"Información sensible". Así es como ha bautizado el juez de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Leopoldo Puente una pieza separada que ya había abierto el pasado 6 de febrero de este año y en la que ha ido guardando todos aquellos elementos que no quiere que se entreguen a los abogados y terminen en alguna filtración. En esa especie de cajón con llave acaba de meter también un pendrive que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le entregó ayer mismo con información de "la vida íntima del investigado", es decir, asuntos personales del exministro de Transportes José Luis Ábalos.

Dentro del USB hay dos carpetas en las que los agentes han clasificado el material que han ido analizando y que ha servido de base para hacer, por ejemplo, el informe patrimonial del exministro en el que indican que Koldo García, el que fuera su asesor, era guarda y custodio de su dinero a través de una 'caja B' privada.

Una de esas carpetas ha sido bautizada de forma muy explícita: "Respaldo con afectación a la vida íntima del investigado y terceras personas". En ella se han incluido conversaciones mantenidas a través de aplicaciones entre Ábalos y otras personas de índole muy personal. Fuentes de la investigación explican que tanto los agentes como la Fiscalía se ha adentrado en la más privada del exministro porque estaba totalmente entremezclada con algunos aspectos de la corrupción que estaban investigando.

Este es un hecho que el que fuera secretario de Organización del PSOE siempre ha afeado al Instituto Armado y a la prensa por airear trozos de su vida amorosa e, incluso, sexual de todo dipo. Él ha denunciado continuas filtraciones a medios de comunicación relacionadas con la causa y ha llegado a pedir paralizar una entrevista publicada en Telecinco que iba a dar (y finalmente dio) su exesposa Carolina Perles.

De poco han servido sus peticiones. El Tribunal Supremo terminó citando, por ejemplo, a una de las mujeres con la que mantuvo una relación extramatrimonial, Jésica Rodríguez, no para preguntarle sobre su vida privada, sino para esclarecer si fue contratada en una empresa pública --Ineco-- y cobró un sueldo público sin realizar, en realidad, ninguna labor.

Ahora, los abogados que quieran, tanto de la defensa como de las acusaciones populares (que no son pocas) podrán acudir al Tribunal Supremo a ojear esas conversaciones privadas que están custodiadas en el mismo lugar que las grabaciones que se les hace a los investigados cuando acuden a declarar y que ya tampoco se facilitan directamente a las partes, después de que se filtraran íntegramente los vídeos de Koldo, Ábalos y el empresario Víctor de Aldama declarando.

"Dicho apéndice digital podrá ser consultado por cualquiera de las partes en la sede de la Secretaría de este Tribunal Supremo sin que, sin embargo, se les facilite copia del mismo hasta tanto, en su caso, se declare abierto el juicio oral", rubricó ayer el magistrado.

En una segunda carpeta, la UCO ha incluido "el resto" de las conversaciones mantenidas bajo el título "respaldo de interés". Es decir, aquellos intercambios que puedan tener algún tipo de interés en la causa, pero que por algún motivo sean igualmente sensibles. Lo paradógico que esta pieza --"información sensible"-- tiene el mismo nombre que el digital que en su momento fundó el comisario José Manuel Villarejo para publicar exclusivas sobre las entrañas del Estado.