Valencia de nuevo. La memoria de lo sucedido el 13 de junio de 2023 cuando el PP valenciano y Vox anunciaron un gobierno de coalición en la Comunidad -todo ello en plena precampaña de las elecciones generales del 23-J- vuelve hoy a la mente de muchos dirigentes y parlamentarios populares. A ese pacto suscrito por el dimisionario Carlos Mazón, se le atribuye buena parte de la responsabilidad de un resultado que permitió a Pedro Sánchez armar una mayoría parlamentaria que cortocircuitó el camino de Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa.
Ahora el escenario de fondo no son unas elecciones generales sino las autonómicas extremeñas. Pero del mismo modo, la precampaña y campaña de María Guardiola se va a ver contaminada por la negociación valenciana destinada a investir un nuevo presidente de la Generalitat. Y todo ello con la intención declarada de la baronesa popular de lanzar un mensaje anti-Vox. "Vox es el que salió corriendo de los gobiernos. Es el que no quiere gestionar y el que está mucho más cómodo en la gresca, en el lío y en el más irresponsable de los populismos", se despachó en su momento en la Cadena Cope, al tiempo que apeló al voto útil en un intento por alzarse con la mayoría absoluta.
Génova quiere que "haya gobierno cuanto antes" en Valencia
Desde Génova admiten que el interés de la planta séptima es que "haya gobierno cuanto antes" en la Comunidad Valenciana. Si así fuera, habría nuevo president a finales de este mes de noviembre, casi a puertas del arranque de la campaña extremeña. Santiago Abascal ha advertido que el apoyo a Juanfran Pérez Llorca no será gratuito, que controlará los tiempos y será exigente. Sobre la mesa están la inmigración, los menores no acompañados, el pacto verde europeo y, muy probablemente, las leyes lgtbi. Todos ellos, temas sobre los que la extremeña mantiene una posición mucho más progresista que el conjunto de su partido.
En algunos ámbitos del PP creen que una de las vías a explorar es retrasar el acuerdo en Valencia para después de las autonómicas extremeñas del 21 de diciembre. De este modo Guardiola "puede desarrollar su campaña con toda libertad y no condicionada por un posible pacto que usaría en su contra la izquierda extremeña", dice un miembro de la dirección de PP. Pero eso exigiría un primer pleno de investidura fallido en el Palacio de Benicarló, sede de Les Corts valencianas.
Retrasar el pacto valenciano a después de las elecciones extremeñas presenta "dificultades objetivas"
Con otros protagonistas, esa fue la consigna de Génova una vez Pedro Sánchez convocó las últimas generales tras la debacle socialista en locales y autonómicas del 28-M de 2023. Pero Mazón no atendió instrucciones y reventó la estrategia de la dirección nacional. Si bien hay quien considera que retrasar un hipotético acuerdo hasta que se clarifique el escenario extremeño es un "planteamiento muy sensato", como apunta un destacado parlamentario valenciano, otras fuentes populares regionales señalan, en conversación con El Independiente, que estratégicamente presenta "dificultades objetivas".
En el caso de la Comunidad Valenciana los plazos están tasados, de modo que el primer pleno de investidura debe celebrarse entre los días 24 y 28 de este mes. Significa que si el candidato a la Generalitat designado por el PP no sale ni en primera ni en segunda votación, "lo quemas para volver a presentarlo otra vez" en el plazo de dos meses que comienza a correr. O "tienes que buscar un nuevo nombre", apuntan. Y asumen que eso es imposible porque Perez Llorca "es el único candidato que tenemos ahora", más allá de sacar la artillería pesada, eso es, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Pero Génova no la quiere mover en mitad de la legislatura, salvo que la región fuera finalmente a unas nuevas elecciones autonómicas.
Sánchez se negó a ir a una segunda sesión de investidura en 2019, para repetir finalmente elecciones
Lo de ir a una segunda sesión de investidura tras una doble votación fallida fue algo a lo que se negó Pedro Sánchez en 2019. Bien es cierto que, estratégicamente, el presidente del Gobierno quería entonces ir a una repetición electoral, convencido de que eso debilitaría a Unidas Podemos. Por eso alertó al entonces líder de la izquierda radical, Pablo Iglesias, que no iba a someterse a un nuevo pleno en caso de no salir elegido los días 23 y 25 de julio de ese año. No sacó adelante la investidura y se dejó agotar el plazo para repetir elecciones el 10-N.
En caso de no haber acuerdo entre PP y Vox en la Comunidad Valenciana -los de Abascal tienen que votar a favor, no vale con la abstención- y se agota el periodo de dos meses para volver a intentar una investidura, se disolverán Les Corts y los valencianos serían convocados a las urnas entre 54 y 60 días después de dicha disolución. Esto es, el 22 o 29 de marzo del año que viene.
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