Quien ha pasado más de un día expuesto al mar lo sabe. No perdona. Más aún si es mar abierto. El salitre, la humedad, el viento, el sol y el oleaje dejan un rastro en forma de desgaste y corrosión que no cesa. Incluso en los elementos aparentemente preparados para soportarlo. En el mundo cada vez son más los parques eólicos que las compañías energéticas instalan en el mar, los parques ‘offshore’. En nuestro país, Iberdrola es una de las que lidera este ámbito de generación energética y que proyecta ampliar en el futuro. Como todas las infraestructuras complejas, es el mantenimiento el segundo quebradero de cabeza tras la instalación y, en el caso de una instalación que convive con el mar, quizá el más delicado. En Iberdrola han encontrado una solución a este problema: el corcho.

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El proyecto 'Innotec', ha sido desarrollado por Tecnalia, el mayor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico del país. Pronto se aplicará en una fase inicial para más adelante extenderla. Se basa en una suerte de sistema de recubrimiento de las torres eólicas marinas con materiales sostenibles como el corcho. Las ‘torres de corcho’ son, de algún modo, una estructura que permitiría cubrir las partes esenciales del aerogenerador para protegerlo del impacto y desgaste que provocan las condiciones marinas.

Las partes más sensibles que este cubrimiento de corcho permitiría proteger son fundamentalmente las turbinas, la torre y la base del aerogenerador flotante.

El corcho es un material natural no sólo medioambientalmente sostenible sino que aporta una gran versatilidad: ligero, elástico, impermeable, capaz de aportar aislamiento térmico, acústico y vibratorio. Cualidades que permiten reducir el impacto térmico que daña estas infraestrcuturas eólicas. A mayor protección y reducción de la corrosión, menor daño en el aerogenerador y mayor vida útil del mismo. Se estima que este cubrimiento ‘dúplex’ puede reducir hasta en un 50% las labores de mantenimiento que actualmente requiere una torre eólica marina, al mismo tiempo que incrementa su duración. También se confía en que aplicar este tipo de protección eleve la eficiencia de estos sistemas offshore.

Protección sostenible

El proyecto desarrollado por Tecnalia, en colaboración con las empresas Galea y Mendieta, aporta además un grado de sostenibilidad que los actuales sistemas de pinturas y recubrimientos sintéticos no tienen. Se trata de compuestos que además de corcho también emplean zinc metálicos y otros acabados orgánicos.

Estructura de cubrimiento basada en corcho para proteger torres eólicas marinas.

La eólica marina es un sector en constante desarrollo y avance en todo el mundo, no así en España. Sólo el año pasado la potencia nueva instalada se incrementó en 8 GW y alcanzo un total de 83,2 GW en todo el planeta. Se estima que en la última década el incremento de la potencia instalada en el mar ha aumentado a un ritmo medio del 10% anual. China y Reino Unido son las dos grandes potencias en el sector. Es en este último país donde compañías como Iberdrola cuenta ya con parque eólicos marinos donde poder desarrollar el nuevo sistema de protección diseñado de la mano de Tecnalia.

Nuestro país apenas cuenta con proyectos piloto en nuestra costa, si bien sí disponemos de una infraestructura de construcción de los elementos necesarios para la construcción de eólicas marinas, que en su inmensa mayoría se destinan a la exportación. Un dato revelador muestra cómo de las 13 plataformas flotantes instaladas el año pasado en el mundo, 11 se fabricaron en nuestro país.

Un sector puntero

El Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) establece que para 2030 en España debería haber una potencia instalada en parques eóicos marinos de 3 GW. Para llevarlo a cabo el sector ya ha reclamado la necesidad de dar pasos para la aprobación de un marco normativo que lo facilite. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) reúne a 350 empresa del sector alzó la voz en verano advirtiendo de que España estaba “perdiendo el tren” de la eólica marina pese a disponer de todos los elementos; la costa con emplazamientos adecuados, la industria y la capacidad tecnológica.

En nuestro entorno más cercano ya nos han adelantado. Portugal tiene en marcha su modelo de subasta de eólica marina. En Francia ultiman un proyecto de subasta en el Golfo de Vizcaya y en Marruecos desarrollan ya un proyecto de 1.000 MW en su costa atlántica y que podría estar terminado en 2029. Proyectos todos ellos que en gran medida se apoyarán en la industria y tecnología que aporta el sector en España.

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