La periodista Maribel Vilaplana asegura que es la "primera interesada" en que se clarifiquen los hechos del 29 de octubre --día de la dana que arrasó parte de la provincia de Valencia y en la que fallecieron 228 personas-- y reconoce que fue "un error" pedir que no se difundiera en un primer momento que había comido con el presidente autonómico, Carlos Mazón, porque le parecía "injusto" quedar "vinculada" a "un capítulo tan doloroso". "A los responsables les corresponde dar explicaciones que yo no puedo dar".

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Así lo expresa Vilaplana en una carta abierta remitida este viernes a los medios de comunicación en la que explica que se ha decidido a escribir estas palabras "después de la continua oleada de ataques, falsedades y mensajes de odio" que ha recibido en redes sociales, amplificados además por otros canales, tras su reciente intervención como consejera portavoz del Levante Unión Deportiva, una responsabilidad que asume desde 2023.

En su misiva pública, Vilaplana detalla que en un momento determinado de la comida, el presidente de la Generalitat "empezó a recibir llamadas que interrumpieron la conversación de manera continuada".

"Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan", alega.

Y añade: "Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público".

Sin embargo, apunta, "con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado necesario aclarar también ese punto".

En este sentido, remarca: "En el momento en que me marché de la reunión no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo en otras localidades valencianas, porque en la ciudad no llovía y eso me hizo sentir todavía más ajena a la situación. Al regresar a casa, empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido. Nada más entender la magnitud de lo que había pasado, me puse en contacto con el presidente cuando le fue posible. En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera".

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