Madrid vuelve a despertar marcada por la violencia extrema. En apenas 48 horas, cuatro incidentes graves con armas blancas han dejado un balance de tres personas muertas y un nuevo episodio de riesgo directo para agentes de la Policía Nacional. Una escalada que, lejos de ser un hecho aislado, confirma una tendencia creciente ante la que, según denuncia la Confederación Española de Policía (CEP), las instituciones siguen sin actuar.

“La violencia extrema mediante el uso de armas blancas sigue abriéndose paso en Madrid sin que la Delegación del Gobierno o la propia Jefatura Superior sean capaces de atajar una delincuencia que pone en riesgo a policías y ciudadanos”, advierte el sindicato policial.

Las últimas agresiones se produjeron en Madrid capital y Leganés, donde tres personas, de 17, 63 y 54 años, perdieron la vida en distintos ataques perpetrados con cuchillos. A estos hechos se suma la intervención policial realizada durante la mañana de este viernes en el distrito de Carabanchel, donde un varón ha sido detenido tras retener y amenazar a su madre con dos cuchillos, un suceso que ha obligado a los agentes a reducirlo, asumiendo un riesgo evidente para su integridad.

Para el CEP, estos cuatro episodios en solo dos días evidencian que la violencia con armas blancas “se ha convertido en un fenómeno en expansión”, frente al que no existe una respuesta firme ni contundente por parte de la Delegación del Gobierno ni de la Jefatura Superior de Policía.

Madrid, récord histórico de armas

Los datos oficiales refuerzan esa advertencia. En 2024, la Comunidad de Madrid alcanzó un récord histórico de 4.251 sanciones administrativas por portar o usar armas prohibidas, la cifra más alta de los últimos ocho años y un incremento del 60,8% respecto a 2017. Además, Madrid concentró el 14,1% de todas las infracciones de este tipo registradas en España.

La violencia callejera también se dispara. Hasta septiembre de este año, los delitos graves y menos graves de lesiones y riñas tumultuarias aumentaron un 9,9% en la región, mientras que en la ciudad de Madrid el incremento fue del 16,1%, con una media mensual que supera las 150 reyertas. Un deterioro de la seguridad claramente superior al registrado a nivel nacional.

“No estamos ante una situación coyuntural”, subraya CEP, que recuerda que esta tendencia se arrastra desde el final de la pandemia y ha llevado a Madrid, tanto en la región como en la capital, a registrar el peor dato de reyertas callejeras en una década, según el propio Ministerio del Interior.

Refuerzos inmediatos y cambios en la legislación

Ante este escenario, el sindicato exige refuerzos inmediatos en los dispositivos policiales y más medios para las unidades que afrontan directamente la delincuencia violenta. “Ambas instituciones no pueden seguir obviando una realidad que ya conocen todos los madrileños y que exige compromiso institucional inequívoco”, reclaman.

El CEP también insta al Ministerio del Interior a impulsar reformas legales urgentes, comenzando por el endurecimiento de las sanciones administrativas, actualmente por debajo de los 500 euros en muchos casos, y la introducción de mecanismos eficaces contra la reincidencia. A ello se suma la necesidad de controlar la venta de armas blancas, especialmente en plataformas online donde pueden adquirirse sin verificación de edad ni trazabilidad.

Finalmente, la organización policial exige una reforma del Código Penal para que el simple porte de armas blancas pueda conllevar consecuencias más severas y permita imponer medidas como órdenes de alejamiento de tenencia y uso de cuchillos, cuyo incumplimiento tenga respuesta penal. “Resulta urgente atajar este desafío con la máxima contundencia por los gravísimos efectos que tiene sobre la vida y la integridad física de policías y ciudadanos”, concluyen.