi imposible que se cumpla con el objetivo. De hecho, la entrada de la web de España en Libertad en la que se daba cuenta del proyecto ha desaparecido, lo que parece una renuncia implícita a que la resignificación forme parte del programa conmemorativo, aunque sigue figurando en la agenda sin dato alguno.

El jurado estará compuesto por representantes de los ministerios implicados, expertos en arquitectura y patrimonio, y un representante de la Iglesia. El Gobierno alcanzó un acuerdo con el Vaticano para desarrollar el proyecto sin expulsar a los monjes benedictinos que aún residen en la abadía, lo que supuso desbloquear políticamente la intervención, aunque la Conferencia Episcopal protestó posteriormente porque no hubieran sido consultados sobre los términos del concurso.

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