El Ejército del Aire y del Espacio desplegará por primera vez en su historia aviones de combate F-18 en Islandia dentro de la misión de Policía Aérea de la OTAN de reforzar la vigilancia en el Atlántico Norte frente a la injerencia de aeronaves rusas en el espacio aéreo aliado y sus proximidades.

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Seis cazas conformarán el destacamento, al que se ha denominado ‘Stinga’ (aguijón en islandés), además de un contingente de hasta 122 militares entre pilotos, mecánicos, especialistas en armamento, logística, seguridad y otros servicios de apoyo necesarios para desempeñar la misión, ha informado Defensa.

Los cazas llegarán este martes y, tras unos días de preparación, se integrarán el próximo 28 en la estructura de mando de la OTAN, con lo que darán así inicio a una operación que se extenderá hasta mediados de agosto. El ‘Stinga’, al igual de todos los contingentes de la Alianza, tendrá como centro de operaciones la base de Keflavik, instalación estratégica en el Atlántico Norte, clave para el control de rutas aéreas intercontinentales, ubicada en el sur de Islandia según EFE.

Su misión principal será vigilar e interceptar aeronaves que operen sin plan de vuelo, sin contacto por radio o con el transpondedor desactivado, con el objetivo de garantizar la seguridad del espacio aéreo aliado. Para conseguirlo, el destacamento español permanecerá en alerta permanente de reacción rápida 24 horas, siete días de la semana.

Como avanzadilla y para preparar la llegada de los cazas, ya se encuentran en Islandia 44 aviadores de varias unidades del Ejército del Aire y del Espacio, al mando del teniente coronel Rafael Ichaso Franco, jefe del contingente aéreo y destinado en el Ala 15, con base en Zaragoza.

La misión forma parte de las decisiones que acordó la OTAN en su cumbre de 2014, tras la anexión ilegítima de la península de Crimea por parte de Rusia. Por entonces, la Alianza implementó estas medidas de seguridad con el objetivo de demostrar su determinación de defender, de forma colectiva, el espacio común y aliado ante cualquier amenaza. Islandia, país miembro de la OTAN sin fuerza aérea propia, recibe de forma rotatoria destacamentos aliados encargados de proteger su espacio aéreo

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