Hay especies que son tan raras y esquivas que durante décadas se les ha dado por desaparecida. Estas especies han sido relegadas a los libros de historia natural y a los museos. Ahora, esta sorprendente ave nos regala un halo de esperanza. Se aferra a la existencia con una población de apenas diecisiete ejemplares. Su supervivencia es un testimonio de la resiliencia de la naturaleza. También, refleja los incansables esfuerzos de quienes luchan por preservar cada hilo de la compleja red de la biodiversidad.
Columbina ojiazul
La Columbina ojiazul es una pequeña paloma de aproximadamente 15,5 centímetros. Se distingue por sus ojos azul cobalto que contrastan con su plumaje rojizo-castaño. Además, tiene manchas azul oscuro en sus alas. Su cabeza y pecho presentan tonos pardos. Estos tonos se van convirtiendo más rojizos, mientras su vientre es más pálido. Esta ave es principalmente terrestre, pasando gran parte de su tiempo buscando alimento en el suelo. Generalmente, se le observa de forma solitaria o en parejas. Es bastante esquiva y tiende a esconderse rápidamente entre la vegetación ante cualquier perturbación. Su vuelo es rápido y directo.
En cuanto a su alimentación, la Columbina ojiazul es fundamentalmente granívora, basando su dieta en las semillas y granos que recolecta del suelo. Ocasionalmente, complementa esta dieta con pequeños insectos y larvas. Su comportamiento discreto y su dieta especializada la hacen una especie perfectamente adaptada a su nicho ecológico. Sin embargo, su extrema rareza actual limita lo que sabemos con certeza sobre sus hábitos más íntimos.
Hábitat natural
El hábitat natural de la Columbina ojiazul se encuentra exclusivamente en la vasta y compleja ecorregión del Cerrado brasileño. Este bioma, a menudo descrito como una sabana tropical, se caracteriza por extensos pastizales secos de tierras bajas, salpicados de arbustos dispersos y árboles de pequeño porte. A pesar de su apariencia de sabana, el Cerrado es increíblemente biodiverso, albergando una asombrosa variedad de flora y fauna adaptada a sus suelos ácidos y a las estaciones secas y húmedas.
Es en estos entornos abiertos y secos donde la Columbina ojiazul ha evolucionado, dependiendo de la vegetación nativa para alimento y refugio. Sin embargo, este valioso ecosistema se encuentra bajo una presión inmensa debido a la expansión agrícola y ganadera, lo que ha reducido drásticamente el espacio vital disponible para esta ya de por sí rara especie.
Se daba por 'extinta'
Durante 75 años, esta pequeña paloma fue considerada extinta, una sombra del pasado cuyo último avistamiento documentado se remontaba a 1941. Sin embargo, en un giro asombroso de los acontecimientos en junio de 2015, fue redescubierta, ofreciendo un rayo de esperanza a la comunidad científica y a los amantes de la vida silvestre.
Este "redescubrimiento" no solo confirmó que la Columbina ojiazul aún existe, sino que también reveló la extrema precariedad de su situación. Con una población inferior a una veintena de ejemplares, esta especie se mantiene al borde de la desaparición. Su historia es un poderoso testimonio de la fragilidad de la biodiversidad y de cómo una especie puede aferrarse a la existencia contra todo pronóstico, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la supervivencia en un mundo en constante cambio.
¿Labores de preservación?
La iniciativa más destacada está liderada por el Parque das Aves, una institución científica ubicada en Foz de Iguazú, cerca de la frontera con Argentina y Paraguay. Este proyecto de reproducción en cautiverio es fundamental, ya que en 2019, una reunión de 15 organizaciones nacionales e internacionales concluyó que una de las mejores posibilidades para salvar la especie era establecer una población de seguridad fuera de su ambiente natural.
La meta principal de estos programas es facilitar que las aves puedan copular y poner huevos fértiles. Una vez puestos, estos huevos se retirarán para ser incubados artificialmente. Por otra parte, uno de los desafíos más grandes en la conservación de la Columbina ojiazul ha sido la complejidad de replicar su hábitat natural.
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