La Agencia Española de Meteorología (Aemet) alertó a finales de julio de la llegada de una ola de calor que se inició el 3 de agosto. Las temperaturas cálidas aumentaron la sequedad ambiental de la península y los avisos de riesgo de incendio se dispararon. No tardaron en llegar, el día 8 empezaron los incendios que durante todo el mes de agosto han causado la muerte de ocho personas y arrasado cerca de 400.000 hectáreas, la mitad de ellas en Galicia y Castilla y León.

Es difícil calcular el coste social y medioambiental de la oleada de incendios. Tampoco es fácil hacerse una idea de la dimensión de la tragedia, si no se conocen las zonas afectadas. Con este fin Greenpeace ha encargado al fotógrafo Pedro Armestre que capturara desde el aire la dimensión de la tragedia en las dos comunidades más afectadas.

Pico Montouto, Serra dos cabalos, Ourense. Incendio de Larouco, parroquia de Seadur.
Pico Montouto, Serra dos cabalos, Ourense. Incendio de Larouco, parroquia de Seadur.

Los años 80 y 90 del pasado siglo los incendios forestales en España batieron récord en superficie quemada. Esta oleada de incendios devuelve a España a esas cifras de devastación. De momento la temporada de incendios forestales de este año sólo ha sido superada en 1985, 1978, 1994 y 1989.

Pico Montouto, Serra dos cabalos, Ourense. Incendio de Larouco, parroquia de Seadur.
Pico Montouto, Serra dos cabalos, Ourense. Incendio de Larouco, parroquia de Seadur.

La diferencia respecto a aquellos años radica en que ahora se declaran muchos menos incendios pero son más grandes. Según Greenpeace la media de los GIF (los grandes incendios forestales que queman más de 500 hectáreas) ha ascendido a 6.100 ha, esto es cada incendio quema cuatro veces más superficie de lo que hacía antes.

Lo que queda de Las Médulas

Las Medulas, El Bierzo. León.
Las Medulas, El Bierzo. León.

El incendio forestal que empezó en la localidad leonesa de Yeres ha transformado el paisaje de Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Las llamas han calcinado los característicos castaños centenarios de la zona.

La localidad de Vilamartín de Valdeorras en Ourense, arrasada por el fuego.
La localidad de Vilamartín de Valdeorras en Ourense, arrasada por el fuego.

El municipio de Vilamartín de Valdeorras, Ourense, quedó reducido a un puñado de casas dañadas y otras tantas reducidas a escombros. El fuego del incendio forestal de Larouco arrasó 60 viviendas con destrozos, 15 de ellas residencias habituales.

El incendio de Larouco (Ourense), iniciado en la parroquia de Seadur se trata del mayor fuego de la historia de Galicia desde que hay registros: ha arrasado más de 30.000 hectáreas, llegando hasta el santuario ecológico de la Serra de O Courel.

Incendio de Chandrexa de Queixa (Ourense), en el Macizo Central Ourensano.
Incendio de Chandrexa de Queixa (Ourense), en el Macizo Central Ourensano.


Pedro Armestre, el autor de estas imágenes, ha trabajado en 20 campañas de extinción de incendios forestales. “Desde el aire, lo que se ve no es sólo tierra quemada: son hogares perdidos, paisajes convertidos en ceniza y un futuro que se apaga. Es un país en llamas y una emergencia que ya no podemos permitirnos ignorar: si no se invierte en prevención y gestión forestal, cada verano será peor que el anterior”, asevera el fotógrafo.

El incendio declarado en Chandrexa de Queixa (Ourense), afectó a importantes zonas protegidas e incluso el Parque Natural de O Invernadeiro, uno de los seis con los que cuenta Galicia, que ya ardió en 2022.

Pico Montouto, Serra dos cabalos. Ourense.
Pico Montouto, Serra dos cabalos. Ourense.

España, con 27,9 millones de hectáreas de suelo forestal que ocupan el 55,2 % del territorio nacional, es el segundo país con mayor superficie forestal de la UE, por detrás de Suecia. La organización ecologista Greenpeace señala que el abandono del medio rural y del uso tradicional del medio agrícola y forestal han incrementado la superficie de masas vegetales jóvenes, con un exceso de densidad agravado por la ausencia de herbívoros.

Pena Trevinca, Serra do Eixe y Segundeira, entre Ourense y Zamora.
Pena Trevinca, Serra do Eixe y Segundeira, entre Ourense y Zamora. | Greenpeace/ Pedro Armestre

Pena Trevinca, en la serra do Eixe y Segundeira, entre Ourense y Zamora es el techo de Galicia y de la provincia de Zamora. Allí el fuego ha calcinado zonas de alto valor ambiental de la Red Natura 2000. “Es urgente que se gestionen las masas forestales que son el escenario donde transcurre el fuego. Y que paralelamente se trabaje en el pacto de Estado para definir una hoja de ruta nacional ambiciosa con compromisos vinculantes, financiación estable, participación ciudadana, un sistema de rendición de cuentas y poner especial foco en aquellas personas en situación de vulnerabilidad”, afirma Mónica Parrilla de Diego, responsable de la campaña de incendios forestales de Greenpeace.

Villardevós. Ourense.
Villardevós. Ourense.

Según los cálculos de Greenpeace, una inversión de 1.000 millones de euros al año en prevención de incendios en España podría suponer un ahorro de 99.000 millones de euros en la extinción. De acuerdo con la ONG, esta cantidad permitiría gestionar y salvar 9,9 millones de hectáreas, una superficie similar a la de Portugal o a casi una quinta parte de España.

Lago de Sanabria

Parque natural de lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto. Zamora.
Parque natural de lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto. Zamora.

Después del fuego surge la amenaza de que las cenizas lleguen al agua de los ríos un temor que toma plenitud des sentido des de el aire. "La falta de retención de tierras fértiles, que han quedado desprotegidas, acrecienta la desertización del territorio y cambios de caudal en los ríos. La fauna, sin recursos en tierra quemada, se aproximará a las cosechas, y los accidentes de tráfico por atropellos se multiplicarán. Cuando el territorio arde no sólo perdemos masa forestal, se modifica el hábitat donde el humano, aunque parezca haberlo olvidado, es un ser vivo más”, explica Armestre.

Pico Montouto, Serra dos cabalos. Ourense.
Pico Montouto, Serra dos cabalos. Ourense.

En este sentido la organización ecologista apela a la importancia de implementar medidas urgentes para frenar los procesos erosivos, evitar problemas de contaminación del abastecimiento de agua potable de los municipios afectados y favorecer la regeneración natural de la cubierta vegetal.

Greenpeace reclama la gestión anual de que como mínimo, el 1 % de la superficie forestal a escala nacional (260.000 ha) para preparar el territorio a la llegada de los grandes incendios forestales, priorizando zonas estratégicas de actuación. Una actuación para que lo calcula se necesitan 1.000 millones de euros al año. Sólo la factura en la extinción de los fuegos de la oleada de incendios de agosto se estima que asciende a 3.800 millones de euros. Las matemáticas y las imágenes hablan por sí solas.