La Audiencia Nacional ha revocado la concesión de la nacionalidad española a un hombre relacionado con los servicios secretos de Rusia y con el crimen organizado del país del este. También está acusado de revelación de secretos. En una sentencia a la que ha tenido acceso El Independiente, la Sala de lo Contencioso-Administrativo anula la decisión de la Sección Cuarta de julio de 2024 por "razones de seguridad nacional".
La historia es un poco rocambolesca. La Sección Octava del mismo tribunal dictó una sentencia firme en mayo de 2023 en la que le negaba la nacionalidad española. Sin embargo, el ruso aprovechó un resquicio administrativo e interpuso un recurso al no recibir respuesta del Ministerio de Justicia. En julio de 2024, fue la citada Sección Cuarta quien estimó la demanda y le reconoció el derecho a ser un ciudadano español más.
Ahora, la Audiencia Nacional dictamina que la segunda resolución chocó con la primera al tratarse de una cosa ya juzgada y afectar al derecho a la tutela judicial efectiva. La nueva sentencia, del 10 de septiembre de este año, critica que ha habido por parte del espía ruso "mala fe procesal".
El ruso no es un tipo cualquiera. Según el informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para denegarle la solicitud, señalaron que trabajó para los servicios secretos rusos. Recibía encargos concretos desde el Kremlin, según fuentes propias del espionaje español. Además, mantenía contactos con capos del crimen organizado internacional de Rusia.
La treta se produjo cuando, sabiendo que un tribunal había rechazado darle la nacionalidad, solicitó la ejecución forzosa que le daba la razón. El Ministerio de Justicia se opuso porque no podía cumplirlo al haber ya una resolución de 2023. La Audiencia Nacional reprocha su mala fe procesal por haber presentado dos demandas paralelas "sin advertir al órgano judicial de su existencia recíproca".
Revelación de secretos
Al espía ruso no le constan antecedentes penales. Pero sí una causa grave por revelación de secretos. La investigación la llevó el Juzgado de Instrucción 3 de Pozuelo de Alarcón (Madrid). El problema es que, al no poder localizarle, acabó archivado. La Audiencia Nacional señala que ese hecho presenta "un antecedente de posible participación en hechos de relevancia penal de gravedad".
La simbiosis entre el espionaje ruso y el crimen organizado es un asunto creciente en España. El informe de Seguridad Nacional publicado este año ya hacía alusión a este fenómeno. El Ministerio del Interior y el CNI han detectado que cada vez colaboran más para lograr sus objetivos.
"Se ha advertido que determinados Servicios de Inteligencia Hostiles (SIH) estarían utilizando y apoyándose en estructuras criminales para el desarrollo de acciones que obedecen a sus intereses, facilitando, así, la comisión de actividades ilícitas a gran escala", reza el documento que ya publicó este periódico.
El informe detalla que, a raíz de la guerra en Ucrania, se han producido "importantes cambios" en la criminalidad organizada, especialmente la que opera tanto en Rusia como en Ucrania. Según la inteligencia española, las "estructuras de poder rusas" están aprovechando "los recursos, relaciones, sectores de influencia y canales" en los que operan las mafias en nuestro país.
"Para darles soporte, además de continuar con sus actividades tradicionales, las organizaciones criminales colaboran realizando movimientos de dinero, de bienes y servicios para evadir sanciones, así como participando en actividades de sabotaje".
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