Confirmados los primeros contactos entre el PP de la Comunidad Valenciana y la delegación nombrada por Vox, con su secretario general, Ignacio Garriga, al frente, es el momento de bajar al detalle de una negociación que no se prevé sencilla. La intención declarada de Génova, y así transmitida a la organización regional, es que, a grandes rasgos, el acuerdo entre ambas formaciones sea la continuidad del alcanzado en el pacto presupuestario regional el pasado marzo. No obstante, asumen que hay algunos capítulos en los que se puede avanzar algo más, no así en lo que afecta a la inmigración y a los menores extranjeros no acompañados, según ha podido saber El Independiente de fuentes populares.

De hecho, ese fue uno de los puntos más conflictivos de aquel acuerdo para sacar adelante las cuentas regionales de este 2025. Porque aunque el PP también ha endurecido sus propuestas sobre política de inmigración, -en un intento de que el partido de Santiago Abascal no siga creciendo a costa de este discurso- los populares no abogan por la expulsión de toda la población inmigrante, tanto en situación regular como irregular, tal y como propugna la ultraderecha.

"La línea roja es que la inmigración no contagie al resto"

"La línea roja es que la inmigración no contagie al resto" de los asuntos que están sobre la mesa, como es el caso del rechazo al Pacto Verde Europeo, donde ven posible nuevas concesiones. Pero el tema de los menores se ha convertido en una especie de línea roja. Si bien la dirección nacional no está interviniendo en la negociación -más allá de la llamada telefónica que le hizo Alberto Núñez Feijóo a Santiago Abascal para arrancar un camino que haga posible investir a Juanfran Pérez Llorca- sí hay preocupación respecto a que las condiciones de ese acuerdo afecten a Extremadura.

Este medio ya adelantó dicho temor. No sería la primera vez que la política valenciana 'contamina' otros ámbitos políticos. Lo hizo el 23-J, cuando Carlos Mazón se apresuró a pactar con Vox contraviniendo las instrucciones de Génova de esperar a las generales. Y lo puede hacer ahora de nuevo en plena precampaña electoral de María Guardiola para las autonómicas del 21 de diciembre, sobre todo habida cuenta de la posición más centrada que mantiene la extremeña en temas como los menores inmigrantes. No pocas veces ha acusado a Vox de fomentar "los discursos que pretenden enfrentar a la sociedad utilizando a los más vulnerables".

Tras el pacto presupuestario de marzo, Mazón ya anunció que su comunidad no aceptaría más menores no acompañados

En aquel pacto presupuestario de marzo Mazón anunció que su Comunidad "no admitirá más repartos de la migración ilegal del Gobierno de Sánchez", apelando a que habían "rebosado" su capacidad". "Nuestros centros están saturados", dijo para agregar que además, "no puede ser que mientras en algunos territorios se establecen criterios de excepción, aquí se nos imponga una carga sin apoyo, sin recursos y sin ninguna planificación. Esto no es solidaridad, esto es chantaje político". Aludía a Cataluña y País Vasco. Génova espera que no haya nuevas exigencias en este capítulo.

De momento, Vox ha puesto el acento en que los populares revelen ya el nombre de su aspirante a suceder a Mazón y, por otro lado, expresado su disposición a acordar políticas que "permitan continuar con la reconstrucción valenciana", según un comunicado del pasado viernes. Hasta ahí sin problemas. Pero luego hay una adenda referida a las "políticas destructivas de Pedro Sánchez" que no concretan. Respecto al nombre de quién sucedería a Mazón, "Vox exige ya el candidato, porque cree que con Pérez Llorca podrá imponer sus condiciones", apuntan las fuentes populares consultadas.

Si la negociación falla, habrá elecciones en Valencia el 22 o 29 de marzo de 2026

Los de Abascal "están en una posición de fuerza", admiten los populares, pero toda salida política les llevaba a ellos, incluso si hubieran convocado elecciones. El grueso de los sondeos apuntan a un nuevo triunfo del bloque conservador, con pocas opciones para la izquierda. Significa que, del mismo modo, debieran haberse sentado con ellos para negociar una investidura. En todo caso, queda abierto el escenario electoral el 22 o 29 de marzo del año que viene si las actuales negociaciones no van a buen puerto.

Carlos Mazón asistirá desde su escaño a la investidura de su sustituto. Por el momento seguirá de diputado en Les Corts, sin descartar que no aguante lo que queda de legislatura. La sensación de su entorno es que "la izquierda ha intentado destruirle personalmente". De momento, ya se ha cobrado su cabeza al dimitir de presidente de la Generalitat.