Una activista de Greenpeace ha recorrido este domingo una cinta de highline de 55 metros de largo situada a 30 metros de altura sobre el centro de Madrid. La acción, acompañada por una gran pancarta de 30 metros cuadrados con el lema “El planeta, en la cuerda floja”, pretende llamar la atención sobre el inicio de la Cumbre del Clima (COP30), que arranca hoy en Belém (Brasil), y exigir medidas urgentes frente a la crisis climática.
Con esta protesta simbólica, la organización ecologista advierte de que el planeta se encuentra en un equilibrio cada vez más frágil y reclama a los gobiernos reunidos en la COP30 que establezcan fechas para el fin del uso del carbón, gas y petróleo, la creación de nuevos impuestos a la industria fósil y un plan global para acabar con la deforestación antes de 2030.
“Aunque el planeta se encuentra en un frágil equilibrio ecológico y se acumulan las señales de alerta en forma de danas, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos extremos, tenemos las herramientas necesarias para evitar los peores escenarios. Solo hace falta voluntad política y cooperación internacional”, ha declarado Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España – Portugal, presente en Belém.
La COP30, que se celebra hasta el 21 de noviembre en el corazón de la Amazonía brasileña, llega en un momento decisivo para la acción climática global. A diez años del Acuerdo de París, es la primera cumbre que se desarrolla después de que la temperatura media global superara los 1,5 ºC en 2024, un umbral que los países se comprometieron a no rebasar. Los gobiernos presentarán durante estas semanas sus nuevos compromisos climáticos para 2035, que marcarán el rumbo de la próxima década.
Greenpeace recuerda que, incluso cumpliendo los compromisos actuales, el planeta se dirige hacia un aumento de entre 2,3 y 2,5 ºC, lo que hace urgente acelerar la reducción de emisiones y abandonar los combustibles fósiles. “La activista en la cuerda floja demuestra la importancia de dar pasos firmes en la dirección correcta. El Gobierno de España debe liderar una postura ambiciosa en esta COP y no claudicar ante el retardismo de la Unión Europea o el negacionismo de líderes como Donald Trump”, ha afirmado Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace España – Portugal.
Entre sus principales demandas, la organización pide un plan global para cerrar la brecha de ambición climática, un nuevo Plan de Acción por los Bosques que permita detener y revertir la deforestación antes de 2030, y un aumento de la financiación pública internacional, bajo el principio de “quien contamina paga”, para apoyar la transición ecológica en los países del Sur global.
La cumbre de Belém coincide además con la Cumbre de los Pueblos, donde activistas, movimientos indígenas y organizaciones sociales reclamarán soluciones ambiciosas y justicia climática. “Es el momento de escuchar a quienes defienden la vida y el territorio, y de demostrar que la cooperación internacional puede prevalecer frente a la política del miedo y la confrontación”, ha concluido Zorrilla Miras.
Te puede interesar