La compañía Rolls Royce e ITP Aero han anunciado hoy el acuerdo por el cual el fondo norteamericano Bain Capital Private Equity se hará con el 100% de la participación de RR en el gigante vasco de componentes de aviación. La operación se ha cerrado por un importe de alrededor de 1.700 millones de euros.

El nuevo consorcio propietario de ITP, en el que participan compañías vascas y españolas como SAPA y JB Capital, se ha comprometido al mantenimiento de la actual plantilla y de continuar fijando su sede en la localidad vizcaína de Zamudio, tal y como había reclamado el Gobierno vasco. Actualmente, ITP cuanta con alrededor de 4.000 empleados a lo largo de sus plantas distribuidas por todo el mundo, la mitad de ellos están empleados en Euskadi.

El acuerdo anunciado ha sido posible tras los contactos mantenidos entre el Ejecutivo central y el vasco con ambas partes de la operación. Rolls Royce anunció en agosto de 2020 la necesidad de poner en marcha un plan interno de desinversiones para dotar de mayor estabilidad y liquidez a la compañía. El objetivo marcado fue de un monto de alrededor de 2.000 millones de libras. Ahora, con el acuerdo anunciado hoy en ITP logra la mayor parte de esa desinversión.

SAPA por Sener

La entrada de la compañia guipuzcoana de tecnología de defensa, SAPA, ha sido el último movimiento en la negociación para que entrara a formar parte del nuevo consorcio que accederá a ITP. Este lunes era la fecha límite que Rolls Royce había fijado para cerrar la operación, lo que ha acelerado los contactos y negociaciones en las últimas horas. El Gobierno vasco intentó que fuera la compañía vasca Sener la que también formara parte de la operación, extremo que finalmente no se pudo llevar a cabo.

El propio lehendakari Urkullu publicó un mensaje en el que manifestaba su preocupación por la posible deriva del proceso y que éste pudiera suponer el riesgo de deslocalización de la compañía vasca. El Ejecutiuvo vasco no ha descartado incluso formar parte del capital de ITP Aero. La compañía vasca facturó el año pasado 735 millones de euros y cerró el ejercicio con EBIT subyacente de 40 millones de euros.

Ahora resta el último paso, el visto bueno del Gobierno cetral, que tiene capacidad de veto en este tipo de operaciones que afectan a compañías estratégicas, en este caso del ámbito de la Defensa, como es ITP que preseta servicios de mantenimiento al ministerio.