Hace cinco años, el 25 de noviembre de 2020, Argentina vio cómo la muerte de Maradona convirtió a la Casa Rosada, la sede de la presidencia argentina en Buenos Aires, en el escenario de un velatorio multitudinario que derivó en desorden y pánico. La despedida oficial del ídolo dejó a la vista la intensidad de su culto y la fragilidad de las instituciones que intentaron contenerlo. Ahora, la figura de Maradona reaparece desde un lugar inesperado: una serie de animación producida en India.
La noticia llegó desde el Film Bazaar de Goa vía Variety, donde Reliance Animation, división del conglomerado Reliance Entertainment, anunció que ha obtenido los derechos de imagen para desarrollar una serie animada basada en la vida de Maradona. La producción promete recorrer desde los primeros años del astro en Villa Fiorito hasta la cima mundial, con episodios sobre las caídas y la influencia cultural que convirtió al 10 en un personaje que trasciende el deporte.
“Queremos llevar su historia a una nueva generación”, declaró Shibasish Sarkar, director ejecutivo de Reliance Entertainment. La idea es simple: contar la vida del jugador como un viaje de resiliencia y pasión que, según el estudio, puede interpelar a niños que jamás lo vieron jugar. En esa línea habló también Tejonidhi Bhandare, responsable de la división de animación; y Rita Maradona, en representación de la empresa familiar que gestiona los derechos de imagen del futbolissta, celebró que “los niños del mundo conozcan a nuestro hermano”.
Velatorio en la Casa Rosada
Pero cualquier intento de domesticar al personaje mediante la animación contrasta con el recuerdo todavía muy vivo de la despedida que tuvo lugar en la Casa Rosada, un drama tumultuoso que parecía reflejar su vida y a la propia Argentina: popular, desordenada, intensa y, por momentos, incontrolable.
La madrugada había dejado una estampa para el recuerdo: la barrabrava de Boca, La 12, entrando organizada, entregando coronas fúnebres en azul y amarillo, los colores del club, y cantando el himno en plena Plaza de Mayo.
El país amaneció con la sede presidencial convertida en un santuario a mayor gloria del Pelusa. A las seis de la mañana comenzaron a ingresar los primeros aficionados; a media mañana ya era evidente que las horas establecidas por la familia para el velatorio no serían suficientes. Cada diez minutos, la cola de personas se extendía una manzana más.
La afluencia chocó con la lógica del protocolo. El cierre momentáneo de la capilla ardiente para que la vicepresidenta Cristina Kirchner se despidiera en privado del ídolo generó un tapón en la avenida de Mayo. Hubo empujones, verjas vencidas y gases lacrimógenos que se colaban en el palacio presidencial. Un funcionario que estaba dentro recuerda la escena para el diario Clarín: "La sensación era que se iba todo a la mierda, que copaban la Casa Rosada".
Un peligroso caos
El presidente Alberto Fernández tuvo que salir con un megáfono para calmar a la multitud. nadie lo oyó. La Casa Militar, el cuerpo responsable de la seguridad de la residencia argentina, tuvo que abrir una vía de escape para evacuar a quienes habían quedado atrapados en el Patio de las Palmeras de la Casa Rosada. Las hijas de Maradona rodearon el féretro de su padre para protegerlo de la multitud. Fueron minutos de angustia y caos.
La retirada final del cuerpo tuvo lugar mediante una maniobra de distracción. Mientras se contenía a la multitud concentrada en la puerta principal de la Casa Rosada, al finalizar el velatorio se hizo circular entre los jefes de las barras que el féretro saldría por un acceso lateral. Eso permitió organizar la evacuación del cortejo fúnebre por otro sector del edificio, sin cámaras ni espectadores. Gracias a eso, pudieron salir sin incidentes camino del cementerio privado de Bella Vista, situado a 50 kilómetros del centro de la capital.
Maradona y Best, genios y juguetes rotos
El quinto aniversario de la muerte de Maradona ha reactivado una propuesta que lleva dando vueltas desde hace unos años: establecer el 25 de noviembre como Día Internacional del Fútbol. La fecha marca también la muerte George Best, el genio norirlandés fallecido en 2005. Aunque la coincidencia con Best no hace sino subrayar las vidas no precisamente ejemplares de ambos.
Best, a quien Maradona había admirado de niño, murió un 25 de noviembre, veinte años antes, hundido en el alcohol, convertido en su propia caricatura. Best definía su vida con frases que parecían escritas para los dos: “Gasté mucho dinero en coches, mujeres y alcohol; el resto lo desperdicié”. Maradona llegó a preguntarse: “¿Sabés qué jugador hubiera sido si no hubiera tomado cocaína?”. Que India quiera convertir ahora esa vida en materia de animación es el penúltimo capítulo de un fenómeno que ya no admite límites geográficos.
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