Ali Aarass, un melillense deportado por el Gobierno de Zapatero a Marruecos y víctima de torturas durante una década en cárceles marroquíes, acusa de complicidad al actual ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska tras condecorar la semana pasada al jefe de los servicios secretos de Marruecos Abdellatif Hammouchi. Aarass, hoy residente en Bélgica, denuncia que Hammouchi estuvo presente en los interrogatorios en un centro secreto marroquí donde fue sometido a graves violaciones de los derechos humanos.

“Hoy no responsabilizo únicamente a este gobierno de su complicidad general con el Estado marroquí, sino también de haber tomado la decisión de condecorar a Abdellatif Hamouchi, un hombre vinculado a prácticas de tortura y graves abusos. Testifico públicamente que Abdellatif Hamouchi estuvo presente durante mis interrogatorios en el centro secreto de Témara”, señala Aarass en un comunicado.

Grande-Marlaska condecoró la semana pasada al jefe de los servicios secretos de Marruecos, Abdellatif Hammouchi, con la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. La concesión del galardón ha creado enorme malestar entre quienes las principales asociaciones profesionales de la Guardia Civil. Hammouchi, director general de Seguridad Nacional y de la Dirección General de Vigilancia del Territorio marroquí (DGST), es una figura controvertida. Ha sido señalado por organismos internacionales y ONG de derechos humanos por prácticas de tortura y represión. Además, su nombre está vinculado al caso Pegasus, el software espía con el que fueron intervenidos los teléfonos del propio Marlaska, del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

"Los torturadores le informaban"

Aarass recueda que “en cada una de las visitas de Hammouchi, los torturadores detenían por un momento sus actos para informarle verbalmente de los “resultados” obtenidos mediante la tortura que me infligían: violación, electrocución, quemaduras de cigarrillo y otros tipos de maltrato”. “Estos hechos no son interpretaciones: forman parte directa de mi experiencia vivida. Por ello me dirijo hoy a usted, señor Fernando Grande-Marlaska, Ministro del Interior y antiguo juez de instrucción de la Audiencia Nacional. Usted, que durante años dirigió una lucha implacable contra el terrorismo nacional e internacional, ¿cómo puede justificar el honor otorgado a un hombre acusado de actos que aterrorizan diariamente a los ciudadanos más vulnerables de su propio país?”, señala el superviviente.

“Le pido públicamente que explique el verdadero significado de la palabra 'terrorismo' en su definición original. ¿Cómo se puede hablar de lucha contra el terrorismo cuando quienes cometen las peores atrocidades permanecen impunes, e incluso, en ocasiones, son recompensados? ¿Dónde queda la “independencia de la justicia”, señor Marlaska, cuando usted legítima con una condecoración los métodos de un aparato represivo? Estoy dispuesto a reconocer cualquier acto auténtico de justicia, ya sea en España o en Marruecos. Pero para ello, primero debe responderse una pregunta esencial: ¿Dónde se manifiesta realmente el terrorismo y quiénes son sus verdaderos autores?”, agrega Aarass.

“Mi voz puede que no sea escuchada hoy. Puede que sea ignorada mientras las conciencias sigan cegadas por la indiferencia política y diplomática. Pero llegará un día en que una justicia verdaderamente independiente sabrá distinguir claramente entre la verdad y la mentira. Este comunicado se dirige a todas aquellas personas que se niegan a apartar la mirada ante las violaciones de los derechos humanos y las incoherencias morales de los Estados que dicen defender la justicia”, concluye.

"Fue el que ordenaba mis torturas"

En su libro El cielo es un cuadrado azul, donde rememora su larga década en las mazmorras del régimen alauí, Aarass señala que “Hammouchi ordenó a sus torturadores que me torturaran en el centro secreto de Témara, cerca del palacio real”. “Ha sido condecorado por su rey, Mohammed VI. Se le ha descrito como el 'guardián del reino'. Pero representa el terror, la represión, los crímenes contra la humanidad y la tortura sistemática que se sigue infligiendo cada día. Por no hablar de los chantajes y maniobra”, relata.

En declaraciones a El Independiente, Aarass recuerda que la justicia española nunca le condenó por terrorismo. “El caso de Ali Aarass fue investigado en profundidad por la justicia española, incluyendo al reconocido juez Baltasar Garzón, especialista en asuntos de terrorismo. Tras las investigaciones, no se hallaron pruebas suficientes para imputarlo, y nunca fue condenado por terrorismo en España”. Además, el Tribunal Constitucional de España reconoció una violación de sus derechos fundamentales. La corte estableció que España no protegió a Aarass del riesgo de tortura al extraditarlo a Marruecos; se vulneraron sus derechos fundamentales según el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y la Audiencia Nacional debe reexaminar su caso y ofrecer una reparación adecuada.