Europa ha lanzado este martes al espacio el Sentinel-1D, un satélite equipado con tecnología radar capaz de capturar imágenes de alta resolución de la tierra, el hielo y los océanos, en cualquier condición meteorológica, de día y de noche.

El encargado de transportar al satélite fue un cohete Ariane 6, que ha despegado desde el puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, a las 21:02 hora GMT. El Sentinel-1D se ha separado del lanzador pasados los 30 minutos del despegue, momento en el que sonaron los primeros aplausos en la sala de control.

Una vez que esté completamente operativo trabajará junto al Sentinel 1-C, aportando datos de forma gratuita y en acceso abierto a servicios públicos y a estudios científicos sobre los cambios en el medio ambiente y el clima.

Tanto el C como el D pertenecen a la misión Sentinel-1, que proporciona información derivada de imágenes para apoyar la vigilancia de la superficie terrestre. Esto incluye la observación del hielo marino, los barcos o los derrames de petróleo, así como la supervisión de los bosques, el suelo, los terremotos o la actividad volcánica. El principal instrumento a bordo de todos los satélites Sentinel-1 es un radar de apertura sintética de banda C.

La misión Sentinel-1 se basa en una constelación de dos satélites idénticos -en la actualidad serán el C y el D- que vuelan en la misma órbita pero separados 180 grados entre sí, para optimizar la cobertura mundial y la entrega de datos para Copernicus, el componente de observación de la Tierra del programa espacial de la Unión Europea.

El Sentinel-1D, que se colocará en órbita heliosíncrona a una altitud aproximada de 693 kilómetros, sustituirá al Sentinel-1A, que lleva once años en órbita. El C, lanzado el año pasado, sustituyó al B, cuya misión llegó a su fin en agosto de 2022 tras experimentar un fallo técnico que le imposibilitaba adquirir datos (el satélite fue desorbitado con éxito).