Alejandra Rubio ha abordado con inusual franqueza la dinámica entre Carlo Costanzia y su madre, Mar Flores, revelando detalles sobre una relación que ha transitado de la frialdad a la complicidad tras el nacimiento de su hijo en diciembre de 2024.

Según informa Europa Press, en su intervención en Vamos a ver, la colaboradora destacó que, aunque la modelo siempre mantuvo un vínculo afectivo con su hijo, "antes era más fría y ahora es fantástica" . Este cambio, según Rubio, se debe al papel de Mar como abuela y a la madurez de Carlo, quien "ya tiene 32 años y hace lo que le da la gana".

Alejandra respaldó la decisión de Mar de evitar los focos: "No habla porque no se dedica a esto", aludiendo a su distanciamiento histórico de la prensa rosa. Esta postura contrasta con las declaraciones de Terelu Campos, madre de Rubio, quien en abril reveló que Mar le envió un regalo navideño, algo que molestó a Alejandra: "Mi madre se equivoca hablando de Mar Flores. No hay que dar explicaciones". La tensión subyacente quedó patente cuando Rubio criticó el enfoque mediático sobre las mujeres en relaciones públicas: "¡Qué casualidad que siempre la loca es la mujer!", refiriéndose a los comentarios sexistas durante una entrevista de Carlo.

El nacimiento del pequeño Carlo ha reforzado los lazos familiares. Según Alejandra, aunque Mar y su hijo ya tenían una buena relación, el bebé "ha traído calor al hogar". Esta nueva etapa incluye visitas regulares de la modelo, descrita por su hijo como "una abuela muy guapa", aunque las abuelas —Mar y Terelu— aún no se han reunido en persona. "Se dará cuando se dé", matizó Rubio, insistiendo en que la ausencia de encuentros no refleja conflictos.

Alejandra enfatizó la independencia de su pareja frente a presiones externas, incluida la polémica entrevista de Carlo Costanzia padre en 2024, donde acusó a Mar de infidelidad. "Carlo perdona y olvida, pero Mar no necesita defenderse", señaló, respaldando la elección de la modelo de ignorar las provocaciones. Este enfoque, según Rubio, refleja un "respeto mutuo" que trasciende las expectativas mediáticas .

En conclusión, las declaraciones de Alejandra Rubio pintan un retrato de una familia que navega entre la exposición pública y la intimidad, donde el nacimiento de un hijo ha suavizado antiguas rigideces, pero donde los límites personales siguen marcando la pauta.