Aquí se pueden ver a estos prodigios en acción, metiéndose en recovecos, creciendo verticalmente, o pringándose en pegamento, sorteando todo tipo de obstáculos. | Vídeo: M.V., UCSB

 

Las flores que crecen en grietas son un prodigio de la ingeniería. De ello se dio cuenta la doctora Ping Gong de la Universidad de Hokkaido poco antes de desarrollar un supermaterial: un hidrogel reforzado con fibra, cinco veces más resistente que el acero.

Las plantas son todo un ejemplo de adaptación y eficiencia a la hora de colonizar espacios. Cuestión de estructuras microscópicas, como su organización celular, pero también de forma de crecimiento.

Científicos de la Universidad de California Santa Bárbara han inventado unos robots hinchables que crecen como plantas. Cual enredaderas, van adaptando su forma según se desarrollan a aquellos lugares que quieren alcanzar.

En lugar de poner ruedas o patas a un robot, lo hacen crecer insuflando aire

En lugar de poner ruedas, brazos o patas a un instrumento, lo ponen a crecer. La forma es insuflando aire al material del que están construidos. De esa manera va alcanzado espacios laberínticos, estrechos o muy, altos. Eso sí, a una velocidad propia de un animal, no de una planta: hasta 35 kilómetros por hora.

El robot va equipado con una cámara que hace las veces de ojo y le da pistas de por dónde ir. Los científicos observaron que el crecimiento dirigido es lo que hace a las plantas, invertebrados u hongos minimizar la fricción y constreñirse a determinados espacios.

Los humanos imitamos estructuras celulares para hacer estos robots El Independiente

Con unos depóstos de aire a los lados, puede articularse y girar, al punto de ser capaz, por ejemplo, de cerrar una llave de paso de gas, hacer de gato o empujar objetos.

Se abre con este invento un campo para la investigación y diagnóstico médico, el acesso remoto a zonas peligrosas o de catástrofe.